Se debe asumir el reconocimiento de derechos de las personas, la salud sexual y reproductiva, la perspectiva de género, la violencia, particularmente la violencia sexual que sufren las mujeres, la participación del hombre en la gestación y en el cuidado de los hijos e hijas, y las recomendaciones basadas en la evidencia científica de las mejores prácticas en la asistencia durante el embarazo, preparto, parto y post parto. Se deben reconocer los siguientes conceptos.
A. Derecho a la salud
Es un estado de bienestar completo, mental físico y social. Recordar no sólo involucra el acceso a atención oportuna y adecuada, sino también determinantes ambientales y sociales de la salud.
Como parte de este derecho están los derechos reproductivos de las personas, los que involucran acceso a información, servicio y apoyo necesario para alcanzar vida sana, libre y plena en el ámbito sexual y reproductivo, sin discriminación de por medio.
B. Salud Sexual y Reproductiva
Entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria sin riesgos la libertad para decidir procrear. Es fundamental para las personas dentro de todo su ciclo vital, iniciándose en la niñez, reforzada en la adolescencia y ejercida en vida adulta, con consecuentes luego del periodo post reproductivo.
Las acciones de salud son fundamentales para la decisión de tener un hijo(a) en el momento en que se desea (regulación de la fertilidad), la gestación, preparación para el nacimiento y la crianza, atención personalizada durante el preparto – parto, atención integral de la mujer y el niño o niña, apoyo a la crianza compartida y no solo de responsabilidad de la madre, promoción del desarrollo biopsicosocial del niño o niña y atención preventiva de salud de la familia.
C. Perspectiva de Género
La atención del proceso reproductivo exige considerar las diferencias de roles y contribuir de forma explícita a corregir las inequidades impuestas a los géneros vigentes, las cuales son injustificadas y corregibles.
Las mujeres y hombres tienen perfil de morbilidades distintas y así también sus necesidades con respecto a la atención en salud. Algunas están dadas al sexo de manera biológica y otras están dadas por roles culturales. Por ejemplo la sobrecarga al rol de mujer como cuidadora. Así mismo también la autonomía de la mujer con respecto a la sexualidad es menor que la de los hombres.
Este manual pretende contribuir a que las mujeres ejerzan control al derecho en el ámbito de salud sexual y reproducción y reconocer e incentivar el ejercicio del rol de los hombres en el proceso de reproducción y crianza.
D. Violencia de Género
Violencia contra la mujer es cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer o que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona. Trae consigo múltiples consecuencias físicas, emocionales y sicológicas. Así como también sexuales, tales como embarazos no deseados por violación, ETS y producir efecto de transmisión transgeneracional.
La violencia intrafamiliar es una de las formas de violencia que viven las mujeres con énfasis en relaciones familiares, teniendo por principal víctima niños y mujeres, siendo ejercida la violencia por hombres, en contexto de discriminación sociocultural.
La violencia intrafamiliar en chile alcanza 50.3% dentro de la RM. Lo cual nos hace notar la gran cantidad de casos, siendo estos no comunicados directamente por las mujeres ya sea por vergüenza, temor o normalización, ignorando así el delito.
Por lo anteriores es importante para el personal de salud tener presente que la forma más frecuente y grave que sufren violencia las mujeres es con el ejercicio del poder, expresándose en ámbitos social, económica y políticamente. Pudiendo presentarse también como violencia sexual, siendo esta siempre un delito independientemente de si ocasiona o no daño físico a la víctima. Por lo que cualquier prestador de salud debe estar atento a sospechar estas situaciones y denunciar cuando corresponde. |
E. Participación del hombre en la gestación y en el cuidado de los hijos e hijas
Tradicionalmente las mujeres han sido responsables del trabajo doméstico y cuidado de hijos; diversos estudios han demostrado que mientras mayor es el tiempo invertido en el trabajo doméstico peor es la salud. Lo cual evidencia la necesidad de alcanzar el ideal de paternidad compartida, hay que reconocer que los hombres tienen menos oportunidades de acceder a información y familiarizarse con centros de atención, por lo cual se debe ofrecer los espacios para ejercer su rol. Siendo necesario que los servicios de salud sexual y reproductiva entregarles información sobre lo que pueden realizar, motivando a asistir a controles y consultas de salud, haciendo explícito el papel de los hombres durante todo el proceso, contribuyendo así a la equidad de género al hacerlo parte de un acontecimiento vital como pareja.
F. Asistencia durante Gestación, Preparto, Parto y Postparto.
Desde el planteamiento de los derechos de las personas en salud y el reconocimiento a la equidad de género que se hace patente la necesidad de reorientar la atención en el proceso reproductivo.
Se busca la humanización de la salud, entendiéndolo como un bienestar, reconocemos tiempos que se hacen fundamentales para la relación madre – hijo:
– Periodo Primal1: desde la concepción hasta el primer año de vida.
– Periodo sensible Postparto2 : comprende las primeras dos horas de vidas
G. Practicas invasivas
Hay prácticas invasivas normalizadas por la atención de salud y los profesionales, que en las últimas décadas han sido desestimadas.
– En 1985 se emite la Declaración de Fortaleza, por la OMS. Donde se declara “El nacimiento no es una enfermedad” y se formulan 16 recomendaciones para apropiada tecnología al nacimiento.
