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Situaciones Clínicas

Síndrome metabólico

Definición

Corresponde a un conjunto de factores de riesgo asociados entre sí y que sumados en una misma persona promueven un estado protrombótico y proinflamatorio común en individuos obesos y que incrementa los riesgos mayores de enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus 2.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

Epidemiología: Se estima que un 25% de la población adulta padece síndrome metabólico; en Chile 22,5% de la población adulta, sin diferencias por sexo. La prevalencia aumenta con la edad.

Etiología y Fisiopatología: La etiología es compleja, intervienen tanto factores genéticos como ambientales, que influyen sobre el tejido adiposo y la inmunidad innata. El tejido adiposo abdominal actúa como un órgano endocrino que libera el exceso de ácidos grasos libres (AGL), angiotensina II (ATII), y adipokinas. El aumento de AGL plasmático inhibe la captación de glucosa por el tejido muscular. El exceso de AGL y ATII produce un daño en el páncreas, el cual produce más insulina, pero insuficiente para contrarrestar la hiperglicemia. La ATII aumenta la presión arterial por vasoconstricción. Adipokinas provocan reacciones inflamatorias que aumentan la insulinorresistencia y la HTA.

Una gran cantidad de tejido adiposo presente en los obesos resulta habitualmente en un flujo aumentado de ácidos grasos libres (AGL). La grasa de origen visceral llega directamente al sistema porta y por lo tanto al hígado, provocando una insulino-resistencia hepática que lleva a un aumento de la liberación de glucosa, la síntesis de citoquinas proinflamatorias (proteína C reactiva, TNF α, resistina, interleuquina 6 y 18) y cambios en el metabolismo lipoproteico que se traducen en un exceso de triglicéridos circulantes.

Diagnóstico

Es importante tener en consideración que frente a la presencia de un elemento (clínico o laboratorio) que sugiera síndrome metabólico, es necesario buscar dirigidamente los restantes.

Existen distintos criterios diagnósticos, los más utilizados son:

ATP III (diagnóstico con al menos 3 criterios) 2005:

Obesidad abdominal: Circunferencia de cintura > 102 cm en hombres y > 88 cm en mujeres.

TG sérico ≥ 150 mg/dL o tratamiento por TG elevados.

HDL < 40 mg/dL en hombres y < 50 mg/dL en mujeres o tratamiento farmacológico por HDL bajo.

Presión arterial ≥ 130/85 mmHg o tratamiento farmacológico antihipertensivo.

Glicemia en ayunas ≥ 100 mg/dL o tratamiento farmacológico hipoglicemiante.

International Diabetes Federation 2006:

Debe estar presente la obesidad abdominal según raza/etnia. Más dos de los siguientes criterios:

TAG > 150 mg/dL o en tratamiento

HDL < 40 mg/dL en hombres o < 50 mg/dL en mujeres, o en tratamiento.

PAS > 130mmHg, PAD > 85mmHg, o tratamiento antihipertensivo.

Glicemia en ayuna > 100 mg/dL o diagnostico previo de DM2. Se recomienda evaluación con PTGO, pero no es requerido para el diagnóstico.

Tratamiento

1) Modificaciones en estilo de vida es el elemento central:

Disminución de peso mediante dietoterapia (baja ingesta de grasas saturadas, grasas trans y colesterol, reducción de azúcares simples, y aumento de frutas, vegetales y granos enteros) y actividad física (ejercicio aeróbico moderado a intenso al menos 150 min a la semana, e idealmente, más de una hora al día).

Detener tabaquismo, y consumo alcohol moderado (sólo si TG normales, en caso de estar elevados debe suprimirse el alcohol).

2) Farmacoterapia: Solo si no hay respuesta con modificación de estilo de vida.

Fármacos aprobados: Orlistat, insulinosensibilizadores (metformina, tiazolidenionas), hipolipemiantes (estatinas, fibratos), antihipertensivos (IECA).

3) Cirugía: frente al fracaso del tratamiento médico o en caso que de asociarse a obesidad mórbida con IMC > 40 u obesidad grado II (IMC > 35) y otra comorbilidad como HTA, DM o dislipidemia.

Seguimiento

La finalidad del tratamiento consiste en disminuir los riesgos de enfermedad cardiovascular sobre todo la enfermedad coronaría cardíaca. Requiere control periódico de cada uno de los componentes del Sd. Metabólico y otros factores de riesgo cardiovascular.

 

Referencias

  1. Hidalgo, S. & Soto, N. Síndrome Metabólico y prevención de Diabetes. MEDICHI: Bases de la Medicina. Recuperado de http://www.basesmedicina.cl/diabetes/702_sindrome_metabolico/inicio.htm

Vasculopatía periférica

Aspectos esenciales

  • Relacionado a factores de riesgo cardiovascular clásicos.
  • Clínica clásica dada por dolor en zona posterior de la pierna y claudicación intermitente, que cede con el reposo, asociado a una distancia determinada.
  • Diagnóstico se apoya en Estudio vascular no invasivo
  • Tratamiento consiste en el de los factores de riesgo y fármacos como AAS, clopidogrel y cilostazol.

Caso clínico tipo

Paciente de sexo masculino de 55 años, con antecedentes de hipertensión arterial, tabaquismo activo, diabetes mellitus y dislipidemia, presenta dolor en la zona posterior de la pierna al caminar 4 cuadras, que cede con el reposo y que después de ello puede seguir avanzando otras 4 cuadras más.   Enfermedad arterial oclusiva.

Definición

La enfermedad arterial periférica (EAP) es una de las manifestaciones más importantes de ateroesclerosis sistémica. Corresponde a un proceso de avance crónico secundario a la inflamación arterial crónica que se presenta en enfermedades de Grandes y pequeño vaso. Existen tres entidades prevalentes a mencionar: Enfermedad arterial oclusiva de extremidades inferiores, enfermedad cerebro vascular y aneurisma de la aorta abdominal. La primera de ellas es la que causa más graves complicaciones.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

Fisiopatología: Los mecanismos fisiopatológicos más relevantes en la enfermedad vascular periférica comprenden la disfunción de la célula endotelial que resultan en un estrés oxidativo mantenido y el shear stress que se produce secundario a la prevalencia de Hipertensión Arterial y que se traducen en la alteración de los mecanismos vasodilatadores y la migración anormal de células al subendotelio con disminución progresiva del lumen vascular. Esto condiciona posteriormente que secundario a un evento de actividad, la demanda sanguínea requerida por la musculatura y los tejidos supera al aporte dado por la disminución del lúmen vascular, lo que condiciona isquemia y necrosis de los tejidos en forma crónica. Existe un mecanismo compensatorio que es la producción vasculatura colateral, que permite aumentar el aporte de oxígeno hacia la musculatura y los tejidos.

La prevalencia de esta entidad aumenta con la edad, afectando a un 4% de las personas mayores de 40 años y a un 15-20% en los mayores de 65, en los diabéticos la prevalencia ronda el 27%. La enfermedad vascular periférica es más frecuente en el sexo masculino (tendencia que se va equilibrando con la edad) y también en la raza negra. Existe una asociación entre esta patología y la aterosclerosis coronaria y cerebrovascular.  

La enfermedad aterosclerótica es por lejos la causa más común; sin embargo, también existen otras entidades que pueden generar claudicación intermitente, entre las cuales encontramos aneurismas trombosados, lesiones por traumatismos, ateroembolias, tromboembolias, vasculitis, lesiones por radiaciones y compresiones tumorales.

Los principales factores de riesgo que favorecen el desarrollo de enfermedad arterial periférica son dislipidemia, hipertensión, tabaquismo y diabetes, siendo los dos últimos aquellos asociados con mayor riesgo (en los pacientes diabéticos el riesgo de amputación es 5 a 10 veces mayor que entre los no diabéticos).

Diagnóstico

La EAP es un síndrome común que afecta a un amplio sector de la población, para su diagnóstico se ha tenido en cuenta como marcador sintomático la claudicación intermitente (CI); adicionalmente el índice tobillo/brazo ha emergido como un marcador confiable de la enfermedad arterial periférica clínica o subclínica, basados en la evidencia epidemiológica, las guías actuales recomiendan un punto de corte de 0.9 para el diagnóstico de la enfermedad arterial periférica.

