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Etiqueta: No Aplica

Pericarditis Aguda

Definición

Inflamación del Pericardio (con o sin acumulación de líquidos). Puede ser clasificada etológicamente en infecciosa, o no infecciosa. Se considera pericarditis aguda a la presencia de signos y/o síntomas de una a dos semanas de evolución (menos de 6 semanas).

Etiología-epidemiología-fisiopatología

Patología que con mayor frecuencia afecta al pericardio. Más frecuente en hombres que en mujeres, en adultos que en jóvenes y en autopsias que en clínica. Comprende aproximadamente el 5% de los dolores torácicos de tipo angina

Asocia a miocarditis en aproximadamente el 15% de los casos: implicancias de tratamiento y pronósticas importantes.

Pericarditis Infecciosas:

  • Origen viral (la mayoría), especialmente por virus Coxsakie o Echovirus (se puede confirmar la infección en <5%). La mayoría de las pericarditis idiopáticas se deben probablemente a infecciones víricas no diagnosticadas.
  • Pericarditis Tuberculosa: poco frecuente, considerar en lugares de alta prevalencia, de evolución insidiosa y generalmente crónica.
  • Pericarditis bacterianas: son raras, muy graves y generalmente asociadas a endocarditis, neumonía o tras cirugía cardiaca; principalmente estafilocócicas y neumocócicas.
  • Pericarditis Fúngica: Histoplasmas, coccidioides, candida.

Pericarditis No Infecciosas:

  • Pericarditis asociada al infarto del miocardio en dos situaciones diferentes: pericarditis durante la fase aguda del infarto, secundaria a la necrosis del miocardio; y pericarditis del Síndrome de Dressler, secundaria a fenómenos autoinmunes, desde la segunda semana post-infarto. Ambos casos son infrecuentes en la actualidad.
  • Pericarditis urémica: Complicación de insuficiencia renal crónica. Incidencia de aprox 20% en pacientes en hemodiálisis crónica.
  • Pericarditis neoplásica (>10%): Más común metástasis de cáncer de pulmón, mama y linfoma, leucemia y de células renales; mucho menos común tumores primarios cardíacos y de la serosa (mesotelioma).
  • Pericarditis autoinmunitaria: Por enfermedades del tejido conectivo, vasculitis, o inducida por fármacos.
  • Pericarditis por radiación: >40 Gy sobre el mediastino; puede ser aguda o tardía; puede tener carácter de trasudado.

Diagnóstico

La evaluación y manejo inicial del paciente que consulta en un servicio de urgencias con sospecha de pericarditis aguda se debe basar en 4 pilares diagnósticos: Clínico-electrocardiográfico- biomarcadores – ecocardiografía transtorácica

Las principales manifestaciones clínicas son:

  • Dolor torácico: intenso, retroesternal y precordial, irradiado a trapecio, comienzo gradual o súbito.
  • Suele ser pleurítico (agudo y agravado por la inspiración, tos). Se alivia sentado e inclinado hacia adelante (posición mahometana) y se agrava en decúbito supino. En las de origen urémico, neoplásico o reumatológico puede ser menos intenso.
  • Frote pericárdico: signo muy útil cuando está presente, paciente sentado o decúbito prono. Suele ser inconstante e intermitente.
  • Fiebre de bajo grado.
  • Recordar que pericarditis puede elevar enzimas cardiacas al asociarse a miocarditis.

Cuando asocia derrame pericardico los ruidos cardiacos se auscultan apagados.

Electrocardiograma (ECG): En ausencia de derrame masivo, se observan cambios clásicamente distribuidos en 4 etapas:

1. Elevación difusa y de concavidad superior del segmento ST, depresión segmento PR

2. ST y PR vuelven a lo normal (primera semana del cuadro)

3. Ondas T negativas difusas (generalmente luego de un ST isoeléctrico a diferencia de IAM)

4. Ondas T normales (aunque pueden quedar  T invertidas indefinidas como una «pericarditis crónica»). 

Puede haber signos de gran derrame con bajo voltaje y alternancia eléctrica (cambio de latido a latido en amplitud y/o eje de QRS por oscilación del corazón).

