Nivel de manejo del médico general: Realizar

Introducción

Los abscesos son acumulaciones de pus que pueden aparecer en cavidades ya establecidas (abscesificación de un quiste epidérmico) o en cavidades producidas por la destrucción infecciosa de los tejidos (absceso perianal, panadizo, etc.).

El tratamiento se basa en la liberación del pus (drenaje) y en la eliminación de bridas, adherencias o tejidos necróticos que estorben su salida completa (desbridamiento de la cavidad).

El drenaje de abscesos es un procedimiento quirúrgico sencillo que se puede realizar de forma ambulatoria, si bien exige haber observado personalmente su ejecución. Se ha demostrado que tanto las colecciones simples como tabicadas pueden ser tratadas exitosamente de forma percutánea. Mientras más simple sea el absceso, mayor es la probabilidad que el drenaje sea exitoso.

Indicaciones

  • Una vez hecho el diagnóstico, todo absceso debe ser drenado.

Contraindicaciones

  • No existirían contraindicaciones para este procedimiento.

Complicaciones

  • Hemorragia

  • Supuración crónica

  • Cierre en falso de cavidad

  • Persistencia del absceso

Materiales o insumos necesarios

  • Gasas estériles o algodón.

  • Solución antiséptica de clorhexidina o povidona yodada.

  • Paños estériles con o sin fenestración.

  • Guantes estériles.

  • 2 Jeringas de 10 ml, estériles, con 2 agujas calibre 21Gx40mm.

  • Jeringa de 20 ó 50 ml (según tamaño de absceso).

  • Aguja calibre 25G x 15 mm (idealmente).

  • Lidocaína al 1 ó 2%, 10 cc (1 ampolla)

  • Equipo de procedimiento (con al menos Bisturí desechable y Pinza Kocher)

  • Suero fisiológico.

  • Dren de caucho o silicona (Penrose), o cinta de gasa de 1/2 ó 1 pulgada.

  • Gasas y compresas estériles.

  • Apósito estéril.

Preparación

  • Explicar el procedimiento y solicitar firma de consentimiento informado.

  • Colocar al paciente en una posición que sea cómoda y nos permita visualizar bien el absceso.

  • Realizar lavado quirúrgico de manos y colocarse guantes estériles.

  • Desinfectar la zona a intervenir con solución y material estéril.

  • Preparar y colocar el campo.

  • Preparar anestesia: Con jeringa estéril y aguja 21G aspirar contenido de ampolla, diluir en suero fisiológico si es necesario. Eliminar aguja y encajar una calibre 25G (si se cuenta con ella) o una nueva 21G.

Procedimiento

  • Infiltrar las capas superficiales de la piel con lidocaína, siguiendo la dirección que llevará la incisión, aspirando mientras se punciona.

  • Introducir en el centro del absceso una aguja de calibre 21G, colocada sobre una jeringa de 10 mI, aspirando lentamente, indicando la salida de material purulento la zona abscedada. Si corresponde, tomar muestra para cultivo.

  • Realizar una incisión en la zona del absceso que presente mayor fluctuación o punto máximo de hipersensibilidad, buscando seguir la dirección de las líneas de tensión de la piel. No se deben realizar incisiones en cruz, ya que no son necesarias, retrasan la curación y dan lugar a una cicatriz extensa.

  • Realizar desbridamiento de la cavidad con pinza Kocher, separando al máximo los bordes de la incisión para vaciar el absceso.

  • Asegurar un desbridamiento completo de la cavidad y ausencia de cuerpos extraños con la ayuda de la pinza o introduciendo el dedo meñique (si la apertura lo permite).

  • Lavar la cavidad del absceso con abundante suero fisiológico que se inyectará a presión mediante la utilización de una jeringa.

  • Insertar un pequeño drenaje (Penrose) en la cavidad para garantizar un drenaje continuo de la lesión. También se puede rellenar la cavidad con cinta de gasa vaselinada que se cambiará diariamente.

  • Colocar apósito. Cubrir la lesión con gasas y apósito estériles.

Consideraciones especiales

  • Localización de los abscesos: Los abscesos presentes en determinadas localizaciones deben ser tratados con extrema precaución:

– Todas las infecciones que afectan el denominado «triángulo de la muerte» pueden extenderse hacia el seno cavernoso a través de la vena oftálmica, pudiendo tener consecuencias graves. Siempre que exista edema bajo el canto interno del ojo debe descartarse dacriocistitis

– Un absceso en el dorso de la mano puede ser reflejo de una infección palmar más extensa.

– Los abscesos perineales profundos pueden extenderse ampliamente, por lo que es preferible realizar un drenaje quirúrgico bajo anestesia regional o general.

  • Anestesia local: Los anestésicos locales inyectados en áreas inflamadas son menos eficaces, debido al aumento de su absorción y a que los tejidos inflamados presentan acidosis.
  • El vendaje de la lesión ayuda a que se realice la hemostasia de la herida y evita que la superficie cutánea se cierre prematuramente. En general puede retirarse a los 2-3 días
  • Ante una masa inflamada en la región cervical, supraclavicular, axilar o inguinal, siempre debe sospecharse como diagnóstico diferencial, la existencia de linfadenitis necrosante o supurativa, producida por diferentes infecciones.

Bibliografía

Drenaje de abscesos. Técnicas de Cirugía Menor. Wyeth & Lederle. Universidad de Valladolid. 2007.

Percutaneous Abscess Drainage. Evan J Sammett, MD. Medscape, actualizado 28 Abril 2016. http://emedicine.medscape.com/article/1821039-overview

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