La gran mayoría de los pacientes cursa en forma asintomática. Cuando es manifiesta, es frecuente que la piel sea muy sensible, existe además atrofia muscular, alopecia, engrosamiento y la fragilidad de las uñas. la piel impresiona lisa y brillante, también se puede observar atrofia de la grasa subcutánea en las almohadillas digitales. Las clasificaciones de Rutherford y Fontaine utilizan los diferentes síntomas y hallazgos en el examen físico para dividir los estadios la EAP.

– Clasificación clínica de Rutherford (más utilizada)

  • Categoría 0: asintomático
  • Categoría 1: claudicación leve
  • Categoría 2: claudicación moderada
  • Categoría 3: claudicación severa
  • Categoría 4: dolor en reposo
  • Categoría 5: pérdida ligera de tejido: úlcera no cicatrizante, gangrena focal con úlcera difusa del pie
  • Categoría 6: Pérdida importante de tejido que se extiende por encima del nivel transmetatarsiano, con pie funcional ya irrecuperable.

– Clasificación clínica de Fontaine:

  • Estadio I: asintomático
  • Estadio II: claudicación intermitente
  • Estadio IIa: claudicación tras caminar >150 metros
  • Estadio IIb: claudicación tras caminar <150 metros
  • Estadio III: dolor en reposo y nocturno
  • Estadio IV: necrosis, gangrena

Dentro de los métodos diagnósticos el índice tobillo-brazo (ITB) es una herramienta diagnóstica fundamental en la evaluación inicial de los pacientes en los que se sospecha EAMI. Existe una estrecha correlación entre el valor de corte del ITB y la gravedad de la arteriopatía. Un ITB > 0,50 sugiere que la progresión a isquemia crítica es improbable durante los próximos 6,5 años de seguimiento. Por el contrario, la presencia de un ITB gravemente disminuido (< 0,50) identifica a un grupo de pacientes que están en alto riesgo de experimentar dolor isquémico de reposo, úlceras isquémicas, gangrena o riesgo de amputación. Además de su utilidad diagnóstica, el ITB es útil como predictor independiente de mortalidad cardiovascular (tasa de sobrevida del 63% en individuos con ITB < 0,5, 71% para aquellos con ITB entre 0,5 y 0,69 y del 91% para los que presentaban ITB entre 0,70 y 0,89). El Ultrasonido combinado con el ITB confirma el diagnóstico con información acerca de la anatomía, tiene un S y E de 85-90% y 95%. El uso de angioTAC junto con la angioRM se encuentra en crecimiento exponencial por ser técnicas no invasivas con excelente determinación anatómica de las arterias periféricas. La angiografía digital que fue considerada el método de referencia durante décadas, hoy en día conserva su lugar en el diagnóstico de aquellos pacientes en los que se estima que se realizará una intervención terapéutica endovascular, ya que los métodos no invasivos nos brindan buenas imágenes en la mayoría de los casos sin la complicación de la punción, el contraste o la radiación.

La isquemia crítica de los miembros inferiores (ICM) se refiere al dolor en reposo o a la presencia de úlceras isquémicas o gangrena que persiste por un intervalo mayor a dos semanas. Los pacientes con ICM tienen similar riesgo de muerte que los pacientes con infarto agudo de miocardio o ACV. El paciente con ICM tiene un riesgo tres veces mayor de infarto de miocardio, ACV y muerte cardiovascular en comparación con los pacientes con claudicación intermitente. El 1 al 2% de los pacientes con EAMI evoluciona hacia la amputación del miembro. Cuando, por el contrario, la isquemia es crítica, en general, la historia natural es su empeoramiento progresivo hacia la amputación. Existen factores que aumentan el riesgo de pérdida de miembro, aquellos que reducen la microcirculación (diabetes, insuficiencia renal crónica, ICC, tabaquismo, exposición prolongada al frío y síndrome de Raynaud) y aquellos que requieren mayor flujo en la microcirculación (infección, celulitis u osteomielitis y presencia de lesiones).

Tratamiento

El tratamiento de la isquemia crítica de miembros inferiores consiste en la revascularización del miembro afectado siempre que sea factible. La revascularización directa debe lograr: la desaparición del dolor, cicatrización de lesiones tróficas, mantener un miembro funcionante y restablecer el estado prepatología.

La asociación de ICM e infección es frecuente, siendo este grupo de pacientes de alto riesgo de vida y amputación. Aquellos con infección descontrolada o grave requieren inmediata hospitalización e inmovilización, antibioticoterapia intravenosa y desbridamiento, ya sea de abscesos, flegmones, compromiso óseo o articular, necrosis extensa o gangrena. La incisión será realizada pensando en la resección final. La infección debe ser controlada antes del procedimiento de revascularización.

Tratamiento médico

  • Control de los factores de riesgo (tabaquismo, hiperlipidemia, hipertensión y diabetes mellitus)
  • Aspirina 75-100mg y/o Clopidogrel. Permite disminuir la incidencia de eventos vasculares y la mortalidad. No mejora la sintomatología. Todos los pacientes deben tener de base este tratamiento.
  • Tratamiento Anticoagulante: En caso de embolia diagnosticada o antecedente de eventos embólicos.
  • Pentoxifilina: Disminuye la viscosidad sanguínea y aumenta la flexibilidad de los GR. Mejora la clínica en forma leve, siendo ésta no constante entre los usuarios.
  • Cilostazol: Inhibidor de la Fosfodiasterasa 3 que produce vasodilatación y efecto antiagregante. Mejora la clínica en forma mayor que la pentoxifilina, pero no tiene un buen perfil de seguridad en pacientes con antecedente de Insuficiencia Cardíaca.

Tratamiento invasivo

Son datos importantes para la selección de la forma de revascularización del miembro afectado la expectativa de vida del paciente y la anatomía vascular. La lesión proximal debe ser tratada en primer lugar. Generalmente para pacientes con Clasificación Fontaine IIb, III y IV

  • Angioplastía
  • Tromboendarterectomía
  • By Pass Arteriales

Seguimiento

Derivar para manejo por especialista.

 

Referencias

  1. Manfredi, J. (2012). Endotelio, inflamación e hipertensión arterial. Revista Uruguaya de Cardiología, 27, 413-417. Recuperado de http://www.suc.org.uy/revista/v27n3/pdf/rcv27n3-hta-manfredi.pdf
  2. Valdés, F. (2015) Enfermedad Arterial Oclusiva Periférica. En Crovari, F. & Manzor, M. Manual de Patología Quirúrgica. pp.515-524. Santiago, Chile: Ediciones UC.

 

Trastornos de conducta alimentaria

Aspectos esenciales

  • Los trastornos de la conducta alimentaria se definen como una alteración persistente del comer que perjudica la salud o el funcionamiento psicosocial.
  • Los más frecuentes son: Anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastorno por atracones. Nuevos trastornos se han incluido en el DSM V pero existe poca o nula información sobre su prevalencia y curso.
  • Afecta principalmente a mujeres adolescentes y adultas-jóvenes.
  • Su incidencia va en aumento en el mundo.
  • Requiere un manejo multidisciplinario.
  • Puede requerir de hospitalización.

Caso clínico tipo

A su consulta se presenta una madre con su hija de 16 años, ya que la madre está preocupada porque su hija no se alimenta bien, ha bajado de peso, y la ha notado menos comunicativa, lo cual es negado por la paciente. Al examen físico se constata una paciente desnutrida, aletargada, deprimida, y con erosión del esmalte dentario.

Definición

Grupo de trastornos psiquiátricos caracterizados por una conducta alterada ante la ingesta alimentaria, o la aparición de comportamientos de control de peso que llevan como consecuencia problemas físicos o del funcionamiento psicosocial del individuo.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

Epidemiología: Bulimia: 1-3% Población general, Trastorno por Atracones 2% población general, Anorexia Nerviosa 0,5-1% mujeres adolescentes. 90-95% corresponden al sexo femenino, siendo la edad de inicio más frecuente a los 15 años.

