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Etiqueta: Diagnóstico: Sospecha

Angina úlcero-necrótica, úlcero-membranosa y pseudomembranosa

Nivel de manejo del médico general: Diagnóstico Sospecha. Tratamiento Inicial. Seguimiento Derivar

Aspectos esenciales

  • La etiología clásica AUN es la Angina de Vincent (F. necrophorum y T. vincetii). Su tratamiento es con Penicilina G.
  • Siempre en angina pseudomembranosa descartar difteria, debido a la gravedad del cuadro.

Caso clínico tipo

Paciente masculino de 20 años, consulta por odinofagia, halitosis y CEG. Al examen físico presenta T° de 37.8°C, placas blanquecinas adherentes amigdalianas y una adenopatía cervical derecha en grupo II.

Definición

Pertenecen al grupo de las faringoamigdalitis agudas. En el caso de la Angina Úlcero-Necrótica (AUN) presenta un exudado blanquecino-grisáceo, friable y con ulceraciones uni o bilaterales de amígdalas y faringe. Suele estar asociada a una gingivoestomatitis ulceromembranosa. En la Angina pseudomembranosa (ASM) las amígdalas están recubiertas por un exudado blanquecino espeso de coloración grisácea homogéneo, pero muy adherente que puede cubrir las estructuras circundantes. Se puede acompañar de rinorrea mucopurulenta unilateral.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

La etiología clásica de la AUN corresponde a la Angina de Vincent, infección unilateral, con agentes etiológicos como Fusobacterium necrophorum (Sd. Lemierre: flegmón periamigdaliano en adultos jóvenes) y Treponema vincetti, ambos saprófitos del sarro dentario. Factores predisponentes son mala higiene bucal y pacientes sometidos a estrés, desnutrición o inmunodepresión. La etiología de la Angina Pseudomembranosa principalmente es difteria (Corynebacterium Difteriae) y otras como neumocócica, por chlamydia o mononucleosis. Muy inhabitual pero grave (5%-10% mortalidad).

Diagnóstico

El motivo de consulta es odinofagia intensa, febrícula y una marcada astenia. A la exploración física aparecen una o más adenopatías cervicales satélite. En el caso de la ASM descartar difteria y en el caso de las AUN hacer diagnóstico diferencial con cáncer amigdaliano (es importante la palpación de la amígdala en donde asienta la úlcera, pues su consistencia será blanda y elástica, a diferencia de las ulceraciones de origen maligno) y descartar complicaciones como la tromboflebitis séptica de la vena yugular (Sd. de Lemierre). Pedir hemograma, en el caso de AUN cuando es bilateral para descartar agranulocitosis o leucemias, y en el caso de la ASM, para la evidencia de mononucleosis. Para confirmar el diagnóstico en ambos casos, debemos realizar un examen directo del frotis faríngeo. Chile no tiene casos desde 1996.

Tratamiento

  • Angina de Vincent : penicilina G o V, 4 millones de U c/ 4 -6 hrs, que se puede dar sola o en asociación con metronidazol. Terapia alternativa:Clindamicina 600 mg c/ 8 hrs. 
  • Angina Pseudomembranosa por Mononucleosis: ambulatorio con antipiréticos. Ante complicaciones hospitalizar. En sospecha de Difteria (signos extraamigdalianos como voz áfona, tos ronca, rinolalia o trastornos del ritmo cardíaco) o confirmación diagnóstica, requiere hospitalización urgente en cuidados intensivos para terapia específica y aislamiento.

Seguimiento

AUN es ambulatorio, al igual que la ASM por mononucleosis no complicada. La ASM por difteria su manejo es hospitalizado, con notificación obligatoria.

Bibliografía

Manual de urgencias y emergencias. Capítulo: Amigdalitis aguda. Fernández M. Aguilera A.  Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga

Dengue

Nivel de manejo del médico general: Diagnóstico: Sospecha. Tratamiento: Inicial. Seguimiento: Derivar

Aspectos esenciales

  • Infección vírica transmitida por mosquito de hábitos nocturnos
  • La infección causas síntomas gripales y en ocasiones evoluciona hasta convertirse en un cuadro potencialmente mortal llamado dengue grave
  • Confirmación con ELISA (IgM)
  • No existe tratamiento específico, el manejo es sintomático

Caso clínico tipo

Mujer de 28 años consulta por cefalea retroocular de 48 horas de evolución, asociado a febrículas, CEG, mialgias. Previo a consultar nota aparición de exantema maculopapular pruriginoso. Refiere haber realizado viaje a Brasil hace 2 semanas.

