Introducción

En Chile ha existido durante los últimos años un mayor interés de la población por conocer y acceder a terapias distintas a la medicina convencional, alopática o también llamada “occidental”, la cual ha sido por muchos años la principal y predominante medicina (sino la única) practicada en el sistema de salud chileno, ya sea público o privado. Debido a este interés han surgido, de forma progresiva, lugares para acceder a otro tipo de terapias, las cuales han sido genéricamente catalogadas como medicina complementaria o alternativa (MCA), tomando un rol importante en la condición de salud de la población actualmente.

     A pesar de este creciente interés todavía existe una gran distancia entre los profesionales y técnicos dedicados a la medicina convencional y aquellos dedicados a los múltiples tipos de MCA, lo cual puede deberse a una suma de diversos factores: El primero de ellos es que, si bien gran parte terapeutas que se dedican a las MCA pertenecen a alguna profesión o carrera técnica relacionada con la salud (37% según el “Diagnóstico situacional de las medicinas alternativas en el país” realizado en Chile por la Universidad de Talca durante el año 2010)(1), es sumamente bajo el porcentaje de los profesionales de la salud que tienen alguna noción clara sobre la definición de las MCA, sus beneficios, ventajas y principales usos, lo que impacta en una baja prescripción de estos: de los pacientes atendidos apenas un 11% es derivado por algún profesional de la salud (1). Otro factor relevante es que no existe en la actualidad un espacio curricular en el pregrado para abordar temas de MCA, imposibilitando que los nuevos profesionales posean los conocimientos necesarios para poder vincular su quehacer con esta medicina, lo cual se refleja en una encuesta sobre conocimientos de MCA realizada a estudiantes de quinto año de medicina de la Universidad Católica de Chile en el año 2005 en la cual se afirma que «La mayor parte de los encuestados conoce poco de la acupuntura y la homeopatía y sólo ha oído nombrar a la medicina mapuche y el reiki”(2), siendo estas algunas de las MCA más populares. Por el lado de los pacientes, un número importante de ellos tienden a no comentar del uso de MCA a los médicos convencionales, muchas veces por falta de validación de estos o por temor a ser criticados, lo que tampoco ayuda a que estas dos medicinas dialoguen entre ellas. La suma de todos estos factores han mantenido al margen a las MCA, impidiendo su complemento para recuperar y mantener la salud de los pacientes.

A nivel mundial ha existido un aumento en la cantidad de terapeutas que ejercen MCA y del acceso por parte de los pacientes (3), junto a una creciente aceptación social debido a la observación de sus beneficios y ventajas, lo que ha llevado a la necesidad de regulación y certificación de su práctica. La realidad de Chile no dista de este contexto mundial, donde desde el año 2005, a través del decreto Nº 42, se reglamentó el ejercicio de las MCA como profesiones auxiliares de la salud y las condiciones básicas que deben reunir los recintos para poder practicarlas. Actualmente se reconoce a la Acupuntura, Homeopatía y a la Naturopatía como profesiones auxiliares de la salud, existiendo requisitos para la impartición de programas para su estudio y exámenes únicos nacionales de validación para los egresados, siendo responsable el MINSAL de manejar el listado de acupunturistas, naturópatas y homeópatas acreditados para su ejercicio. Por otra parte, las Terapias florales y la Mesoterapia están en un proceso para evaluar si es pertinente reconocerlas como profesiones auxiliares de la salud. En este mismo contexto, los medicamentos homeopáticos y productos terapéuticos están comenzando a regularse por el Instituto de Salud Pública de Chile, aunque aún en un nivel parcial.

Actualmente la MCA en Chile se desarrolla principalmente en el sector laboral privado, siendo los terapeutas que se desempeñan exclusivamente en este sector un 76,4%, en el sector público un 3% y en ambos un 20,7%. En el sector privado la gran mayoría (89,2%) trabaja como independiente y apenas un 14,2% lo hace dentro de una institución privada de salud, mientras que en el sector público las prestaciones se otorgan a través de nacientes unidades de MCA, principalmente en consultorios de atención primaria (49,8% de los terapeutas que se desempeñan en este sector) y en una menor proporción en hospitales públicos (33,6%). En todo el sistema de salud la atención se orienta principalmente al tratamiento de los siguientes motivos de consulta: dolor (26,5%), depresión (24,8%) y estrés (14,6%). (1)