Biomarcadores cardiacos: Elevados en contexto de pericarditis secundaria a IAM, o en contexto de pericarditis asociada a miocarditis.

Ecocardiograma: La pericarditis por sí misma no produce anomalías específicas, por lo tanto la ecografía puede ser normal. Si bien no hace el diagnóstico, es una herramienta de apoyo, mostrando a veces aumento de la ecorefringencia del pericardio, presencia y magnitud del derrame, y la patología de base en el caso de un infarto por ejemplo. 

Además, la Rx de tórax puede ayudarnos en la sospecha de un derrame pericárdico; aumento de la silueta cardíaca con corazón «en forma de botella» y halo epicárdico.

Tratamiento

Hospitalización con 3 objetivos primarios: Iniciar tratamiento, estratificar riesgo, y observar evolución por eventuales arritmias y porque no es infrecuente la asociación con miocarditis, lo cual tiene otra connotación pronóstica.

Factores de riesgo incluyen: Fiebre + leucocitosis; evidencia de taponamiento, efusión importante (>20 mm); inmunosuprimidos; TACO; trauma agudo; sin respuesta a tratamiento con AINES por 1 semana; elevación de enzimas cardíacas.

Tratamiento farmacológico:

  •  AINEs a altas dosis (preferentemente ibuprofeno 600-800 mg c/8 hrs e ir disminuyendo paulatinamente por 1-2 semanas o AAs 500 mg c/8 hrs especialmente si es post IAM). Asociar inhibidores de bomba de protones.
  • Cortos periodos de Prednisona (0.25-0.5 mg/kg/día por 1-2 semanas), pero preferentemente se reserva para refractarios a AINEs.
  • En casos de recurrencia, la colchicina puede ser útil (0.5-1 mg c/12 hrs por 3 meses), aunque también puede recomendarse asociada AINEs en un primer episodio.
  • Evitar anticoagulantes.
  • Drenaje pericárdico o pericardiotomía: Reservado para derrames importantes, alteración hemodinámica, sospecha de etiología bacteriana/neoplásica o evidencia de pericarditis constrictiva.

Seguimiento

Si el paciente cursó con derrame, debe ser controlado por especialista. Si no cursó con derrame no requiere seguimiento en particular.

Bibliografía

Marc S. Sabatine, MD, MPH. Medicina de Bolsillo. 5a Edición.

Toxíndromes

Introducción

La intoxicación (accidental o intencional), o sobredosis de drogas constituye una fuente significativa que agrega gran morbilidad y mortalidad, y costos de atención en salud a nivel mundial. Millones de intoxicaciones y sobredosis ocurren anualmente en EE.UU. Es indispensable que, como médicos generales y especialistas en urgencias, sepamos el manejo general e inicial de pacientes con sospecha de intoxicación o sobredosis de drogas. Para ello, los clínicos que se enfrentan a estos pacientes deben tener una aproximación sistemática y consistente para la evaluación y posterior manejo.

Epidemiología

La intoxicación accidental e intencional con sustancias tanto lícitas como ilícitas permanece como la mayor causa de morbilidad y mortalidad de usuarios de drogas a nivel mundial. En estudios realizados en EE.UU. por la asociación “American Association of Poison Control Centers” (AAPCC), se reportaron más de 2,1 millones de llamados de personas expuestas en el 2014.

Desde el 2008 la intoxicación se ha convertido en la principal causa de muerte relacionada a injuria en EE.UU. sobrepasando a los accidentes motociclísticos. La mayoría de las intoxicaciones fatales estuvieron relacionadas a drogas, con 36.500 casos en el 2008, la mayoría involucrando drogas de prescripción médica. El grupo etario con mayor número de intoxicaciones son los pacientes entre 35-54 años, pero los pacientes entre 18-20 tienen la más alta proporción.