– Según estudios de Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo Humano; tasas de cesáreas sobre 15% someten a un riesgo injustificado a mujeres e hijos, generando también una carga presupuestaria para el sistema sanitario.
– En 1999 se elabora un nuevo informe de trabajo técnico sobre Parto Normal, el cual agrupa las diversas prácticas relacionadas con la atención durante el embarazo y el parto en 4 categorías3.
Agrupando sus características:
Realidad Práctica en Chile4
– Presenta la tasa más alta de cesáreas a nivel mundial5 con predominio de práctica privada. Lo cual plantea la necesidad de un proceso activo de cambio por parte de los profesionales de la atención obstétrica y, por parte de la población usuaria de sus servicios.
– Profesional del parto cercana al 100 % y, con una fecundidad promedio de 2,2 hijos
– La participación del padre en el parto alcanza un promedio porcentual a nivel país de 56%.
Importancia de la Atención Prenatal
Favorecen la salud física y mental de la madre hijo y la familia. La OMS recomienda 4 controles prenatales para atención de mujeres embarazadas que no presentan complicaciones. Sin diferencias significativas en términos de anemia severa postparto, pre-eclampsia, infecciones del tracto urinario y bajo peso al nacer, eclampsia y muerte materna y neonatal con respecto a una atención con un mayor número de controles.
La educación en el embarazo más la protocolización de la atención del trabajo y parto, redujo las intervenciones de rutina usadas en este proceso, lográndose un 20% de parto natural y 7,5% de cesáreas en el grupo intervenido. En esta investigación se entregaron herramientas y se desarrollaron habilidades para enfrentar el trabajo de parto en forma natural y protagónica, junto a su pareja o persona acompañante.
H. Atención en Trabajo de Parto y Parto.
Actualmente la excesiva “medicalización” del parto promueve el uso de intervenciones innecesarias desconociendo o subestimando la importancia de los aspectos psicológicos del embarazo y el parto, sin embargo la evidencia científica fundamenta el hecho de que algunas intervenciones pueden afectar la relación madre-hijo al nacer. Por ello es importante es estimular la compañía durante el trabajo de parto – no forzarla – de una persona afectivamente significativa para la mujer.
La tendencia actual en la asistencia obstétrica, se basa en dos principios éticos: el respeto a la autonomía de la mujer en una experiencia de tanta significación emocional para ella y su familia y el no someter a la madre a un daño innecesario. De lo anterior se desprenden una serie de recomendaciones basadas en la evidencia actual:
– Apoyo emocional continúo en trabajo de parto y parto
Se ha demostrado la que puede ser considerada una forma de aliviar el dolor alternativa al uso de analgesia, previniendo así la cascada de intervenciones que desencadenaría el uso de esta. Con menos morbilidad asociada y mejor movilidad durante el T. de P. y el parto espontáneo.
– Continuidad en la atención
Se ha demostrado presenta menor probabilidad de uso de analgesia durante el parto y sus hijos presentan menor probabilidad de requerir reanimación.
– Monitoreo Fetal Continuo
Se recomienda solamente en situaciones donde exista mayor riesgo fetal y no de rutina.
– Plantear un plan inicial por parte del equipo de salud
Con respecto al manejo del dolor según recursos disponibles que se utilizarán.
– Posición de la mujer durante el trabajo de parto y parto
La OMS recomienda no utilizar la posición decúbito dorsal, concordando con numerosos estudios que han demostrados los beneficios de la posición vertical o lateral durante la segunda fase de parto, con menos tasas de cesárea, episiotomía, analgesia, uso de ocitocina y duración del periodo expulsivo.
– Instalación rutinaria de fleboclisis con soluciones glucosadas y/o Libres de sales
No se recomienda el uso de soluciones glucosadas puesto que sobre 25 gr de glucosa EV produce hiperinsulinismo fetal e hipoglicemia neonatal. El uso excesivo de soluciones EV libre de sales pueden llevar a hiponatremia.
– Alimentación durante el trabajo de parto.
Se recomienda ingesta para prevención de deshidratación y cetosis. Se recomienda ingesta oral de líquidos y dieta liviana, según los deseos de la mujer. En el periodo final o de transición al parto es recomendable ofrecer helado de agua con sabor.
– Uso de enema
No hay evidencia suficiente que respalde su uso.
– Rasurado Perineal
No está recomendado. Produce microlaceraciones, favoreciendo colonización de micro-organismos. No se ha demostrado disminución de morbilidad febril postparto.
– Episiotomía
Se recomienda el uso restrictivo de la episiotomía.
– Indicación de pujar en periodo expulsión
Se debe esperar que la mujer sienta necesidad de pujar. Si se usó analgesia el reflejo de pujo se inhibe por lo que se puede esperar hasta que el vértice esté bien visible en introito.
Si el parto se prolonga >2 hrs en nulípara o >1 hr en multípara se debe considerar terminar el parto.
– Contacto piel a piel temprano
Para las madres y sus recién nacidos sanos. Produce efectos estadísticamente significativos y positivos, se recomienda fuertemente este punto.
Referencias
1. Termino entregado por el destacado médico francés, Michel Odent.
2. Termino entregado por el destacado Neonatólogo, Marshall Klau.
3. (ver capitulo X)
4. Fuente: DEIS año 2006.
5. En el sistema público alcanza 33,7% y en relación a la anestesia peridural se habría administrado al 25,7% de los partos normales.