Definición

Enfermedad viral producido por flavivirus que incluye 4 serotipos (DEN1, DEN2, DEN3 y DEN4) transmitida por el vector Aedes aegypti, de hábitos nocturnos, y cuyo único reservorio es el hombre. La infección por uno de estos serotipos crea inmunidad de por vida solamente contra ese serotipo. El dengue se presenta en los climas tropicales y subtropicales de todo el planeta, sobre todo en las zonas urbanas y semiurbanas. La única forma de prevenir la enfermedad es mediante el control del mosquito y sus criaderos y la detección rápida y temprana de los casos.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

El mosquito  Aedes aegypti, se ha adaptado al hábitat humano estableciéndose cerca de viviendas donde existen condiciones deficientes de saneamiento y elementos que permiten contener agua (como maceteros, neumáticos en desuso, etc), donde construyen sus criaderos. El 2011 se confirmó sólo un caso autóctono en Isla de Pascua. Casos en Chile continental son importados.

Diagnóstico

– Caso sospechoso de fiebre del dengue: Paciente con enfermedad febril aguda (hasta 40°C) con duración máxima de 7 días, que resida o haya estado los últimos 15 días en zona con circulación de virus del dengue, con dos o más de las siguientes manifestaciones: cefalea, dolor retro orbitario, mialgias, artralgias, erupción cutánea, manifestaciones hemorrágicas (epistaxis, gingivorragia, prueba del torniquete positiva: equimosis al inflar el manguito del esfingomanómetro) y leucopenia. Signos de alarma: dolor abdominal, vómitos persistentes, rápido cambio de fiebre a hipotermia, letargo, hepatomegalia, frialdad de extremidades.

– Caso sospechoso de dengue hemorrágico: Todo caso sospechoso o confirmado de Fiebre del Dengue (dengue clásico) con una o más de las siguientes manifestaciones: petequias, equimosis o púrpura, hemorragia de las mucosas, sitios de inyección u otros sitios, hematemesis o melena, trombocitopenia (100.000 células o menos por mm3), indicios de pérdida de plasma debida al aumento de la permeabilidad vascular, con una o más de las siguientes manifestaciones:

  • Aumento del hematocrito en un 20% o más del valor normal.
  • Disminución del 20% o más del hematocrito después del tratamiento de reposición de pérdidas en comparación con el nivel de base
  • Derrame pleural, hipoproteinemia y ascitis.

– Caso confirmado: ELISA IgM confirmado por ISP.

Tratamiento

El dengue sólo tiene tratamiento sintomático, con analgesia y reposición de volumen. Está contraindicado el ácido acetilsalicílico y los AINES por el riesgo de hemorragias. Pacientes con sangrado significativo deben manejarse con transfusiones. Durante el período febril, se debe mantener a los pacientes aislados mediante mosquiteros, para evitar la transmisión a los vectores (mosquitos).

Entre finales de 2015 y principios de 2016 se aprobó en varios países el uso de la primera vacuna contra el dengue —Dengvaxia (CYD-TDV), de Sanofi Pasteur— en personas de 9 a 45 años residentes en zonas endémicas. La OMS recomienda que los países consideren la posibilidad de introducir la vacuna CYD-TDV contra el dengue solo en entornos geográficos (nacionales o subnacionales) en los que los datos epidemiológicos indiquen que hay una gran carga de enfermedad.

Seguimiento

Enfermedad de notificación obligatoria.

Bibliografía

Dengue y dengue grave. 2015. http://web.minsal.cl/dengue/

Dengue y dengue grave. OMS. Agosto 2016. http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs117/es/

 

Malaria

Nivel de manejo del médico generla: Diagnóstico: Sospecha. Tratamiento: Inicial. Seguimiento: Derivar

Aspectos esenciales

  • En Chile no existen casos autóctonos. Todos son importados.
  • Los agentes causales son principalmente P. vivax y P. falciparum.
  • Clínicamente se caracteriza por paroxismos periódicos de fiebre.