 Factores Predisponentes:

  • Alto nivel intelectual
  • Rasgos de personalidad dependientes (necesidad de aprobación, complaciente) y Obsesivos (Perfeccionismo, rigidez) en el caso de la Anorexia Nerviosa.
  • Estructura de personalidad límite en Bulimia
  • Medio Familiar Patológico y con alta autocrítica
  • Pensamiento Dicotómico
  • Autoestima Pobre, Alexitimia
  • Sobrepeso Pre-mórbido (25% pacientes)

Factores Desencadentantes:

  • Pérdidas cercanas (muerte de cercanos, separaciones)
  • Fracaso de relación de pareja o experiencia sexual, abuso sexual
  • Comentarios peyorativos sobre su cuerpo.
  • Enfermedades físicas, consuntivas
  • Dietas Restrictivas

Factores Perpetuantes:

  • Emaciación
  • Alteraciones fisiológicas intestinales
  • Distorsión de Imagen Corporal
  • Estructura de Personalidad
  • Interacción Familiar Patogénica, Presión sociocultural.

Trastornos Psiquiátricos Asociados:

  • Anorexia Nerviosa: 50-75% Distimia o Trastorno de Depresión Mayor, 10-13% TOC, 5-20% Suicidio
  • Bulimia: Trastorno de abuso y dependencia de sustancias 45-50%,  Trastorno de Ansiedad 43%, Trastorno del Ánimo Bipolar 12%

Diagnóstico

El diagnóstico es clínico, en la entrevista se debe evaluar lo conductual, pero también es importante el examen físico del paciente para observar complicaciones médicas asociadas. Se debe realizar un buen examen psiquiátrico para detectar comorbilidades. Suele haber problemáticas familiares complejas, que también hay que explorar.

Criterios diagnósticos DSM V:

– Anorexia nerviosa.

A. Restricción de la ingesta de energía que conduce a un bajo peso corporal, dada la edad del paciente, el sexo, la etapa del desarrollo y la salud física, con un marcado rechazo a mantener el peso corporal normal o sobre el mínimo normal (IMC <18,5).

B. Miedo intenso a ganar peso o engordar o comportamiento persistente que impide el aumento de peso, a pesar de tener bajo peso.

C. Percepción distorsionada del peso y la forma corporal, influencia indebida del peso y la forma corporal en la autoestima, o la negación de la gravedad médica del propio peso corporal bajo.

Especificar el tipo: restrictivo o compulsivo-purgativo. Especificar si está en remisión parcial o total, especificar gravedad (Leve IMC < o = 17, Moderado: 16-16.99,  Severa: 15-15.99, Extrema < 15).

– Bulimia Nerviosa.

A. Episodios de atracones (consumo de una cantidad de alimentos en un periodo discreto de tiempo que es mucho más grande que lo que la mayoría de las personas comería en las mismas circunstancias) en que los pacientes sienten que no pueden controlar su ingesta durante el episodio.

B. Conductas compensatorias para evitar la ganancia de peso (vómitos autoinducidos, mal uso de laxantes, diuréticos u otros fármacos, ayuno o ejercicio excesivo).

C. A y B al menos una vez a la semana durante tres meses.

D. Autoevaluación del paciente es indebidamente influenciada por la forma y el peso corporal.

E. La alteración no aparece exclusivamente durante episodios de anorexia nerviosa. 

Especificar: remisión parcial o total; si es leve (1-3 conductas compensatorias por semana), moderado (4-7), grave (8-13), extremo (14 o más). 

– Trastorno por atracones.

A. Los episodios de atracones (consumo de una cantidad de alimentos en un periodo discreto de tiempo que es mucho más grande que lo que la mayoría de las personas comería en las mismas circunstancias), durante los cuales el paciente siente que no tiene control sobre la alimentación.

B. Episodios de atracones compulsivos se caracterizan por al menos tres de los siguientes:

  1. Comer más rápido de lo normal.
  2. Comer hasta sentirse incómodamente lleno.
  3. Comer grandes cantidades de alimentos cuando no se siente físicamente hambriento.
  4. Comer solo debido a la vergüenza que genera la cantidad de alimentos que consume.
  5. Sentirse disgustado consigo mismo, deprimido o culpable después de comer en exceso.

C. Los episodios ocurren al menos una vez por semana durante tres meses.

D. Sin uso regular de conductas compensatorias.

E. Los atracones de comida no ocurren exclusivamente en el transcurso de bulimia nerviosa o anorexia nerviosa.

Especificar gravedad: Leve: 1-3 atracones por semana, Moderado: 4-7, Grave: 8-13, Extremo: 14 o más.

Para el resto de los trastornos revisar los criterios diagnósticos del DSM V, ya que son menos frecuentes y de mayor manejo por especialista.

 

Al examen Físico: Evaluar sin ropa, piel seca, amarillenta, presencia de lanugo. Erosión del esmalte dental, Hipertrofia parotídea y signos carenciales específicos de cada déficit nutricional. 

Complicaciones Médicas asociadas: Esofagitis, RGE, Sd. Mallory Weiss, Megacolon y esteatorrea. Deshidratación, Hipokalemia, alcalosis metabólica, neumonia aspirativa, Crisis convulsivas, déficit carenciales específicas. Leucopenia, Anemia y trombocitopenia. Disfunción tiroidea.

Tratamiento

  • Dependiendo de la severidad de las complicaciones médicas coexistentes (y en casos de alto índice de suicidio) se puede Hospitalizar para manejo en sala.
  • Se debe realizar evaluación de Examen Físico por Nutricionista y Laboratorio Completo (Hemograma, VHS, Perfil Bioquímico, Creatinina, Perfil Lipídico, Pruebas Tiroídeas y Hepáticas, ELP, Densitometría Ósea y ECG).
  • Abordaje multidisciplinario incluyendo nutricionista, Psiquiatra, Médico Internista, Psicólogo y Terapeuta Familiar.
  • Se pueden utilizar modelos de Psicoterapia de tipo Cognitivo Conductual y Terapia familiar para abordar los desencadenantes y perpetuantes.
  • Reeducación Nutricional y Negociación con la Paciente.
  • Farmacología Complementaria: ISRS, Antipsicóticos y Ansiolíticos. Manejo esencial es la PSICOTERAPIA.

  Pronóstico: 40-50% buena Evolución, 60% mala evolución con cronificación de anorexia. 25-30% remitirán sin tratamiento en 1-2 años. Considerar en Anorexia Nerviosa tiene alto índice de suicidio. 

Seguimiento

Derivar para tratamiento con Psiquiatra. Seguimiento de caso en COSAM posterior a su alta.

 

Referencias

  1. Sara F Forman, MD. Eating disorders: Overview of epidemiology, clinical features, and diagnosis. Uptodate: https://www.uptodate.com/contents/eating-disorders-overview-of-epidemiology-clinical-features-and-diagnosis?source=search_result&search=eating%20disorder&selectedTitle=1~150

Pie diabético y otras infecciones en diabetes

Aspectos esenciales

  • La Diabetes mal controlada aumenta la ocurrencia de complicaciones.
  • Su frecuencia aumenta con el paso del tiempo.
  • En su etiopatogenia participan tanto las complicaciones micro como macrovasculares.
  • Al examen físico hay que buscar signos de otras complicaciones crónicas.

Caso clínico tipo

Se presenta a su consulta una paciente de 65 años, que acude por control de su diabetes. A la anamnesis se aprecia que la paciente ha presentado compromiso oftalmológico progresivo, infecciones a repetición, y mal cumplimiento terapéutico. Al examen físico destaca una herida plantar de su pie izquierdo con signos inflamatorios y secreción de material purulento, que la paciente refiere no haber sentido.


Definición

El pie diabético se define como «la ulceración, infección y/o gangrena del pie, asociados a neuropatía diabética y diferentes grados de enfermedad arterial periférica» (OMS), o como el “Pie de una persona diabética, la cual, por la sola existencia de su DM sufre alteraciones que la llevan a presentar riesgo de lesiones y amputaciones” (Norma Pie DM Chile).