En relación a Chile, no existen registros oficiales en cuanto a la epidemiología nacional de intoxicaciones. El año 2004 se realizó un estudio en Centro de Información Toxicológica y de Medicamentos de la Pontificia Universidad Católica (CITUC), donde se mostró la estadística recopilada durante los primeros 10 años de funcionamiento del centro, y de esta manera aproximar el patrón epidemiológico de las intoxicaciones en Chile. Dentro de sus resultados principales destacan:

  • Marcado aumento de las intoxicaciones en el intervalo de tiempo señalado.
  • Principal causa de exposición es la no intencional (78.6%). La causa intencional es del 16.4%, destacando en ellas las causas intencionales-suicidas.
  • Mayor cantidad de llamadas fueron por intoxicación en menores de 5 años.
  • Un 48.3% de las llamadas correspondió al sexo masculino, y 46% al sexo femenino.
  • En relación a la vía de exposición, las ingestiones involucraron un 78,8%, seguidas por la vía inhalatoria con 6,8%.

Etiologías comunes del cuadro

Entre los adultos, AAPCC reportó que los fármacos más utilizados son los analgésicos (11.3%), sedantes y antipsicóticos (5.9%), y antidepresivos (4.4%). La frecuencia de sus usos depende de la región estudiada. En el caso de Chile, los medicamentos también fueron las sustancias más comúnmente utilizadas en las intoxicaciones, seguidos por los productos de aseo, plaguicidas (domésticos y agrícolas), productos industriales y químicos y productos cosméticos.

Los medicamentos que actúan a nivel de sistema nervioso central fueron los más recurrentes con (40,3%), los cuales incluyen: benzodiacepinas, anticonvulsivantes, antidepresivos (tricíclicos e inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), fenotiazinas y narcóticos-opiáceos entre otros. Le siguen los medicamentos que actúan en el sistema respiratorio (antihistamínicos, broncodilatadores, mucolíticos, antitusígenos) con 10,9%, antimicrobianos 6,2%, hormonales con 5,5% y finalmente las drogas que actúan a nivel cardiovascular (antiarrítmicos, antihipertensivos, vasodilatadores) con 4,7% (Figura 1).

Diagnóstico y diagnósticos diferenciales

Valoración rápida inicial del paciente:

  1. La primera aproximación (y más importante) es el ABC: asegurarnos que el paciente tenga una vía aérea permeable (A), proporcionar soporte ventilatorio si el paciente no está respirando (B), y estabilización hemodinámica como soporte circulatorio (C). El ABC debe incluirse en todos los casos, ya que un intoxicado siempre debe enfrentarse como potencialmente fatal.
    • Se debe tener presente la protección del personal de salud cuando hay sospecha de presencia de tóxicos inspirables o absorbibles por piel o mucosas.
  2. Es importante destacar que la intoxicación por drogas puede producir un amplio espectro de síntomas o hallazgos clínicos. La presentación dependerá del agente consumido, si la ingestión es aguda o crónica, si son medicamentos prescritos por una enfermedad que el paciente tenga en tratamiento, o si la ingestión de drogas involucra a una o varias. La historia, examen físico, y exámenes de laboratorio de rutina y toxicológicos son los pilares para establecer y confirmar el diagnóstico de intoxicación. En la tabla 1 se resume los aspectos principales que se deben indagar y registrarse dentro de la historia y examen físico.
  3. Una vez identificado el agente tóxico, pueden elegirse las diferentes intervenciones frente al mismo, incluyendo un posible antídoto, evitar la absorción de la toxina, promover su eliminación, etc.
Historia:Identificar agente(s) farmacéutico(s) utilizado(s)
Cantidad de ingesta/exposición
Acceso a químicos/otros medicamentos en el hogar
Tiempo de exposición
Sustancias de liberación extendida/capa entérica
Examen físico:Signos vitales (Tº, FC, FR, Saturación O2)
Evaluación del tamaño pupilar
Piel: temperatura y humedad
Hallazgos neurológicos (Estado mental alterado, nistagmos, mioclonías, convulsiones, temblor)
Peristalsis, olor, etc.
Tabla 1: Elementos importantes en el enfrentamiento de un paciente intoxicado

Asociado al examen físico se incluyen otras medidas como:

  • Monitorización cardíaca continua
  • ECG
  • Acceso intravenoso
  • Medición de glicemia por hemoglucotest
  • Inmovilización en caso de sospecha de trauma
  • Evaluar la vía aérea y la intubación endotraqueal si existe una duda importante sobre la capacidad del paciente para proteger sus vías respiratorias y evitar la aspiración.
  • Proporcionar medidas de soporte vital cardíaco avanzado según sea necesario.