Caso clínico tipo

Paciente femenino de 35 años presenta fiebre, malestar general y sudoraciones abundantes hace 5 días. Cada dos días presenta agravamiento de sus síntomas. Al interrogatorio dirigido relata que hace 6 meses estuvo en la selva peruana

Definición

La Malaria o paludismo, es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos pertenecientes al género Anopheles infectados, por especies del género Plasmodium.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

Es endémica de la zona tropical y subtropical del planeta. En Chile ya no se detectan casos autóctonos, por lo que la incidencia existente es por casos importados. El África subsahariana soporta una parte desproporcionada de la carga mundial de paludismo. En 2015, el 90% de los casos y el 92% de los fallecimientos por la enfermedad se produjeron en esta región.

Las especies de Plasmodium que afectan al hombre son 4: P. vivax(causante del paludismo dominante en la mayoría de los países fuera del África subsahariana), P. falciparum (causante del paludismo más prevalente en el continente africano. Es responsable de la mayoría de las muertes provocadas por el paludismo en todo el mundo) , P. malarie y P. ovale, siendo los dos primeros los frecuentes en Latinoamérica.

La infección se produce por la picadura del mosquito Anopheles. En el hombre, existen dos fases: Fase Hepática: los parásitos vía sanguínea llegan a los hepatocitos y se multiplican en ellos hasta que se rompen dejando al parásito libre; y Fase Eritrocítica: se generan merozoítos en los glóbulos rojos que generan rupturas sincrónicas de los eritrocitos cada 48 horas en el caso de P. vivax (terciana benigna) y P. falciparum (terciana maligna) y cada 72 horas en P. malariae (cuartana).

Diagnóstico

El inicio de la enfermedad se produce semanas o hasta meses luego de la infección. Presenta fiebre, cefalea, mialgias y fatiga. Se caracteriza por paroxismos trifásicos periódicos por la ruptura de los glóbulos rojos. Estos empiezan con fiebre alta, cefalea, tos y náuseas que culminan con sudoración abundante. Debe sospecharse y excluirse el diagnóstico de malaria en todas aquellas personas con fiebre que han estado en un área endémica durante un año previo.

P. falciparum da cuadros más graves con hiperparasitemias, anemia hemolítica, malaria cerebral (compromiso de conciencia, delirium, convulsiones), hepatoesplenomegalia, hipoglicemia, acidosis láctica, insuficiencia renal, síndrome de distrés respiratorio agudo o coagulopatía. En embarazo los cuadros por lo general son más graves. 

El diagnóstico se realiza por la visualización de parásitos en el frotis sanguíneo con tinción de Giemsa (los frotis tienen mejor rendimiento antes de los episodios de fiebre).

Tratamiento

En casos de sospecha alta de la infección, sin posibilidad de diagnóstico precoz, se justifica el uso tratamiento empírico.

El tratamiento se evalúa caso a caso, ya que depende de la especie de Plasmodium, zona geográfica y forma clínica (preventivo, aguda, crónica, embarazada).

Algunos antimaláricos son Artesunato (el que tiene mejor perfil de seguridad y eficacia), Atovacuona, Cloroquina, Mefloquina, Primaquina..

Seguimiento

El paciente debe ser hospitalizado y monitorizado. Es de notificación obligatoria.

Bibliografía

Paludismo. OMS. 2016 http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs094/es/

Orientaciones técnicas para el diagnóstico y tratamiento de la malaria en Chile. MINSAL 2015 http://web.minsal.cl/wp-content/uploads/2016/09/Orientaciones-t%C3%A9cnicas-para-el-diagn%C3%B3stico-y-tratamiento-de-la-Malaria-en-Chile-2015.pdf

Síndrome pulmonar por hanta virus

Nivel de manejo del médico general: Diagnóstico Sospecha Tratamiento Inicial Seguimiento Derivar

Aspectos esenciales

  • Virus Andes es el agente que provoca SPHV en Chile.
  • Tétrada de trombocitopenia, leucocitosis, hemoconcentración y presencia de inmunoblastos sugiere fuertemente SPHV.
  • Rivavirina y corticoides no son útiles para el manejo del cuadro.

Caso clínico tipo

Hombre de 35 años, consulta al servicio de urgencia por vómitos, cefalea, mialgias y tos. Como antecedente epidemiológico refiere haber viajado al sur del país (Temuco) y en el hemograma presenta leucocitosis.

Definición

Cuadro clínico agudo producido por virus de la familia hantavirus, genero Bunyaviridae, con Argentina compartimos el virus ANDES.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

En Chile es una enfermedad endémica, con presentación estacional primavera-verano. Edad promedio: 32,3 años. La enfermedad se presenta principalmente en varones (71%) en edad productiva (25-49 años). La gran mayoría son trabajadores agrícolas o forestales. Hay ratones infectados desde la IV hasta la XI región, pero afecta más entre RM y XI, común en gente que trabaja en el bosque y turistas.

Modo de transmisión al humano es por inhalación de aerosoles provenientes de la saliva, orina y heces de roedores portadores (Oligoryzomys longicaudatus). 

El virus en el humano se replica en el endotelio pulmonar y cardiaco, sin ocasionar destrucción celular. La producción de anticuerpos neutralizantes de forma precoz posee mejor pronóstico. Los antígenos virales activan los mecanismos de inmunidad celular en el bazo, mediados por inmunoblastos y linfocitos T. El TNF α y la IL-8 aumentan en casos graves. Como consecuencia de esta respuesta ocurre el EPA no cardiogénico y la depresión miocárdica.

Diagnóstico

Periodo de incubación: 5-45 días.

Fase prodrómica: 1-6 días. Síntomas: Fiebre, vómitos, cefalea, mialgias.

Fase cardiopulmonar: 6-9 días. Síntomas: Tos, taquipnea, broncorrea serosa, inestabilidad hemodinámica, sangramientos externos, shock cardiogénico. Infiltrado difuso bilateral en la radiografía.

Fase de recuperación (poliúrica): 10-15 días. Estabilización hemodinámica mejoría de la falla respiratoria, normalización de la radiografía de tórax.

Convalecencia: 2-3 meses.

Hemograma: Aparece precozmente trombocitopenia, y se observan linfocitos atípicos (inmunoblastos), mas de 10% en frotis. Generalmente leucocitosis con desviación izquierda, pero sin granulación toxica. La hemoconcentración aparece más tardíamente.

Tétrada de trombocitopenia, leucocitosis, hemoconcentración y presencia de inmunoblastos sugiere fuertemente SPHV. Suele haber alza de transaminasas y creatinfosfoquinasa, las que son atribuidas a rabdomiolisis. LDH se eleva como respuesta inespecífica a injuria pulmonar. VHS es generalmente normal o levemente elevada.

Diagnóstico diferencial en etapa prodrómica: Influenza y otras virosis sistémicas, adenovirus y otras virosis respiratorias. Gastroenteritis aguda y otras afecciones abdominales agudas. Fiebre tifoidea. Pielonefritis aguda.

Antecedente epidemiológico de exposición a roedores o situaciones de riesgo (residencia o visita sectores rurales, desmalezar, limpiar casa deshabitada) las últimas 6 semanas, la ausencia de coriza y exudado faríngeo y la presencia de alteraciones hematológicas descritas deben orientar al diagnóstico de SPH.

Confirmación diagnóstica es por serología: detección de anticuerpos IgM e IgG específicos contra hantavirus presentes en sangre o suero mediante ELISA.

Tratamiento

Traslado precoz a centro que tenga UCI. Manejo sintomático, el uso de rivavirina es útil en virus europeo, no en Chile. Debe notificarse el caso. Usar soporte mecánico y ventilatorio.

Seguimiento

Por especialista.

Tuberculosis extrapulmonar

Nivel de manejo del médico general: Diagnóstico Sospecha Tratamiento Inicial Seguimiento Derivar

Aspectos esenciales

  • Localizaciones más frecuentes: pleura, seguido por ganglios linfáticos.
  • Habitualmente en pacientes inmunocomprometidos.
  • En meningitis, serositis y compromiso SNC se utilizan corticoides junto a la terapia antituberculosa.

Caso clínico tipo

Paciente de sexo masculino, 32 años de edad, con antecedentes de VIH sin tratamiento, presenta adenopatía dolorosa de 3 cm de diámetro en región supraclavicular, con características inflamatorias, de consistencia gomosa. Se realiza biopsia excisional y el resultado histopatológico confirma adenitis tuberculosa.

Definición

Tuberculosis extrapulmonar es una infección por el Mycobacterium tuberculosis que afecta algún órgano o tejido fuera de la localización pulmonar. Puede comprometer pleura, ganglios linfáticos, sistema urogenital, sistema osteoarticular, gastrointestinal, peritoneal y pericardio, así como también otras localizaciones menos frecuentes.