Etiología-epidemiología-fisiopatología

El pie diabético y otras infecciones son complicaciones crónicas de la DM que se pueden prevenir, pero que son frecuentemente consultadas en la clínica por pacientes diabéticos que no controlan de forma adecuada su enfermedad.

La DM provoca un estado proinflamatorio que incide en una mayor probabilidad de generar infecciones, ya sea a nivel del sistema genitourinario (ITU a repetición) y en extremidades inferiores (ulceraciones en pies).  

El Pie DM corresponde a la principal causa de hospitalización prolongada y la primera causa de amputación no traumática de EEII en nuestro país. El año 2014, en Chile, 1 de cada 200 diabéticos sufrió una amputación. El 85% de los pacientes amputados tuvo una úlcera previamente. La principal causa de amputación es la utilización de calzado inadecuado.

El 60% corresponde a Pie DM neuropático, un 30% es neuro-isquémico, mientras un 10% el daño es isquémico puro. En la fisiopatología del pie diabético se conjugan distintos elementos derivados de la enfermedad. Se puede describir como un círculo vicioso que inicia con la neuropatía (sensorial, motora y/o autonómica) que altera o anula la percepción de estímulos nocivos, genera deformación anatómica de los arcos plantares y/o se acompaña de atrofia, sequedad y, por lo tanto debilidad de la piel. Como resultado de la alteración morfológica del pie se obtienen áreas de hiperpresión y mayor roce, que producen hiperqueratosis. En el contexto de un paciente con mal control metabólico, asociado a enfermedad vascular periférica (daño macroangiopático), cualquier trauma menor sobrepasa la capacidad fisiológica de reparación de las estructuras, lo que lleva a ulceración.

Diagnóstico

Diagnóstico es clínico. Se debe realizar examen de los pies en cada control (enfermera, médico) y una evaluación objetiva extensa al menos 1 vez al año.

Anamnesis: Sexo, edad, sintomatología, y antecedentes personales (antecedentes de DM, tiempo de evolución, tratamiento, y si se encuentra controlada), familiares (DM y otras patologías de importancia) y de las complicaciones (complicaciones de la DM).

Examen físico: Debe será realizado en decúbito y de pie. Siempre se deben buscar signos asociados a la DM descompensada (signos infecciosos, oftalmológicos, renales, neurológicos, inmunológicos, entre otros).

Examen rutinario minucioso de pies: pulsos, deformidades, heridas, hiperqueratosis. Además de la inspección de zapatos y calcetines. Se debe definir el tipo de pie DM y/o el riesgo de ulceración de éste.

– Pie Neuropático:

  • Aspecto tibio/caliente, piel seca y descamativa, asociado a deformidades en ortejos y arcos plantares, e hiperqueratoris plantar.
  • Reflejos disminuidos
  • Sensibilidad vibratoria y propiocepción alterada, con asimetría o ausencia de percepción (diapasón 256)
  • Sensibilidad táctil alterada, ausencia de percepción en una o más de las 4 zonas con el test de monofilamento (en pulpejo y base del hallux, base del 5to ortejo y talón).

– Pie Isquémico:

  • Aspecto frío, con llene capilar lento. Piel fría y brillante, aunque puede existir coloración cianótica o rubicunda (rubor isquémico).
  • Ausencia o disminución de la intensidad de los pulsos de la extremidad afectada.
  • En DM es poco frecuente la historia de claudicación intermitente.
  • Reflejos, arquitectura y sensibilidad normales.

En base a los puntos antes mencionados se debe evaluar el riesgo de ulceración, mediante el cual se define la periodicidad de los controles médicos.

Tratamiento

Pie DM neuropático:

Clasificación de Wagner

  • Grado 0: Pie de alto riesgo, sin herida o úlcera
  • Grado I: Herida o úlcera superficial
  • Grado II: Herida o úlcera profunda, compromiso de tendones
  • Grado III: Herida o úlcera con compromiso óseo
  • Grado IV: Gangrena localizada
  • Grado V: Gangrena del pie

Wagner 0: Se debe dar énfasis en las medidas de prevención. Indicar al paciente diabético que un pie sin heridas no es un pie sano. Se debe realizar el retiro de hiperqueratosis por un profesional apto.

Wagner I: En el manejo inicial la medida más importante en las etapas iniciales es evitar el apoyo de la región afectada, ya sea con reposo estricto o mediante la utilización de botas de descarga. Si se observa infección se debe considerar como Wagner II. Estando estabilizado, se deben realizar curaciones avanzadas por parte de enfermería con reevaluación médica cada 15 días. En ausencia de mejoría o en caso de progresión de la lesión séptica en 72 hr hay que derivar.

Wagner II: Se debe realizar una radiografía para descartar W III (signos de osteomielitis). Se deben realizar curaciones avanzadas con reevaluación médica cada 15 días. Ante evidencia de infección, iniciar ATB con amoxicilina + ácido clavulánico. En ausencia de recuperación en 15 días, derivar.

Wagner III o superior: Se clasifica como W III aquel pie DM en que se constata exposición ósea. En consulta ambulatoria podemos realizarla introduciendo una pinza estéril a través de la herida. En caso de sentirse un tope sólido (hueso), se habla de signo de la pinza (+), característico de éste grado. En caso de lesión menos evidente, se deben realizar imágenes. Una Rx de pie AP y oblicua mostrará signos de osteomielitis tras 2 a 3 semanas de infección, vs la RNM que mostrará el daño en pocos días. En todos los casos de WIII o superior se debe derivar para hospitalización y manejo por especialista, ya que requerirán ATB endovenosa además de resolución quirúrgica.

Pie DM Isquémico:

Todo usuario clínicamente sintomático que presente lesiones y/o dolor de reposo de instalación aguda (menos de 2 semanas) requiere de evaluación especializada precoz, siendo derivado a policlínico de choque o SU con diagnóstico de Isquemia aguda. En lo posible enviar con exámenes recientes, sólo si no retrasa la derivación. A nivel secundario y terciario se realizará la evaluación detallada y el rescate de la extremidad mediante procedimientos de revascularización o amputación.

Lograda la revascularización, el manejo de las lesiones residuales en el pie se deben realizar según lo mencionado para las lesiones neuropáticas.

 

Revisadas ya las causas y los efectos relacionados a esta patología, resulta evidente la necesidad de una adecuada prevención.

Como profilaxis se debe mantener un buen control metabólico de la glicemia, y para ello hacer énfasis en el tratamiento nutricional y farmacológico adecuado.

Es importante recalcar las siguientes medidas de prevención:

  • Inspección diaria de los pies (ayudándose con un espejo para observar la planta), debiendo consultar ante la aparición de cualquier anormalidad.
  • Hacer énfasis en el uso de calcetines y calzado adecuado.
  • Tratamiento de las patologías no ulcerativas.
  • Educación del paciente y su familia.
  • Y una vez que la úlcera se produzca realizar un manejo integral y adecuado por el equipo multidisciplinario.

Seguimiento

Derivar en pie DM WIII en adelante.

 

Referencias

  1. Ministerio de Salud de Chile. (2006). Norma Clínica: Manejo integral del Pie Diabético. Recuperado de http://www.ssmso.cl/protocolos/NormaClinicamanejointegraldepiediabeticoMinsal.pdf
  2. Pérez, F. (2016). Epidemiología de la Diabetes Mellitus II en Chile. Revista médica Clínica las Condes; volumen 27(2), pp. 146-151.

Diabetes mellitus pregestacional

Aspectos esenciales

  • Es importante el consejo preconcepcional, idealmente tener un embarazo programado.
  • El control metabólico tiene un rol fundamental en complicaciones para el feto y la madre.
  • Tratamiento: Insulina, dieta y control médico; con objetivo de HbA1C < 7%, glicemia postprandial a las 2 horas < 120 mg/dl.

Caso clínico tipo

Paciente 35 años, obesa, nulípara, con diagnóstico de DM tipo 2 e HTA desde los 33 años, en tratamiento con Metformina y Enalapril. Consulta por amenorrea de 8 semanas. Se diagnostica embarazo con beta HCG plasmática.


