1. Cráneo

  En el cráneo, la inspección permite apreciar la conformación general del mismo. Normalmente, la altura de la cabeza es de 1/8 de la talla y el cráneo tiene forma ovalada en sentido anteroposterior. El diámetro longitudinal de la cabeza es algo mayor que el transversal, en una relación aproximada de 5:3. La relación entre los diámetros transverso y anteroposterior se denomina índice cefálico.

Índice cefálico = diámetro transverso x 100/diámetro anteroposterior

Índice: < 75, dolicocefalia

75 – 79, corresponde a mesocefalia

> 79, braquicefalia

   Estas mediciones no tienen valor patológico en sí mismo, como sí pueden estar presentes en algunas patologías.

Alteraciones de la forma y tamaño de la cabeza:

AlteraciónDescripción
MacrocefaliaAgrandamiento de la cabeza, que puede ser simplemente constitucional o patológico. En niños puede corresponder a raquitismo o a hidrocefalia congénita o adquirida (aumento del LCE). Provoca retardo en el cierre de las fontanelas e incremento de su tensión. En el crecimiento, casi siempre puede corresponder a acromegalia. Después, en el adulto, la enfermedad de Paget se presenta con un crecimiento óseo del cráneo.
MicrocefaliaDesarrollo menor del cerebro y se asocia con idiocia.
BraquicefaliaCráneo corto, de preferencia en razas y pícnicos.
DolicocefaliaCráneo alargado, más frecuente en leptosómicos.

Las sinostosis pueden provocar acricefalia, turricefalia o cráneo en torre, que pueden asociar malformaciones y anemias hemolíticas congénitas.

La inspección también permite apreciar posiciones anormales del cráneo, que se describen en la tabla.

Alteraciones de la posición de la cabeza:

AlteraciónDescripción
Lateroflexión o tortícolisContractura involuntaria de esternocleidomastoideos, trapecios y escalenos.
RetroflexiónPuede obedecer a meningitis aguda o tétanos.
AnteroflexiónSe observa ocasionalmente en procesos artrósicos de la columna cervical.

Así también, permite observar movimientos anormales como:

–         Flexiones tenues ritmadas por el latido cardíaco que se observa en insuficiencia aórtica (signo de Musset).

–         Rigidez y temblor en el Parkinson.

–         Tics, temblor senil y movimientos desordenados del Corea.

Se pueden reconocer también lipomas, quistes dermoideos, epiteliomas o sarcomas, hematomas subcutáneos (pre o subaponeuróticos) y aneurismas cirsoideos, que son malformaciones arteriovenosas del cuero cabelludo.

La palpación se realiza en el cráneo buscando deformaciones localizada por ejemplo, en la protuberancia occipital externa o mastoides, tumoraciones, edema, hematomas, o enfisema subcutáneo a nivel del cuero cabelludo. Puede haber osteítis y periostitis sifilítica, raquitismo o enfermedad de Von Reoklinghausen, que se presenta con múltiples neurofibromas cutáneos. En lactantes, permite apreciar el estado de las fontanelas y la presencia de craneotabes o ablandamiento de los huesos craneanos.

Normalmente no se percute ni ausculta, salvo en búsquedas dirigidas de contenido aéreo en los ventrículos o fístulas arteriovenosas intracraneales. En el aneurisma cirsoideo puede auscultarse soplo.

 

 

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