Después de la evaluación diagnóstica inicial y estabilización, otros hallazgos físicos se deben buscar para definir además un síndrome tóxico en particular (toxindrome) y para reducir las posibles etiologías de la intoxicación. Sin embargo, un paciente en particular puede no manifestar todos los síntomas o hallazgos típicamente asociados con un síndrome tóxico específico.

En la siguiente tabla se describen las principales características de los síndromes tóxicos comunes y fue creado para facilitar las comparaciones y ayudar con el diagnóstico (Tabla 2).

fiSIOPATOLOGÍATOXIDROMO
AnticolinérgicosAumento temperatura, Aumento FC, piel seca, midriasis, mucosas secas, estado mental alterado, retención urinaria, convulsiones/coma.
SimpaticomiméticosAumento Tº, aumento FC, piel húmeda, midriasis, agitación, disritmias, convulsiones.
SimpaticolíticosDisminución FC, Disminución PA, miosis, disminución peristalsis.
OpiáceosEstado mental alterado, disminución FC, miosis.
AnticolinesterasasDefecación, micción, miosis, broncorrea, broncoespasmo, bradicardia, emesis, lagrimeo, salivación + debilidad muscular, estado mental alterado, convulsiones, coma.
Sedantes-hipnóticosDisminución PA, disminución FR, estado mental alterado, disminución Tº, lenguaje farfullante, ataxia.
Alfa-adrenérgicosAumento PA, disminución FR, midriasis, piel húmeda.
Tabla 2: Toxindromes comunes

Pruebas diagnósticas que apoyen el diagnóstico:

  • Electrocardiograma: Anormalidades en el ECG pueden proporcionar información sobre el diagnóstico y pronóstico del paciente, y debe ser realizado en todos los pacientes sintomáticos o que hayan sido expuestos a agentes potencialmente cardiotóxicos.
    • Tener atención especial a la duración de los intervalos del QRS y QT.
  • Estudios radiológicos: No son requeridos en cada paciente, pero pueden ser útiles en ciertas situaciones:
    • Toxinas radiopacas
    • Paquetes de drogas ingeridas
    • Edema pulmonar no cardiogénico y/o SDRA debido a la exposición a ciertos tóxicos: Los agentes pueden ser sugeridos por la aparición de la radiografía de tórax.
  • Exámenes de screening toxicológico: Según la recomendación de “National Academy of Clinical Biochemistry Laboratory Medicine Practice Guidelines”, el laboratorio clínico de urgencias debe proporcionar dos niveles de análisis de drogas: el primer nivel incluye pruebas se screening cuantitativo en suero o plasma, y pruebas cualitativas en orina (Tabla 3). Si el paciente está asintomático o si tiene hallazgos clínicos consistentes con la historia clínica, test adicionales o incluso screening toxicológico inicial puede ser innecesario. Es importante tener en cuenta que los screening positivos y negativos de los medicamentos no confirman totalmente o refutar el diagnóstico de intoxicación y pudiesen requerir una evaluación adicional. Los exámenes toxicológicos de segundo nivel, son los estudios toxicológicos avanzados o ampliados: análisis de “amplio espectro” para la búsqueda de drogas que no son identificadas en el primer nivel y para confirmar resultados iniciales del screening. Los test de segundo nivel se utilizan además en pacientes que se mantienen con compromiso de conciencia o con otros signos de intoxicación. Entre ellos se encuentran la cromatografía en capa fina, y la cromatografía líquida y/o de gas con detección de espectrometría de masa, los cuales requieren de operadores con experiencia para su uso, y con un tiempo de respuesta al menos de 4 horas.
Exámenes cuantitativos en sueroExámenes cualitativos en orina

