Nivel de manejo del médico general: Realizar.
INTRODUCCIÓn:
Un absceso es un acumulo de pus en una lesión (herida) caracterizado por inflamación, aumento de temperatura local, coloración eritematosa y aumento de volumen, siendo causado comúnmente por bacterias. El tratamiento consiste en un procedimiento quirúrgico sencillo que se puede realizar de forma ambulatoria, donde se realiza una incisión y se drena el pus acumulado.
INDICACIONES:
- Todo absceso debe ser drenado una vez que haya sido diagnosticado.
CONTRAINDICACIONES:
- Ninguna.
COMPLICACIONES:
- Hemorragia: Las zonas tisulares inflamadas que rodean al absceso presentan elevada vascularización, por lo que se debe evitar, en lo máximo posible, la incisión de estas zonas. La colocación de un vendaje sobre la lesión ayudará a la hemostasia de la herida. Por otra parte, no realizaremos desbridamientos bruscos de la cavidad para evitar la lesión de pequeños vasos subcutáneos.
- Supuración crónica: Incisión demasiado pequeña. La apertura del absceso deberá ser lo suficientemente grande para evitar el error frecuente de drenar una gran cavidad a través de una incisión relativamente pequeña y producir un absceso crónico.
- Cierre en falso de la cavidad: Cuando se realizan incisiones demasiado pequeñas y no se coloca un tubo de drenaje, es bastante frecuente que se cierren demasiado pronto los bordes de la herida no dando tiempo al cierre de la cavidad y, por consiguiente, a la persistencia de la infección. Por este motivo, se deben realizar incisiones suficientemente grandes y colocar algún tipo de drenaje en la cavidad. Las curas diarias son también importantes para evitar que se produzca esta complicación.
- Persistencia del absceso: No se ha drenado el absceso, generalmente porque hemos abierto el tejido flemonoso sin llegar a la cavidad abscesificada. Podremos evitar esta complicación si, antes de realizar la incisión de la piel, localizamos la cavidad del absceso mediante punción y aspiración con una aguja conectada a una jeringa y, una vez localizada, dejamos la aguja en la cavidad para que nos sirva de guía al hacer la incisión.
MATERIALES E INSUMOS:
- Gasas y compresas estériles
- Solución antiséptica
- Guantes estériles
- Jeringas y agujas
- Lidocaína 1-2%
- Bisturí desechable n° 15-20
- Pinza Kocher
- Suero fisiológico
- Drenaje de caucho o silicona (penrose)
- Apósito estériles
PREPARACIÓN Y PROCEDIMIENTO:
- Limpiar o lavar la zona con solución antiséptica.
- Colocar campo estéril.
- Infiltrar capas superficiales de la piel con lidocaína 1-2% siguiendo la dirección que llevará la incisión.
- Introducir aguja colocada en jeringa aspirando lentamente hasta la salida de material purulento para localizar zona abscedada. En algunas ocasiones puede ser de gran utilidad no retirar la guja para que nos sirva de guía al realizar la incisión.
- Realizar incisión en zona de mayor fluctuación o punto máximo de hipersensibilidad. Siempre que sea posible, realizar la incisión en la dirección de las líneas de tensión de la piel (líneas de Langerhans). No se deben realizar incisiones en cruz, ya que éstas no son necesarias, retrasan la curación y dan lugar a una cicatriz extensa.
- Con pinza Kocher se separan al máximo los bordes de la incisión para vaciar el absceso y posteriomente debridar la cavidad con ayuda de esta pinza o preferiblemente introduciendo el dedo meñique por la incisión (si ésta es lo suficientemente grande), que además nos permita garantizar un drenaje completo y asegurarnos de que no existen cuerpos extraños en la cavidad.
- Lavar cavidad del absceso con abundante suero fisiológico a presión (utilizando una jeringa).
- Colocar drenaje (Penrose) en cavidad para garantizar un drenaje continuo de la lesión.
- Cubrir lesión con gasas y/o apósitos estériles.
CONSIDERACIONES ESPECIALES:
- Localización de los abscesos. Los abscesos presentes en determinadas localizaciones deben ser tratados con extremada precaución: todas las infecciones que afectan el denominado «triángulo de la muerte» (que tiene como base la unión de ambas comisuras labiales y forma un triángulo con el puente nasal) pueden extenderse hacia el seno cavernoso a través de la vena oftálmica, pudiendo tener consecuencias graves. Siempre que exista hinchazón bajo el canto interno del ojo se deberá descartar la presencia de dacriocistitis. Un absceso del dorso de la mano puede ser reflejo de una infección palmar más extensa, como es el caso de una infección del espacio membranoso proveniente de un callo palmar. Los abscesos perineales profundos pueden extenderse ampliamente, por lo que es preferible realizar un drenaje quirúrgico bajo anestesia regional o general.
- Empleo de antibióticos. En la infección localizada el único tratamiento necesario es el drenaje quirúrgico. Sin embargo, en pacientes diabéticos o inmunodeprimidos, infecciones de los dedos y de la mano y en las infecciones extensas es obligatorio administrar antibióticos de forma concomitante.
- Aspiración con aguja. En algunas ocasiones es difícil valorar si un flegmón representa la existencia de tejido inflamado o de un absceso con múltiples celdillas. En estos casos, la aspiración con aguja es de gran utilidad.
- Anestesia local. Los anestésicos locales inyectados en áreas inflamadas son menos eficaces, debido al aumento de su absorción y a que los tejidos inflamados presentan acidosis. La pequeña cantidad de anestesia necesaria no producirá sobredosis en la mayoría de los procedimientos quirúrgicos efectuados ambulatoriamente, pero se debe conocer la dosis tóxica de los anestésicos locales utilizados (no se debe administrar una cantidad superior a 5 mg/kg de peso de lidocaína). La epinefrina aumenta la duración de la anestesia local, debido a que origina una vasoconstricción, pero no se pueden inyectar soluciones que contengan esta sustancia en los dedos, pene ni en la oreja, ya que ello conlleva un riesgo de gangrena.
- Vendaje de la lesión. Ayuda a que se realice la hemostasia de la herida y evita que la superficie cutánea se cierre prematuramente. En general, el vendaje puede retirarse a los dos o tres días. Los vendajes con medicamentos no ofrecen ninguna ventaja frente al vendaje sencillo.
- Diagnóstico diferencial. Ante una masa inflamada en la región cervical, supraclavicular, axilar o inguinal, siempre debe sospecharse como causa de la misma, la existencia de una linfadenitis necrosante o supurativa que puede estar producida por diferentes infecciones: tuberculosis, enfermedad micobacteriana atípica, linfogranuloma venéreo, enfermedad por arañazo de gato.
BIBLIOGRAFÍA: