Dirección: funciones de la dirección, liderazgo, comunicaciones, coordinación

Introducción

La Dirección es el principal rol estratégico del gestor. Requiere de las denominadas habilidades blandas, dentro de las que destaca la capacidad de liderazgo motivacional eficiente, del pensamiento estratégico y de tener un sistema de valores y principio éticos propios. La dirección de comunicaciones se encarga de gestionar todo aquello que tenga que ver con comunicar, ya sea en un ámbito interno, o en uno externo. En el contexto de la salud, cobra una importancia vital, ya que el recurso humano es el mayoritario. La dirección de comunicaciones y organiza y planifica todas las funciones de los distintos departamentos procurando puentes con todos los recursos necesarios para ello.

Dirección y liderazgo

La Dirección es el núcleo estratégico del gestor, pues en el desempeño de esta función el gestor alcanza su mayor estatura como líder del equipo o de la organización. Para el desarrollo de este rol son esenciales ciertas características personales como; las denominadas habilidades blandas, el pensamiento estratégico y un profundo sentido ético. Cada persona tendrá una forma propia de ejercer este rol, dependiendo de las características propias de su personalidad, conocimientos sobre la institución, valores, intereses, etc, además, dependiente de la relación que se forme con las personas con las que se debe trabajar. Algunas de las responsabilidades que podría o debería asumir el Director son:

Definir estrategias y prioridadesDirigir equipos
Dirigir la agendaGestionar talento y diversidad
Comprender el quehacer organizacional y su contexto externoOrientar, inspirar y motivar personas
Tomar decisionesGestionar expectativas
Resolver conflictosInfluir en la cultura organizacional
Evaluar el trabajo y dar feedbackGenerar cambio
Coordinar personasEscuchar y comunicar, asegurar los flujos de comunicación
Construir equipos, redes y alianzasGestionar personas; contratar, inducir, delegar, motivar.

 

Características del Director

  • Habilidades blandas;

Se refiere a las relacionadas con el trato de las personas, son especialmente necesarias en el área de salud, donde el 70 a 80% de los recursos financieros son dedicados a recursos humanos. Dentro de estas habilidades destaca el liderazgo, entendido como, el proceso de influenciar en las personas que constituyen un equipo de trabajo para que puedan alcanzarse las metas deseadas o definidas por la organización. El principal instrumento del que dispone un líder es la motivación y un buen líder requiere, entre otras condiciones; carisma, inteligencia, sensibilidad, asertividad, integridad y capacidad de convencimiento.

La tarea del líder es alinear los intereses de las personas, que son obviamente diferentes, con los intereses de la organización, de modo que ésta alcance las metas predefinidas logrando al mismo tiempo que las personas sientan que han contribuido a alcanzar esta meta colectiva y logren satisfacción personal o perciban una ganancia en ello. 

El liderazgo debe alcanzarse en base a la autoridad formal y a la legitimidad en el ejercicio de la autoridad. Por lo mismo, aparte de los líderes formales, en una organización de salud pueden existir líderes informales, los cuales deben ser relevados y considerados seriamente en cualquier estrategia institucional. Los directivos dirigen, comunican a través de canales y redes, descubren necesidades motivacionales, motivan proporcionando medios para satisfacer necesidades, y utilizan diversos estilos de liderazgo. Esto es especialmente relevante en momentos de cambio o crisis, cuando se requiere una correcta gestión del cambio para reducir las incertidumbres y temores propios de un proceso que modifica la situación actual a una en que la organización aún no tiene experiencia.

  • Pensamiento estratégico:

Este tipo de pensamiento requiere la capacidad de evaluar lo pasado y proyectar el futuro en múltiples escenarios, comprendiendo el conjunto de fuerzas que están involucradas. Debe ser capaz de liderar procesos organizacionales de definición de misión, visión, objetivos estrategicos y métodos de análisis de escenarios como el FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) u otros. Esto, además, requiere un profundo conocimiento de la situación, en el caso de la organización; de su historia, su estado actual, su población beneficiaria o clientes, sus proveedores de insumos, sus competidores directos e indirectos, y los integrantes de la organización con sus personalidades, historias, capacidades y motivaciones. Para esto se debe poseer una perspectiva amplia, incorporando no solamente la visión de su grupo sino también la de la organización mayor, el sector y población beneficiaria.

La utilización y gestión de recursos debe amparar las estrategias definidas, permitiendo sustentabilidad en el tiempo de las iniciativas emprendidas, adoptando una orientación a largo plazo. También, se requiere conocer los actores involucrados o grupos de interés (stakeholders), comprender sus intereses y construir las redes y alianzas necesarias para dar soporte a las iniciativas. Para esto, establecer relaciones de beneficio mutuo es clave para conseguir el apoyo que se requiere para emprender y para construir redes (networking). 

El pensamiento estratégico además se hace necesario en la comunicación interna y externa, en la gestión de conflictos, de personas y en todo el listado de quehaceres de un directivo.

  • Sentido ético:

Un profundo sentido ético será la clave en el éxito del rol directivo. La responsabilidad, integridad y transparencia son claves para crear confianza, la que a su vez es el tejido que sostiene las relaciones entre personas y permite el trabajo conjunto. Sin los puentes de la confianza construidas, no se puede pretender realizar una gestión eficaz, ni menos gestionar cambios. Poseer conocimientos y competencias técnicas, y reconocer las debilidades, es también un pilar en la construcción de confianza. 

Cuando eres directivo, cada acto, palabra y decisión tiene el riesgo de ser difundido y juzgado por otro, lo central es permanecer fiel al sentido ético del quehacer, evitando “tomar bando” y emitir juicios. Para tener sentido ético es primordial contar con un sistema de valores propios, el que servirá de orientación en situaciones confusas y difíciles de resolver.

Este sistema de valores deberá constantemente poner sobre una balanza los intereses de los 3 grupos más importantes en torno a la organización:

  • Aquellos que crearon la organización e impulsaron su desarrollo (sus dueños)
  • Aquellos para quien la organización fue creada y que se benefician de sus actividades (sus clientes)
  • Aquellos que hacen posible con su esfuerzo, dedicación y muchas veces sacrificio las obras de la organización (sus trabajadores). 

En resumen, los principios de la dirección son lograr armonía de objetivos, liderar, motivar, comunicar y gestionar la organización formal e informal. 

Dirección de comunicación: 

Se encarga de gestionar, administrar y controlar toda información y acción de comunicación referente a la organización, ya sea de orden interno, como externo. Al mismo tiempo, es necesario contar con mapas de públicos vinculados, y las características de cada uno de ellos, a modo de cerciorarse que el mensaje que se quiera comunicar llegue en el código correcto y sea entendido por el público final. Dentro de sus funciones, también es necesario recolectar información externa que diga relación con la organización (leyes, ordenanzas municipales, derechos de ciudadanos, etc) que sea explicada y correctamente trasmitida al Personal en contacto con el público, si es que esta lo ameritara.

Además, la dirección de comunicación debe construir un plan de crisis, ese debe establecer todas las posibles contingencias vinculadas a una organización (en el caso de un hospital, un incendio, contaminación química, explosión de radiación, alguien con una pistola) y capacitar al personal en los protocolos. Esta dirección se encarga de crear planes de medios, base de datos mediáticas y establecer protocolos de comunicación. Dentro de ello, denominar un vocero único quien será el encargado de compartir información con la prensa como canal exclusivo de comunicación. La información debe estar detalladamente explicada y no debe ser improvisada por el criterio propio del representante. Finalmente, debe establecer planes de transmisión de la información a través del organigrama y el sociograma. 

Coordinación: 

La coordinación debiera depender de la Dirección de comunicación, o, al menos trabajar codo a codo. Se encargan de coordinar, planificar y designar las labores para cada departamento y controlar el correcto ejercicio de éstas.

 

Conclusiones 

Como conclusión podemos decir que el rol de directivo para que sea productivo debe ser realizado por una persona con un liderazgo que permita la motivación, integración y comunicación de todas las partes de la organización, de manera que todos se sientan parte del cumplimiento de las metas y trabajen en ello de la mejor manera posible, sintiendo que también contribuye a su desarrollo personal. Para que el líder pueda ejercer sus funciones, debe contar con una dirección de comunicaciones y coordinación eficiente y cooperadora, que trabajen en el mismo sentido del líder, de manera de favorecer el desarrollo y crecimiento de la organización.

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