Acetaminofeno (paracetamol) *
Cocaína*
Litio*Opiáceos*
Salicilato*Barbitúricos*
CO-oximetría para saturación oxígeno, carboxihemoglobina, y methemoglobinaAnfetaminas*
Teofilina*Canabinoides*
Ácido valproico*Antidepresivos tricíclicos
Carbamazepina*Benzodiazepinas
Digoxina*Fenciclidina
Fenobarbital*
Hierro
Transferrina
Etanol*
Metanol

Tabla 3: Screening toxicológico de primer nivel requeridos en un servicio de urgencia (recomendación NACB)

(*) = Utilizados en laboratorio toxicología local (UC)

  • Otros estudios de laboratorios: Un paciente con una historia poco fiable o desconocida debe, como mínimo, tener un análisis de orina y medición de electrolitos, BUN, creatinina, y glucosa, gases en sangre venosa. Las mediciones de la osmolaridad plasmática, cetonas, creatina quinasa, pruebas de función hepática, lipasa, calcio, y magnesio también se deben realizar en los pacientes enfermos significativamente. Pruebas de embarazo de orina es recomendable en todas las mujeres en edad fértil.

Criterios diagnósticos de ingreso:

  • Los pacientes que desarrollan sólo toxicidad leve y que tienen sólo baja gravedad prevista pueden observarse en el servicio de urgencias hasta que estén asintomáticos. Un período de observación de cuatro a seis horas es generalmente adecuado para este propósito.
  • Los pacientes con toxicidad observada moderada o aquellos que están en riesgo de tal, en base a la base de la historia o los resultados iniciales de laboratorio deben ser ingresados ​​a cuidados intermedios o una unidad de observación apropiada para la supervisión continua y el tratamiento.
  • Los pacientes con toxicidad significativa deben ser ingresados ​​en una unidad de cuidados intensivos (UCI).
  • Todos los pacientes con sobredosis intencional requieren una evaluación psiquiátrica antes del alta.

Un estudio retrospectivo de 209 pacientes con sobredosis de drogas sugiere que la evaluación clínica en el servicio de urgencias podría identificar pacientes que están en alto riesgo de complicaciones y requieren atención de la UCI. La presencia de cualquiera de los ocho criterios clínicos predice una evolución hospitalaria complicada que podría ser mejor administrado en una UCI:

  • PaCO2 > 45 mmHg
  • Necesidad de intubación de emergencia
  • Convulsiones post-ingestión
  • Sin respuesta al estímulo verbal
  • Ritmo cardíaco no sinusal
  • Bloqueo AV 2º-3º grado
  • Presión arterial sistólica < 80 mmHg
  • Duración del QRS ≥ 0,12 segundos

Se puede agregar, además, como indicaciones de hospitalizar en UCI, Glasgow < 12, la necesidad de diálisis de urgencia, acidosis progresiva, hiperkalemia severa, las alteraciones de temperatura y la intoxicación por antidepresivos tricíclicos, con signos de cardiotoxicidad anticolinérgica.

Algoritmo diagnóstico:

toxi1
Imagen 1. Algoritmo de diagnóstico.

Manejo

El manejo adecuado del paciente intoxicado depende del agente tóxico específico(s) que participan, la presentación y la gravedad de la enfermedad, y el tiempo transcurrido entre la exposición y presentación clínica.

Tratamiento farmacológico:

Cuidado de soporte = Los cuidados de soporte son el aspecto más importante del tratamiento y con frecuencia es suficiente para la recuperación completa del paciente. Los cuidados de soporte para el paciente intoxicado son generalmente similares a los usados para otros pacientes en estado crítico.

Descontaminación = Seguida de la estabilización del paciente, se puede hacer la descontaminación si está indicado. Mientras más pronto se lleve a cabo la descontaminación, es más efectiva en prevenir la absorción del agente tóxico.