 

Definición

Una de las definiciones más utilizada tanto para el concepto de medicina complementaria o medicina alternativa (indistintamente) es aquella otorgada por la Colaboración Cochrane, que determina que son aquellas prácticas que abarcan “a un amplio dominio de recursos de sanación que incluye todos los sistemas, modalidades, prácticas de salud, teorías y creencias que los acompañan, diferentes a aquellas intrínsecas al sistema de salud políticamente dominante de una sociedad particular en un período histórico dado”(3). Similar a la anterior, la Organización Mundial de la Salud (OMS), las define como “un conjunto amplio de prácticas de atención de salud que no forman parte de la propia tradición del país y no están integradas en el sistema sanitario principal” (4) y las diferencia de la “Medicina Tradicional”, definiendo a estas últimas como “todo el conjunto de conocimientos, aptitudes y prácticas basados en teorías, creencias y experiencias indígenas de las diferentes culturas, sean o no explicables, usados para el mantenimiento de la salud, así como para la prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de enfermedades físicas o mentales” (5).

De lo anterior se concluye que para clasificar alguna práctica como MCA es necesario contextualizarla en un lugar y tiempo determinado. La acupuntura, por ejemplo, es una práctica en salud basada en teorías milenarias orientales dentro de la medicina China y por lo tanto no es categorizada como una medicina complementaria o alternativa al estar intrínsecamente ligada a su sistema de salud dominante, mientras que en otras realidades, como la Latinoamericana, esta misma práctica si sería catalogada como una MCA.

Otra institución reconocida en este ámbito y que aporta a la definición de lo que es la MCA es el “National Center for Complementary and Integrative Health” (NCCIH) de Estados Unidos que hace una diferencia más que nada conceptual en el término complementario y alternativo, dependiendo si se usa “junto con” la medicina convencional o “en remplazo” de esta, respectivamente. Estableciendo como objetivo una medicina integrativa, como aquella que “integra los enfoques de medicina convencional y alternativa de manera coordinada para lograr la salud” (6).

     Considerando el actual enfoque de salud integral en Chile, que busca responder a necesidades en salud desde el punto de vista “biopsicosocial-espiritual y cultural” del individuo, de manera similar que la NCCIH, el Ministerio de Salud de Chile considera que todas las medicinas trabajan en forma complementaria, por lo cual a futuro se pretende hablar de una Medicina Integrativa (7).

Clasificación

Siguiendo la clasificación antigua de la NCCAM (National Center for Complementary and Alternative Medicine), actualmente NCCIH, existen cinco grandes categorías (8):

Productos naturales o Terapias biológicas:

Este enfoque de medicina busca la sanación mediante la utilización de una gran variedad de productos provenientes de la naturaleza, como hierbas, sustancias ricas en vitaminas y minerales, probióticos, entre otros. Se basa en el consumo de ciertos alimentos con propiedades específicas o suplementos dietéticos (vitaminas, productos derivados de la miel, oligoelementos), cada vez más disponibles en el mercado. Según los últimos estudios realizados en el año 2012 por la NCCIH, en EE.UU la MCA más común corresponde al consumo de productos naturales, y dentro de estos, los aceites de pescado. No existen actualmente estudios en Chile que comparen la frecuencia del uso productos naturales en relación al resto de las terapias de MCA.

Medicinas con enfoque sobre la mente y el cuerpo:

Abarca aquellas terapias donde la propia persona, de manera guiada o no, mediante técnicas terapéuticas diversas y variadas sobre la mente es capaz de influir en su cuerpo, restableciendo la salud tanto física como mental. Caben dentro de esta categoría prácticas como la meditación, la oración, la curación mental, la hipnosis y algunas técnicas de relajación, ya sea basadas en respiración, en la imaginería guiada o en la relajación muscular progresiva. Dentro de este mismo grupo se consideran terapias basadas en el arte como método de expresión de la mente y otras basadas en la manipulación de la mente a través de los sentidos, como lo serían el arteterapia (que utiliza el arte y los medios visuales), la danzaterapia, la musicoterapia, la aromaterapia, cromoterapia (basada en los efectos de los colores en el organismo) y la fototerapia.

