Definición

Infección aguda de las vías respiratorias superiores, autolimitada, de 4 a 7 días.

Producida por diversos virus como Rinovirus, Coronavirus, Influenza, Parainfluenza, VRS, ADV, Enterovirus, Metaneumovirus, entre otros. Su incidencia es estacional, dependiendo del tipo de virus que lo produce, en invierno es más frecuente coronavirus, a su vez que en otoño y primavera por rinovirus. 

Es de curso benigno y generalmente de buen pronóstico.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

Etiología: Existen muchos tipos de virus implicados en su aparición. Los que predominan son los rinovirus (con más de 100 serotipos que provocan entre el 30-40% de los episodios) y los coronavirus (10-15%), seguidos por los enterovirus (Coxsakie A21, B2-5 con incidencia < 5%), virus parainfluenza (< 5%), virus influenza A y B (< 5%),adenovirus (serotipos 4,5 y 7, incidencia < 5%) y VRS (< 5%). El resto de los agentes virales, que producen esta afección respiratoria en un 30-40% son desconocidos. Según estudios de incidencia actuales está adquiriendo cada vez mayor rol patogénico el metapneumovirus.

El agente más frecuente el Rinovirus, a los 6 meses el 20% de los lactantes ha presentado la infección y a los 2 años el 92%.

Epidemiología: En climas templados se encuentra durante todo el año, pero tiene un máximo comprendido entre fines de otoño, invierno y comienzo de primavera. Se estima una frecuencia anual de 6 a 8 episodios en lactantes y preescolares, y de 2 a 4 episodios en adultos. 

Fisiopatología: El mecanismo de transmisión más importante es por las manos contaminadas con secreciones nasales o por fómites.

El contacto directo con gotitas infectadas, a menos de un metro del paciente es el segundo mecanismo de contagio. La patogenia depende de la replicación viral y la respuesta del hospedero, pero sus mecanismos no están dilucidados, y son diferentes según cada virus. Rinovirus ingresa por la conjuntiva, alcanza la mucosa nasal y se replica en el epitelio de la rinofaringe, los síntomas comienzan en las primeras 12 horas de infección y hasta 25% son asintomáticos.

Diagnóstico

Es Clínico. No es necesario realizar estudio etiológico. 

Se presenta inicialmente con: rinorrea serosa asociada a estornudos, obstrucción nasal, otalgia, odinofagia leve, tos seca y fiebre ausente o baja.  Puede presentare anorexia. A medida que evoluciona el cuadro, la rinorrea se espesa y se torna amarilla, lo que no implica infección bacteriana. Leve compromiso del estado general.  

En < 1 año el cuadro clínico se puede presentar de forma más intensa, con fiebre de hasta 38,5ºC y alteraciones del sueño. En niños mayores y adultos puede agregarse cefalea, mialgias, tos irritativa y habitualmente es de curso afebril. 

Al examen físico destaca eritema faríngeo difuso, eritema conjuntival, rinorrea acuosa en los primeros días y estridor nasal. 

En < 3 meses interrogar dirigidamente tos, disnea o taquipnea. 

Tratamiento

Sintomático, control de la fiebre y detección precoz de complicaciones.

Medidas generales:

  • Reposo relativo, principalmente en niños, ancianos o personas con patología pulmonar crónica. 
  • Abundante ingesta de líquidos.
  • Alimentación fraccionada (sobre todo en lactantes).
  • Aseo nasal con suero fisiológico.
  • Abrigo adecuado.

Medicamentos:

  • En caso de fiebre > 38° o dolor: Paracetamol 10-15 mg/kg/dosis 3-4 veces al día (máx. 2gr/día).
  • Los descongestionantes o antihistamínicos no están recomendados para menores de 5 años.
  • No están indicados los antibióticos.

Evaluación adicional:

  • Fiebre persistente por >48 hrs.
  • Tos frecuente e intensa, pausas respiratorias, quejido, dificultad respiratoria.
  • Todo menor de 3 meses a las 48hrs de evolución. Esto porque algunos virus pueden producir IRA baja.

Seguimiento

Pronóstico en general es bueno, correspondiendo a una enfermedad autolimitada que dura una semana. 

Se debe tener presente posibles complicaciones, como: 

  • OMA: La más frecuente en niños, como extensión de la infección viral al oído medio o por infección bacteriana secundaria a la disfunción tubaria por el resfrío.
  • Neumonía: Se sospecha ante persistencia o re-activación de la fiebre, quejido, dificultad respiratoria y rechazo alimentario. En el menor de 3 meses debe buscarse activamente y educar a los padres en la detección de sus síntomas.
  • Sinusitis: En niños mayores y adolescentes.
  • Crisis de asma o SBO: El 80% de las crisis son desencadenadas por infecciones virales (hasta el 60% por Rinovirus).
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