  • Para la exposición tópica (zonas dérmicas y oculares), se prefiere la irrigación abundante con suero fisiológico, y eliminación de la ropa que pudiese actuar como reservorio.
  • La mayoría de las intoxicaciones son por ingestiones, donde se prefiere la administración del carbón activado. El carbón activado es un subproducto de la combustión de varios compuestos orgánicos, como madera, hueso y almidón. Es una sustancia inerte, no tóxica, potente e inespecífica, que forma enlaces irreversibles con muchos tóxicos en el espacio intraluminal, interfiriendo con su absorción. Se usa en dosis de 1g/kg, pero requiere de estado de conciencia conservado y/o protección de la vía área, ya que tiene riesgos de emesis, aspiración y neumonitis. Cabe destacar que no todos los
  • En ciertas circunstancias, otros métodos de descontaminación gastrointestinal pueden ser necesarios, tales como el lavado gástrico, irrigación del intestino completo, endoscopía, la cirugía, la dilución, y catárticos.

Antídotos = «Tratar al paciente, no la sustancia» es el principio de la toxicología médica. Sin embargo, hay casos en los que la administración inmediata de un antídoto específico potencialmente salva vidas. La administración antídoto es apropiada cuando existe un antídoto para una intoxicación, la gravedad real o prevista de intoxicación justifica su uso, los beneficios esperados de la terapia son mayores que sus riesgos asociados, y no hay contraindicaciones. Los antídotos reducen drásticamente la morbilidad y mortalidad en ciertas intoxicaciones, pero no están disponibles para la mayoría de los agentes tóxicos y por lo tanto se utilizan en sólo una pequeña fracción de los casos.

Técnicas para favorecer la eliminación = Son procedimientos para aumentar la eliminación de toxinas, donde se incluyen la diuresis forzada, manipulación del pH urinario, hemodiálisis, hemoperfusión, hemofiltración y la exanguinotransfusión. Son medidas útiles en circunstancias seleccionadas. En la tabla 4 se muestra un resumen de algunos de los distintos tipos de técnicas mencionadas.

Diuresis forzadaSe hace una carga de volumen hasta obtener 3-6 ml7kg/h, y que inhiba la reabsorción tubular.
Alcalinización de la orinaInyección IV de bicarbonato de sodio 3-4 meg/kg cada 4 horas (2 ampollas de bicarbonato al 8,4%, de 50 ml por litro de dextrosa al 5%, infundido a 250 ml/h)
Diálisis gastrointestinalDosis repetidas de carbón, son efectivas interrumpiendo la circulación enterohepática y enterogástrica de tóxicos (además de absorber las cantidades de tóxicos que difunden al lumen intestinal).
HemodiálisisEfectiva en drogas de bajo peso molecular y volumen de distribución, y solubles en agua.
HemoperfusiónConsiste poner en contacto el tóxico con material adsorbente. Requiere que estén presentes en el compartimiento central, con poca utilidad en intoxicantes lipofílicos que tienen gran unión a tejidos.
Hemofiltración AV o VVRemueve drogas y toxinas por convección a través de un filtro poroso. Es útil para sustancias de gran peso molecular (usualmente hasta 6000 d., pero puede llegar hasta 20000), muy lipofílicas o de gran volumen de distribución.
Tabla 4: Técnicas para favorecer la eliminación

Monitorización

La monitorización de los pacientes intoxicados dependerá tanto de las manifestaciones clínicas que presente el paciente (su severidad y su evolución a lo largo del tiempo), como de la identificación del agente tóxico; esto es debido a que cada droga específica puede provocar alteraciones distintivas en distintos sistemas (toxindromes).

A modo general, los pacientes se monitorizarán de acuerdo al grado de intoxicación:

  • Para los pacientes con toxicidad leve se recomienda principalmente observación en el servicio de urgencia de 4-6 horas, hasta que el paciente se encuentre asintomático. Además de la toma de exámenes discutidos anteriormente, debe haber un seguimiento seriado de los signos vitales y examen físico, vigilando de manera estricta cualquier cambio que se presente, y que pueda predecir el agravamiento de la condición del paciente. Si el paciente evoluciona de manera desfavorable, debe hospitalizarse inmediatamente para su manejo y estabilización.
  • En pacientes con toxicidad moderada (o en riesgo) deben ser hospitalizados en una unidad de cuidados intermedios, las cuales cuentan con el equipo necesario para lograr una buena estabilización hemodinámica (si es requerida), continua monitorización de ECG, presión arterial y saturación de oxígeno, además de contar con la presencia del personal de salud permanente y capacitado para responder ante cualquier descompensación.
  • Ante pacientes con toxicidad severa o que cumplan los criterios clínicos de admisión a unidad de cuidados intensivos, deben ser ingresados a ésta. La UCI cuenta con técnicas y monitorización invasiva.