Métodos de manipulación basados en el cuerpo:

Aquí existe manipulación directa sobre el cuerpo mediante presión, punción o movimientos de partes del cuerpo, con un enfoque principalmente en estructuras y sistemas corporales. Algunos ejemplos con enfoque corporal son la masoterapia, osteopatía, terapia craneosacral, quiropraxia y el rolfing. La acupuntura o acupresión como método puramente biológico o mecánico, sin considerar el fundamento de la medicina oriental de la restauración de desbalances energéticos, podría considerarse en este grupo.

Terapias sobre la base de la energía:

Se basan en el manejo de la energía propia de los cuerpos. Abarca las terapias del biocampo, mediante la manipulación de los campos de energía que rodea el cuerpo humano a través de la colocación de las manos en estos campos o movilización de ellos. Como ejemplo tendríamos al Reiki, tai chi y Yoga. Por otra parte, están aquellas terapias bioelectromagnéticas que implican el uso no convencional de campos electromagnéticos, tales como campos de impulsos, campos magnéticos o campos de corriente alterna o directa. Entre estas está la terapia de polaridad. Actualmente estas terapias están siendo clasificadas por la NCCIH en los grupos anteriores por su impacto en mente y cuerpo, y como manera de simplificar la clasificación de las MCA(9).

Otros enfoques de medicina complementaria:

También llamados sistemas médicos alternativos, abarcan aquellos enfoques que no caben en las clasificaciones previamente nombradas, teniendo en consideración que dentro de las dos primeras -productos naturales, con enfoque mente y cuerpo- se abarcan la mayoría de las MCA. Esta categoría incluiría diversos enfoques lejanos a la concepción occidental y que han evolucionado en forma independiente, y en su gran mayoría con una historia más extensa. Algunos ejemplos serían la Homeopatía, la Naturopatía, los curanderos tradicionales, la medicina ayurveda (originada en india) y la medicina tradicional china.

REFERENCIAS

1. Centro de Estudio de Opinión Ciudadana (CEOC), Universidad de Talca. (2010).  Diagnóstico situacional de las medicinas alternativas en el país. Recuperado el 15 de Febrero de 2016, de http://web.minsal.cl/portal/url/item/9d59798ffb7dcbfae04001011f0139a0.pdf

2. Arriagada D, Celis D, Mallea R. (2007). Conocimientos y opiniones de estudiantes de medicina de quinto año acerca de las medicinas alternativas y complementarias. Boletín Escuela de Medicina Pontificia Universidad de Chile, 32 (2): 59-64

3.         Organización Mundial de la Salud (OMS). (2002). Estrategia de la OMS sobre la medicina tradicional 2002-2005 Ginebra. Recuperado el 29 de Enero de 2016, de http://www.wpro.who.int/health_technology/book_who_traditional_medicine_strategy_2002_2005.pdf 

4. Wieland, L. S., Manheimer, E., & Berman, B. M. (2011). Development and classification of an operational definition of complementary and alternative medicine for the Cochrane Collaboration. Alternative Therapies in Health and Medicine, 17(2), 50–59.

5. Organización Mundial de la Salud (OMS). (2015). Medicina tradicional: definiciones. Recuperado el 29 de Enero del 2016, de http://www.who.int/topics/traditional_medicine/definitions/es/

6. National Center for Complementary and Integrative Health (NCCIH). (2008, actualización 2015). What Is Complementary, Alternative or Integrative Health. Recuperado el 30 de Enero de 2016, de https://nccih.nih.gov/health/integrative-health#types

7. Ministerio de Salud de Chile (MINSAL). (2015). Medicinas Complementarias – Alternativas. Recuperado el 29 de Enero de 2016, dehttp://www.minsal.cl/medicinas-complementarias-alternativas/

8. Nogales-Gaete, Jorge. (2004). Medicina alternativa y complementaria. Revista chilena de neuro-psiquiatría, 42(4), 243-250. doi:10.4067/S0717-92272004000400001.

9. National Center for Complementary and Integrative Health (NCCIH). (2008). Types of Complementary Health Approaches. Recuperado el 6 de Febrero de 2016, de https://nccih.nih.gov/health/integrative-health#types

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