Definición

Se considera diabetes pregestacional (DPG) aquella que se diagnostica previa al embarazo. Incluye la DM I y II.

Etiología, epidemiología y fisiopatología

En Chile la prevalencia de Diabetes pregestacional es de un 5-10% en las mujeres embarazadas, en donde la mayoría de ellas corresponden a pacientes con antecedente de DM II. De hecho, se ha visto un aumento en la asociación entre la DM II y el embarazo, principalmente debido al retraso del embarazo en la población femenina.

La existencia de esta patología aumenta las probabilidades de efectos adversos durante el embarazo, aumentando la morbimortalidad tanto de la madre como del feto, aún más si los embarazos no se planifican. Se ha evidenciado que la no adecuación al tratamiento en etapas tempranas de la gestación (embriogénesis), aumenta la incidencia de abortos espontáneos y anomalías congénitas. En etapas más tardías del embarazo, aumenta el riesgo de macrosomía y sus secuelas.

En el caso de las mujeres con DM I, la presencia de complicaciones vasculares se asocia con un mayor riesgo de parto prematuro y de mortalidad perinatal.

Si la paciente presenta retinopatía previa al embarazo, ésta tiende a agravarse, por lo que se recomienda un control oftalmológico cada dos meses;  la nefropatía, en general, no experimenta agravación significativa durante la gestación; la cardiopatía coronaria en diabéticas embarazadas, se asocia a una mortalidad materna muy elevada, cercana al 70%; y la hipertensión asociada puede generar preeclampsia y eclampsia.

La DPG se asocia con distintas patologías, donde el grado de HbA1c es fundamental para evaluar riesgo, mujeres con HbA1c > 10 al momento de embarazarse presentaron 50% de Malformaciones congénitas, a diferencia de mujeres con HbA1c < 7 al momento de la concepción, donde la tasa es cercana a cero. Otra complicación a considerar es el aumento de la muerte fetal in útero.

Diagnóstico

Paciente embarazada con diagnóstico de diabetes previo a gestación, ya sea DM tipo I y II.

Tratamiento

Es fundamental el manejo de la paciente por un equipo multidisciplinario y seguimiento con controles rigurosos. Los Pilares del tratamiento son:

Idealmente la programación del embarazo.

Los controles médicos periódicos.

La dieta y la insulinoterapia.

En pacientes diabéticas que quieran embarazarse es importante que lleven un estilo de vida saludable junto con un buen control de su enfermedad. Si tienen sobrepeso u obesidad es necesario que bajen de peso. La programación del embarazo servirá para pesquisar a tiempo las complicaciones de la diabetes, llevar una HbA1c menor a 7% al menos 2 a 3 meses previos al embarazo, prevenir malformaciones congénitas con el uso de ácido fólico (4 mg/día), suspender aquellos medicamentos contraindicados en embarazo (estatinas, IECA, ARAII) y continuar con el uso de hipoglicemiantes que se hayan usado previo al embarazo.

En el control médico del embarazo es importante solicitar exámenes para estudiar la repercusión de los parénquimas, entre ellos están la HbA1c, orina completa, urocultivo, proteinuria de 24 horas, BUN, creatinina y ECG. Este se realizará en el nivel secundario de salud.

La insulina es el tratamiento de elección para estas pacientes. Se usa en 2 dosis diarias, dejando ⅔ en la mañana y ⅓ nocturna, la dosis puede variar según los valores de glicemia en ayuna y postprandiales. También se pueden tratar con hipoglicemiantes orales (metformina y glibenclamida).

Seguimiento

Durante tres meses previos al embarazo, en la gestación misma y en el post-parto para asegurar un buen control glicémico, en caso de que se desee un nuevo embarazo.

Los objetivos metabólicos durante el control de esta patología son: una glicemia en ayunas < 90 mg/dl, glicemia 2 horas postprandial < 120 mg/dl, HbA1c < 7%, cetonuria y glucosuria negativas y una ganancia de peso límite de un 20% del peso inicial.

El manejo de la diabetes pregestacional incluye:

  • Detección, monitoreo e intervención de las complicaciones médicas (retinopatía, nefropatía, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, cetoacidosis).
  • Monitoreo e intervención de las complicaciones fetales y obstétricas (anomalías congénitas, macrosomía, preeclampsia).
  • Control con diabetólogo cada 1 a 3 semanas aproximadamente para el ajuste de la terapia insulínica.

Exámenes de seguimiento:

  • Rutina: los mismo de cualquier embarazo. Cobra más importancia la orina completa y el urocultivo por la mayor prevalencia de bacteriuria asintomática.
  • HbA1c cada 2 meses.
  • Ultrasonido según indicaciones habituales, es útil efectuar un estudio Doppler de la arteria uterina en la semana 16, y eventualmente en el tercer trimestre.
  • Fondo de ojo en cada trimestre, se realiza en el primero sólo si no tiene en los últimos 6 meses.
  • Microalbuminuria en cada trimestre.

Otros aspectos importantes:

En caso de amenaza de parto prematuro: manejo con nifedipino, indometacina o tractocile para tocolisis, en lugar de un agonista receptor beta-adrenérgico.

Si se administra betametasona prenatal para maduración pulmonar fetal, monitorizar glicemia frecuentemente. Usar insulina según requerimientos para mantener glicemia dentro de rangos normales.

Si el peso estimado del feto es más de 4300 gramos, se sugiere un parto por cesárea.

Se sugiere la inducción del parto a las 39 hasta las 40 semanas de gestación en mujeres con cuellos uterinos favorables y los fetos a menos de 4300 g. En presencia de factores de riesgo como el control deficiente de la glucosa, el empeoramiento de la nefropatía o retinopatía, la preeclampsia, o restricción del crecimiento intrauterino se recomienda adelantar el parto. La espera del inicio espontáneo del trabajo de parto es razonable si hay un buen control glicémico y no hay complicaciones maternas o del feto, pero no más allá de 40 semanas de gestación.

 

 Referencias

  1. Ministerio de Salud de Chile. (2014). Guía Clínica AUGE: Diabetes y Embarazo. Recuperado de http://www.bibliotecaminsal.cl/wp/wp-content/uploads/2016/04/GUIA-DIABETES-Y-EMBARAZO.pdf

Diabetes gestacional

Aspectos esenciales

  • Diabetes Gestacional es la intolerancia a la glucosa que se inicia o es reconocida por primera vez durante el embarazo. Es independiente de su severidad y del requerimiento de insulina.
  • En Chile se hace screening a todas las embarazadas.
  • Diagnóstico con 2 Glicemias en Ayuna ≥ 105 mg/dl, o 1 PTGO ≥ 140 mg/dl.
  • Derivar a alto riesgo obstétrico.

Caso clínico tipo

Paciente de 38 años, multípara de 2 (primer hijo con PN 4.300 grs), con embarazo de 33 semanas. Al examen presenta altura uterina de 34 cm. La prueba de tolerancia a la glucosa a las 27 semanas muestra glicemia basal de 89 mg/dl y de 145 mg/dl a las 2 horas.


Definición

Diabetes Pre-gestacional (DPG): Paciente con patología conocida DM 1 o 2 que se embaraza, o que cumple con los criterios clásicos establecidos según la OMS durante el primer trimestre del embarazo.

Diabetes Gestacional (DG): Patología que inicia en el 2do trimestre de embarazo en adelante, caracterizado como cualquier grado de intolerancia a la glucosa manifestada durante este período.

Epidemiología

Según la encuesta nacional de salud del año 2003, en mujeres embarazadas entre 25-44 años la prevalencia de diabetes del embarazo es de 1,2% en Chile, con 68,8% correspondiendo a DG. A nivel mundial, más del 85% actual de Diabetes del embarazo son del tipo Gestacional.

La diabetes mellitus tipo 2 es la Diabetes pregestacional más frecuente.

Existe una asociación de HTA y pre-eclampsia con mujeres DM1 e HTA crónica en DM de tipo 2.

La DPG se asocia con distintas patologías, donde el grado de HbA1c es fundamental para evaluar riesgo, mujeres con HbA1c > 10 al momento de embarazarse presentaron 50% de Malformaciones congénitas, a diferencia de mujeres con HbA1c < 7 al momento de la concepción, donde la tasa es cercana a cero. Otra complicación a considerar es el aumento de la muerte fetal in útero.