Conclusión

  • Si bien la mayor parte de los pacientes intoxicados sufre mínima morbilidad y recuperación completa, la intoxicación puede ser fatal. Por ello es de suma importancia evaluar los riesgos que presenta un paciente intoxicado al llegar al servicio de urgencia.
  • Como primera intervención el ABC es fundamental para lograr la estabilización en pacientes que llegan con compromiso de la vía aérea, y/o inestabilidad hemodinámica.
  • Una vez asegurada la estabilización, la historia y examen físico son elementos indispensables para la correcta identificación de los agentes tóxicos, y para poder obtener una valoración inicial del estado de severidad de la intoxicación, y el posterior manejo en las distintas unidades hospitalarias.
  • Según la gravedad del paciente, y la sospecha de sustancias, se deben realizar exámenes de laboratorio, como mínimo, electrolitos plasmáticos, función renal, glicemia, y análisis de orina. También debe solicitarse un screening toxicológico de primer nivel en pacientes con sintomatología severa o toxicidad inexplicada. Los exámenes de segundo nivel están reservados para pacientes con persistencia del compromiso de conciencia u otros signos de intoxicación.
  • Los pilares de tratamiento son los cuidados de soporte y la descontaminación, procedimientos que suelen ser suficientes para el manejo de la mayoría de los pacientes intoxicados. La decisión de admitir a un paciente intoxicado a una UCI, debe basarse en criterios clínicos que se relacionan con la estabilidad de las vías respiratorias, sistema respiratorio, sistema cardiovascular, y el nivel de conciencia del paciente.

Nebulizaciones

Resumen:

La nebulización es un procedimiento que permite la administración y depósito de un fármaco en forma de vapor, sobre el epitelio respiratorio del paciente, mediante un flujo de oxígeno.

Indicaciones:

En pacientes con dificultad para expulsar las secreciones respiratorias; con respiraciones profundas ineficaces o tos; Pacientes con requerimientos de oxígeno por mascarilla o naricera.

Contraindicaciones:

Contraindicaciones específicas a las sustancias nebulizadas.

Pacientes en ventilación mecánica no invasiva que requieran PEEP mayor a 5mlH2O o en ventilación mecánica invasiva

Materiales o insumos necesarios:

  • Fuente de oxígeno o aire con flujómetro (según indicación).
  • Nebulizador.
  • Conexión de oxígeno.
  • Medicación a administrar.
  • Suero fisiológico.
  • 1 jeringa.
  • Halo (en caso de paciente pediátrico, si corresponde)

Pasos críticos: paso a paso, como llevar a cabo el procedimiento.

  1. Lavado de manos.
  2. Preparar la nebulización:
    1. Tomar un nebulizador estéril, destaparlo y colocar 5 ml de suero fisiológico.
    2. Agregar medicación en dosis indicada.
    3. Conectar mascarilla al nebulizador.
  3. Ubicar al paciente en posición de Fowler o sentado.
  4. Unir la conexión de oxígeno al nebulizador y al flujómetro del gas (aire u oxígeno).
  5. Abrir fuente de oxígeno entre 6 y 8 Lts/min.
  6. Comprobar el funcionamiento del nebulizador.
  7. Colocar la mascarilla al paciente, comprobando que no existan fugas.
  8. Al término de la terapia (aproximadamente tras 10 minutos), cerrar la fuente de gas (si corresponde).
  9. Repetir pasos en caso de ser necesario reiterar la aplicación.
  10. En el caso de pacientes pediátricos que se encuentran en oxigenoterapia con “Halo” se puede conectar el nebulizador a este último para asegurar la mantención de la oxigenación, sustituyendo así la mascarilla.
  11. Hay que recordar que si el paciente se encuentra con Halo y uno corta el flujo de oxígeno aumenta la concentración de CO2 dentro de este. Por este motivo nunca hay que suprimir el aporte de oxígeno cuando el menor se encuentra con Halo.