La rabia es una enfermedad causada por un virus RNA de la familia Rhabdoviridae. Se puede transmitir de forma directa o indirecta, por inhalación de secreciones. La forma más común de transmisión es por la mordedura de animales (perros, gatos, murciélagos). Actualmente se dispone de una vacuna producida en cultivos celulares, que tiene inicio de acción más rápido (7 días frente a 21 días de la vacuna tradicional), y menor incidencia de efectos adversos (reacciones neuroparalíticas, aunque en Chile nunca se han reportado este tipo de reacciones). Además, existe inmunoglobulina para inmunidad pasiva.

En Chile no se registraban casos de rabia humana desde 1996, pero se presentó uno en agosto de 2013, transmitido por murciélago. En caso de mordedura, debe realizarse anamnesis y llenarse el formulario de denuncia de accidente por mordeduras. Clásicamente se describía que en caso que el animal haya atacado sin causa aparente, se muestra agresivo con personas u otros animales, rechaza el agua o pierde su ciclo sueño-vigilia normal, se consideraba sintomático y si el animal no presenta dichos signos, se debía observar por 10 días; pero a raíz de caso presunto en la región de Valparaíso, se decretó una nueva circular por parte del MINSAL que dicta que:

Toda persona mordida por perro o gato deberá recibir vacunación completa contra la rabia, la que corresponde a 5 dosis de vacuna antirrábica (administradas los días 0,3,7,14 y 28). El tratamiento debe ser iniciado en la primera atención que se entregue a un consultante en un centro asistencial, sea este público o privado.

La única excepción para que una persona no inicie el esquema de vacunación regular será cuando el responsable del animal identificado como mordedor, exhiba el carnet de vacunación del animal u otro certificado que acredite el calendario de vacunación este al día.

Una vez que se inicie el esquema de vacunación, solamente podrá ser suspendido cuando el ISP certifique que el animal mordedor este libre del virus de la rabia y que el animal mordedor se encuentre vivo y sano al cabo de 10 días siguientes a la mordedura. 

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