Riesgos de DPG:

– Fetales:

  • Parto prematuro
  • Hipoglicemia neo-natal
  • Hiperbilirrubinemia
  • Macrosomía
  • Distocia de hombros
  • Malformaciones congénitas:
  1. Cardiovasculares 36,8%
  2. Neurológicas 20,8%
  3. Urogenitales 13,6%
  4. Musculo-esqueléticas 12,8%
  5. Digestivas 8,8%
  6. Orofaciales 1,6%
  7. Otras 5,6%

– Maternas:

  • Cesáreas
  • Infección/dehiscencia herida operatoria
  • Hemorragia post parto
  • TVP
  • Endometritis post parto

Con respecto a la DG, al igual que la DM2, su incidencia está en constante ascenso, algunos estudios indican prevalencias de un 1 a 25% aproximadamente.

El sobrepeso es el factor de riesgo más importante (y predispone también a DM2), también lo es la insulinorresistencia y haber presentado hiperglicemia en condiciones de stress (infecciones, tratamiento con corticoesteroides), la edad avanzada va en relación a que las mujeres mayores tienden a tener un IMC mayor (por tanto, mayor tasa de sobrepeso).

Los riesgos de la Diabetes Gestacional son similares a los de DPG, a excepción de no asociarse a malformaciones congénitas ni  muerte fetal in útero.

Etiopatogenia

Para comprender este apartado hay ciertos conceptos que debemos tener claros.

  •   La insulina materna NO atraviesa la barrera hemato-placentaria, por lo tanto el feto debe regular su glicemia a base de su generación propia de insulina.
  •  Los carbohidratos atraviesan la barrera hemato-placentaria por difusión facilitada. Por lo tanto niveles elevados de glicemia materna, conllevarán niveles elevados de glicemia fetal.
  • La insulina es la principal hormona ANABÓLICA del feto.
  • Además hay que saber que los aminoácidos atraviesan esta barrera por transporte activo, y los ácidos grasos por difusión simple.
  • En el primer trimestre del embarazo, los niveles elevados de hormonas esteroidales (estrógenos y progesterona) conllevan una hiperplasia de islotes pancreáticos, por lo tanto la glicemia basal de la mujer tiende a disminuir (un 20% aprox.) de la que tenía en el período pregestacional.
  • En el segundo trimestre en adelante, y debido al aumento de los requerimientos nutricionales del feto, la secreción de hormonas placentarias (lactógeno placentario, cortisol, prolactina) llevan a una insulinorresistencia global que aumenta los niveles basales de glicemia, provocando que mujeres predispuestas (obesas, resistentes a la insulina, etc…) no tengan los mecanismo homeostáticos necesarios para compensar la hiperglicemia, y desarrollar así DG.

Diagnóstico

– El diagnóstico de Diabetes Pregestacional se hace en el primer semestre de embarazo, utilizando los criterios clásicos de DM.

– Glicemia de ayunas alterada en 2 ocasiones > 125 mg/dL

– Paciente sintomático (polidipsia, poliuria, hiperfagia) con glicemia > 200mg/dL.

– PTGO alterada: > 100 en ayunas y/o > 140 post-carga

– La detección de Diabetes del embarazo es una práctica universal en mujeres embarazadas.

  • 1er control pre-natal: solicito glicemia de ayunas.

             . Si 100-125 mg/dL, sospecha de DG. Si al repetir el resultado sigue siendo entre 100 – 125, se diagnostica DG.

             .  Si > 125, repetir o tomar PTGO, si alterado: Diabetes Pre Gestacional

  • Semanas 24-28: solicito PTGO.

             . Si > 99 en ayunas y/o > o = a 140mg/dL post-carga (2hrs): Diabetes Gestacional.

  • Semana 30-33 a mujeres con factores de riesgo para DG: Solicito PTGO.

             . Si > 99 en ayunas y/o > o = a 140mg/dL post-carga (2hrs): Diabetes Gestacional.

– Factores de riesgo para DG:

Polihidroamnios, macrosomía fetal o aumento de peso > 2DS.

Tratamiento

OBJETIVO: Lograr un control metabólico adecuado, durante todo el embarazo.

Se sugiere realizar un examen de Hemoglobina glicosilada cada trimestre (DPG).

En el caso de la glicemia, también se debe realizar mediciones seriadas, basta con HGT para trabajar con metas de glicemia.

  • Antes del desayuno: 60- 90 mg/dL
  • Antes de comidas: 60- 105 mg/dL
  • 1 hora post-comidas: <140 mg/dL
  • 2 horas post-comidas: <120 mg/dL
  • Noche: 60-99 mg/dL
  • HbA1c: <6,0%

 

PILARES de Tratamiento:

Nutricional:

Prevenir aumento exagerado de peso y asegurar nutrientes adecuados para la gestación

Consumo calórico según pirámide alimenticia de OMS. En el primer trimestre, el óptimo es calcular 1600- 1800 kCal Diarias. Incrementando en 400- 500 kcal desde el segundo trimestre

H de C: 210 gr/día, proteínas: 1,1 gr/kg/día

Incentivar LME.

Realizar ejercicio de modo regular, evitando actividad extenuante y con alto impacto

 

Farmacológico: (siempre complementario a la dieta)

Se realiza con insulina:

Rápida, Lispro y Aspártica

Acción prolongada: NPH

Tener en cuenta que:

Los requerimientos durante el primer trimestre son similares a los pregestacionales.

En las semanas 7 a 15 son los requerimientos más bajos (ojo con hipoglicemias).

Las semanas 28 a 32 son las de mayor demanda de insulina

Requerimientos se estabilizan e incluso disminuyen desde la semana 35.

– DM1: Continuar con esquema antes utilizado, en general NPH SC. 0,4 – 0,5UI/Kg, repartidas 2/3 en la mañana y 1/3 en la noche.

En general esto corresponde al 50% de la insulina utilizada al día, siendo la insulina basal, agregando a esto bolos prandiales de insulina rápida, o ultrarápida (Lispro o Aspártica).

Realizar ajustes y correcciones según el automonitoreo con HGT.

Recordar que estas pacientes tienden más a la hipoglicemia nocturna (3:00 am) e hiperglicemia reactiva (7:00 am)

Aumentos post prandiales de glicemia son más acentuados

– DM2: Ideal es iniciar tratamiento con insulina antes de la concepción, incluso ante buenos controles metabólicos con hipoglicemiantes orales, cambiando esto por insulina.

Dosis utilizadas generalmente mayores que en DM1, pero pacientes con mayor estabilidad glicémica, y con necesidad de esquemas menos complejos.

Ante pacientes con  hiperglicemia sostenida o Hb1Ac > 9, el tratamiento se inicia Hospitalizado: Iniciar con 0,4- 0,6 UI/kg/día

Si la alteración metabólica es intermitente, y Hb1Ac <9, siempre y cuando sea posible garantizar controles frecuentes, se inicará tratamiento de modo ambulatorio con 1 o 2 dosis dependiendo de criterio clínico. Iniciar con 0,2 UI/kg/día.

Los resultados en la glicemia de ayunas obligan a aumentar tratamiento de insulina nocturno, y resultados alterados de glicemia antes de almuerzo y cena, requieren aumentos en insulina matinal.

Estos cambios deben corresponder en general al 10% de la dosis antes administrada.

Una vez alcanzadas las metas pre prandiales, debemos evaluar las glicemias post prandiales

Valores post prandiales 140- 180 mg/dL :  iniciar Insulina cristalina 2U; valores >180, iniciar 4U, siempre media hora antes de las comidas.

Considerar siempre consultar con especialista

– En mujeres con DG:

Iniciar tratamiento con insulina si en 2 semanas no se logra un óptimo control metabólico con manejo conservador.

El inicio del tratamiento se realiza idealmente ambulatorio, según criterio clínico podría realizarse una hospitalización breve de 24 hrs, con el fin de orientar y educar bien a la paciente.

Dosis inicial generalmente baja: 0,1-0,2 UI/kg/día para insulina NPH

Algunas recomendaciones:

Si sólo alterada glicemia de ayunas (>100mg/dL) inicio NPH nocturna 0,1 UI/kg

Alteración post desayuno: insulina rápida pre desayuno (2U si glicemia 140-179mg/dl y 4 U si >180mg/dL)

Pre y post desayuno en rangos normales, alteración post almuerzo, onces y pre cena: NPH matinal (0,15/kg/día antes del desayuno)

Si la alteración es pre desayuno y post comidas: 0,2U/ kg/día: repartidos en 2/3 antes desayuno y 1/3 en la noche.

Solicitar ayuda a un especialista.

Seguimiento

En nivel secundario según la normativa Minsal.

Referencias

  1. Ministerio de Salud de Chile. (2014). Guía Clínica AUGE: Diabetes y Embarazo. Recuperado de http://www.bibliotecaminsal.cl/wp/wp-content/uploads/2016/04/GUIA-DIABETES-Y-EMBARAZO.pdf

Obesidad mórbida

Definición

La obesidad mórbida u obesidad clase III se presenta con un IMC ≥ 40 kg/m², teniendo un riesgo muy severo de salud global según la OMS.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

Según la última Encuesta Nacional de Salud (ENS 2010) la obesidad mórbida alcanza un 2,3% de la población. En 2003, 148.000 personas tenían esta condición y que aumentó a 300.000 en 2010.

La obesidad mórbida, se produce cuando se sobrepasa el IMC de 40 kg/m², aumentando el riesgo de salud global. Debido a esto, se indica cirugía bariátrica, al igual que en pacientes con IMC > 35 Kg/m² y comorbilidades de riesgo CV (diabetes, HTA, dislipidemia, esteatosis hepática, etc.).

En la actualidad, las cirugías más utilizadas son gastrectomía vertical en manga y bypass gástrico que mejoran la sensibilidad y la secreción de insulina, aumentan los niveles de incretinas y en el caso de la primera disminuye los niveles de Ghrelina.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza en pacientes cuyo IMC > 40 Kg/m².

Tratamiento

Equipo multidisciplinario: Médico, nutricionista, enfermera, psicológo, profesor de educación física, kinesiólogo.

Dietoterapia: Dieta hipocalórica con suplementación de oligoelementos. Suspensión de tabaco y alcohol.

Ejercicio físico: En forma progresiva, al menos 200 min/semana de actividad moderada.

Farmacoterapia: Cuando el IMC > 30 Kg/m² y la terapia con dieta y ejercicio ha fracasado, y ante la presencia de enfermedades concomitantes (DM, dislipidemias, e hipertensión).

Cirugía bariátrica: Con IMC > 40 ó > 35 con comorbilidades: bypass gástrico y gastrectomía vertical en manga.

Seguimiento

Derivar a especialista.

 

Referencias

  1. Carrasco, F. Obesidad: Aspectos clínicos y terapéuticos. MEDICHI: Bases de la Medicina. Recuperado de http://www.basesmedicina.cl/nutricion/607_obesidad/inicio.htm

Síndromes carenciales de vitaminas y minerales

Definición

Sindromes Clínicos secundarios a la ausencia de cantidades requeridas de Vitaminas y Minerales para la mantención de la homeostasis, sea por ingesta inadecuada, depósitos insuficientes, aumento de los requerimientos corporales o interacciones con drogas.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

Etiología:

Ingesta Inadecuada: Dieta desbalanceada o insuficiente, pérdida de vitaminas en los alimentos, enfermedades crónicas que cursan con anorexia.

Depósitos insuficientes: Malabsorción: Esteatorrea (Vit A,D,K); Fístulas (Déficit Biotina), Sindrome Intestino Corto (B9,B12), Gastrectomía (B12), Desnutrición Proteica.

Aumento de los Requerimientos: Fase de recuperación de pacientes con desnutrición severa, estrés secundario a infección o trauma, Embarazo y lactancia.

Interacción con Drogas: Fármacos que reducen la biodisponibilidad.

Enfermedades Crónicas.

Fisiopatología: Dependiendo del elemento traza o Vitamina ausente, se producen alteraciones específicas en las cadenas metabólicas de los procesos celulares involucrados en la mantención de los tejidos, ya que la mayor parte de éstos funcionan como catalizadores o son requeridos como enzimas para la síntesis de proteínas específicas. Ejemplo Vit B12 para la formación de Mielina o formación estructural de la córnea en el caso de la Vit A.

Epidemiología: Los principales factores de riesgo se relacionan con Nivel socioeconómico, asociación a enfermedades orgánicas, cirugías resectivas a nivel de sistema digestivo (Resección intestinal, Gastrectomías), Patologías Autoinmunes (Gastritis Crónica Atrófica o Anemia Perniciosa), Edad, infecciones concomitantes y estados de Estrés Metabólico, Fármacos que interactúan con Vitaminas y Minerales Traza.

Diagnóstico

Clínica: Es específica con síndromes característicos para cada déficit de Vitamina o Minerales Traza.

Vitaminas Liposolubles:

Vitamina A: Alcoholismo, produce desde xeroftalmia a Ulceración Corneal (cuadro que produce desde pérdida de visión nocturna hasta ceguera por lesión corneal), hiperkeratosis folicular y atrofia de glándulas sebáceas y alteraciones reproductivas.

Vitamina D: Nefropatía, insuficiencia hepática, ancianos. Causa raquitismo en los niños y osteomalacia y Osteoporosis en adultos.

Raquitismo: Niños con crecimiento deficiente, Huesos Anchos y curvados, deformación a nivel de huesos costales, engrosamiento de articulaciones de codos, muñecas y talones, frente Amplia. A la radiografía se observan placas epifisiarias extensas. Debilidad Muscular y cuadros de Tetania.

Vitamina E: Alteraciones hematológicas (Anemia Hemolítica), Polineuropatías y Escotomas Visuales.

Vitamina K: Hipoprotrombinemia y disminución de factores dependientes de Vit K. Equimosis, Epistaxis, Hemorragias Gastrointestinales, Sangrado Uterino Anormal, Hematuria.

Vitaminas Hidrosolubles:

Tiamina (B1): Alcoholismo. Puede causar:

Beri Beri Húmedo (Déficit Crónico): Edema de EEII, cara y escroto, disnea, taquicardia y cardiomegalia con falla cardiocirculatoria.

Beri Beri Seco (Déficit Crónico): Parestesias EEII, Marcha Atáxica, Parálisis de EEII, Hipotonía Muscular.

Encefalopatía Wernicke-Korsakoff (Déficit Agudo): Alteración de conciencia, nistagmus, oftalmoplejia y ataxia. Amnesia, fabulación y pérdida de memoria de inicio reciente. 

Riboflavina (B2): Se presenta como dermatitis seborreica, queilosis, estomatitis angular, glositis, Vasculización Corneal.

Niacina (B3):  Alcoholismo. Causa pelagra: «las 3D» Dermatitis pigmentada, agrietada simulando quemaduras de sol, Depresión, apatía, irritabilidad, confusión y demencia, y dolor abdominal, vómitos, y Diarrea con alteración de mucosa a nivel oral e intestinal.

Piridoxina (B6): Raro, provoca también sintomatología inespecífica: Dermatitis y glositis y estomatitis. Crisis Convulsivas, Anemia Normo o Microcitica y disminucion de Linfocitos. 

Ácido fólico (B9): Produce anemia megalobástica, al igual que el déficit de Cobalamina (B12), pero esta última se acompaña de signos neurológicos.

Vitamina C: Escorbuto: Gingivitis, Mala Cicatrización, Sindromes Hemorragiparo, Fracturas Óseas.

  Elementos Traza:

Hierro: Anemia Ferropriva.

Calcio: Osteomalacia, Osteoporosis.

Fósforo: Alteraciones de Conciencia, Miopatía.

Magnesio: Alteraciones Neuromusculares, Hipocalcemia, Hipokalemia.

Zinc: Dermatitis, Alteración del Crecimiento, Inmunosupresión.

Yodo: Bocio.

Diagnóstico es de carácter clínico complementado con niveles de los elementos a evaluar dependiendo del déficit estudiado. En casos particulares se pueden hacer test más específicos tales como el Test de Schilling para evaluar a qué nivel ocurre el déficit de Vitamina B12.

Tratamiento

El de la patología de base y suplemento de los elementos deficitarios, especialmente en alcoholismo, enfermedades hepáticas, ancianos, enfermedades renales, entre otras.

Seguimiento

No requiere seguimiento controlado el déficit.

 

Referencias

1. Hirsch, S. Vitaminas y elementos traza. MEDICHI: Bases de la Medicina. Recuperado de http://www.basesmedicina.cl/nutricion/602_vitaminas/inicio.htm

Neuropatía diabética

Definición
Es la más común de las complicaciones de la Diabetes Mellitus, tanto la tipo I como la tipo II, y puede ir desde la pérdida de sensibilidad hasta el dolor y debilidad muscular, ya que compromete principalmente al sistema nervioso periférico (SNP).

Epidemiología – Fisiopatología
La neuropatía diabética afecta al 50% de los diabéticos tipo II al momento del diagnóstico e incluso previo a éste y aumenta la probabilidad de su aparición a medida que evoluciona la enfermedad con los años.
El sistema nervioso codifica de manera errónea las señales que envía el organismo y produce la neuropatía que se produce debido a una asociación de factores:

  • Metabólicos: La hiperglicemia sostenida provoca que la glucosa ingrese al axón y a la célula de Shwann, generando hiperosmolaridad y edema. Por otra parte el aumento de NADP+ evita que se neutralicen las ROS y NOS generando daño oxidativo, y la acumulación de NADH favorecerá la vía inflamatoria y la fibrosis.
  • Vasculares: Al producirse daño en los vasos que irrigan los nervios, éstos dejan de entregar los nutrientes necesarios para que la célula nerviosa codifique correctamente el mensaje.
  • Glicosilación de las proteínas: En la diabetes descompensada existe una acumulación de los productos de glicosilación (AGEs) en proteínas de larga vida como en la mielina del sistema nervioso periférico, transformándose en sustancias blanco de los macrófagos (RAGE) que contribuirán al daño.
  • Factores de crecimiento: Los niveles adecuados de insulina mantienen la supervivencia y el crecimiento del axón, pero cuando se manifiesta la DM I o en etapas avanzadas de DM II cuando los niveles de insulina son muy bajos o nulos, ya no es capaz de mantener estas funciones y se produce apoptosis de las células axonales.
  • Déficit de tiamina: La falta de insulina también incide en una menor absorción de tiamina, provocando la disminución de este micronutriente que frena el ciclo de las pentosas y favorece la vía de la fructosa que aumenta la proteína kinasa C, y que por otra parte disminuye la reducción de NADH disminuyendo la capacidad antioxidante del organismo.

Clasificación de neuropatía:

• Polineuropatías generalizadas simétricas.

– Sensitiva aguda o Crónica: Es la más frecuente, sus síntomas van desde dolor, pinchazos, hormigueos, calambres en las extremidades, sobre todo en las piernas.

– Sensorio-motora: Poco frecuente, afecta principalmente a los nervios craneales, y puede causar desde debilidad muscular hasta parálisis.

– Autonómica: Afecta el sistema nervioso autónomo y con ello los principales sistemas: digestivo, genitourinario, cardiovascular.

• Polineuropatías focales o multifocales: craneal, troncal, focal de una extremidad, motora proximal (amiotrofia diabética), polirradiculopatía crónica inflamatoria desmielinizante.

Clasificación según el tipo de fibra comprometida:

• Fibras mielinizadas gruesas: Mayor sensibilidad a daño isquémico

• Fibras mielinizadas delgadas y no mielinizadas: Mayor sensibilidad a daño por hiperglicemia.

 

Cuadro clínico

 El paciente puede ser asintomático o referir adormecimiento, parestesias, hiperestesia y/o dolor de extremidades.

 Examen Físico:

  • Pies, manos o brazos en busca de deformidad, micosis, úlceras o pérdida de sensibilidad.
  • Pruebas con monofilamentoy diapasón para sensibilidad superficial y vibratoria, respectivamente. Alfiler para evaluar algesia y pruebas de temperatura.
  • Trofismo y fuerza muscular, reflejos osteotendíneos.
  • Problemas gastrointestinales (diarrea, incontinencia fecal) a repetición que no tienen una causa determinada (patógenos o virus).
  • Problemas genitourinarios (incontinencia urinaria, disfunción eréctil, infecciones urinarias a repetición, disfunción eréctil).
  • Hipotensión ortostática.

Tratamiento

El tratamiento más importante es lograr un buen control metabólico. Se han utilizado múltiples terapias lo cual da cuenta que ninguna es completamente satisfactoria.

  • Óptimo control glicémico Ha1bc <7.
  • Fármacos como carbamazepina, ácido valproico, gabapentina, pregabalina, lamotrigina y topiramato, antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, clomipramina y nortrptilina) e inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (fluoxetina, paroxetina, citalopram y duloxetina), opiáceos (tramadol), calcitonina, terapia tópica lidocaína, capsaicina
  • Suplementos vitamínicos de tiamina.
  • Cuidados dermatológicos.
  • Precaución en los pies.
  • Reeducación alimentaria y énfasis en correcto tratamiento nutricional y farmacológico.

Seguimiento
Controles habituales por enfermedad de base. Se recomienda test de monofilamento y diapasón como screening una vez por año, junto a encuesta para estratificar el riesgo de ulceración. Pacientes con alto riesgo, deben ser derivados a especialista.

Referencias

  1. Soto, N. Complicaciones crónicas de la Diabetes Mellitus. MEDICHI: Bases de la Medicina. Recuperado de http://www.basesmedicina.cl/diabetes/706_complicaciones_cronicas/inicio.htm


Nefropatía incipiente

Definición

Daño renal precoz en diabético objetivado con microalbuminuria estimada con relación albuminuria/creatinuria ≥ 30 mg/g  y < 300 mg/g.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

El 20 a 30% de las personas con DM2 tiene daño renal al diagnóstico. La hiperglicemia crónica condiciona, a largo plazo, el desarrollo de nefropatía, retinopatía, neuropatía y cardiopatía, determinando alta morbilidad y mortalidad respecto a la población general.

Diagnóstico

Examen de orina completa realizado al diagnóstico, puede evidenciar la presencia de proteinuria.

Si la prueba es positiva, se debe realizar una confirmación diagnóstica con la razón proteínas/creatinina (RAC) en muestra aislada de orina matinal. Si el índice es mayor a 0,3 el paciente debe ser evaluado por un nefrólogo. Si es negativo, debe determinarse la presencia de microalbuminuria (30 a 300 mg/día de albúmina urinaria).

Si es < 30 mg/d realizar otro control al año siguiente.

Si está entre 30 y 300 mg/d confirma la presencia de microalbuminuria y se debe repetir la prueba en un máximo de 6 meses.

Tratamiento

Iniciar tratamiento con IECA o ARA II, ya que disminuyen progresión de nefropatía, aún en pacientes normotensos.

Controlar otros factores de riesgo CV: suspensión de tabaco, control de PA < 120/75, control LDL < 100.

Seguimiento

Controles cada 4 meses con médico, enfermera y nutricionista.

DM II: Exámenes al diagnóstico y luego control anual (OC, RAC).

DM I: Microalbuminuria anual en pacientes con ≥ 5 años de evolución de la enfermedad. Si el índice proteinuria creatinuria es mayor o igual a 0,3 derivar a nefrología. Si es menor de 30 mg/g, realizar un nuevo control en un año.

 

Referencias

  1. Tagle, R., González, F., & Acevedo, M. (2012). Microalbuminuria y excreción urinaria de albúmina en la práctica clínica. Revista médica de Chile, 140(6), 797-805. https://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872012000600016
  2. Soto, N. Complicaciones crónicas de la Diabetes Mellitus. MEDICHI: Bases de la Medicina. Recuperado de http://www.basesmedicina.cl/diabetes/706_complicaciones_cronicas/inicio.htm