Etiología-epidemiología-fisiopatología

Prácticamente en todos los casos existe un foco primario de tuberculosis pulmonar, desde este foco se puede producir una diseminación por contigüidad, por vía linfática o hematógena, siendo esta última la causante de la mayoría de las TBC extrapulmonares (a excepción de la pleural y la linfática).

Habitualmente esta forma se presenta en inmunocomprometidos, pero también puede presentarse en pacientes inmunocompetentes.

Diagnóstico

El estudio diagnóstico dependerá de la localización del proceso infeccioso:

  • Linfática: biopsia excisional y cultivo.
  • Urogenital: urocultivo, cultivo de masas y raspado uterino.
  • Osteoarticular: biopsia por aguja para lesiones vertebrales, biopsia sinovial y cultivo de líquido sinovial para articulaciones.
  • Meningitis: punción lumbar (linfocitosis, aumento de proteínas y glucorraquia baja).
  • Peritoneal o gastrointestinal: biopsia laparoscópica.
  • Pericárdica: signos indirectos en radiografía tórax, ECG y examen físico.

Tratamiento

En todas las formas de tuberculosis extrapulmonar es importante la terapia antituberculosa. Algunas localizaciones pueden requerir asociación de otros fármacos, como corticoides en afectación de meninges, sistema nervioso central, peritoneo, gastrointestinal y pericardio. La adenitis tuberculosa en ocasiones precisa resección quirúrgica. Importante mencionar que la tuberculosis osteoarticular no requiere drenaje, pues responde bien a la medicación.

Seguimiento

Se debe realizar seguimiento de la respuesta de la infección a la terapia.

Mesotelioma Pleural

MESOTELIOMA PLEURAL

 Introducción

El mesotelioma pleural es un tumor de baja frecuencia, pero se estima un alza en su incidencia en los años venideros, por lo que su sospecha diagnóstica es fundamental, basándose principalmente en el antecedente de exposición a asbesto. Habitualmente tiene mal pronóstico al momento del diagnóstico, con opciones terapéuticas curativas escasas, por tanto, se debe insistir en la prevención con regulación del uso y exposición al asbesto en el ambiente laboral, en nuestro país contamos con el Decreto 656 del año 2000 que prohíbe el uso de asbesto, en convenio con la Organización Internacional del Trabajo.

 

Definición

El mesotelioma es un tumor que deriva de la superficie mesodérmica de la cavidad celómica embrionaria que posteriormente dará lugar a la pleura, pericardio, peritoneo y túnica vaginalis; siendo el más frecuente el pleural, en cerca de un 80 a 90%. Su origen en células mesoteliales le confiere la potencialidad de desarrollar un componente epitelioide y otro sarcomatoso.

 Epidemiología

Su incidencia es baja, oscila entre los 7 casos por 1 millón de habitantes al año en Japón y 40 casos en 1 millón al año en Australia, dependiendo fundamentalmente a la exposición a asbesto en las décadas pasadas. Su incidencia va en aumento y se estima que el peak de incidencia se registrará alrededor del año 2020 en Europa y EEUU, con un posterior descenso debido a la regulación en cuanto al uso y exposición al asbesto, pero lamentablemente en países tercermundista se estima solo un incremento. Afecta predominantemente a hombres entre los 50 y 70 años.

Etiopatogenia

  • Exposición laboral al Asbesto

Desde la década del 50 a 60´ se descubrió la asociación de este tumor con el asbesto, principalmente en sus formas de amianto azul y blanco; siendo el primero el que más se asocia. Las pequeñas partículas de asbesto menores a 5 micras pueden ser eliminadas por los macrófagos alveolares o transportadas por el epitelio mucociliar hasta la tráquea; sin embargo, partículas mayores no pueden ser fagocitadas pudiendo alcanzar la pleura vía linfática o de manera directa, produciendo fibrosis, placas pleurales, derrame pleural o mesotelioma pleural.

Las profesiones de mayor riesgo son trabajadores de minas de amianto, en fábricas de fibrocementos, de lavanderías y limpieza en seco, industria naval, conductores de material de riesgo y electricistas; otras profesiones de menor riesgo son soldadores, plomeros, fontaneros y trabajadores de la construcción. Es así, como en un 70 a 80% de los casos de mesotelioma hay una exposición a asbesto, con una directa relación en cuanto a la exposición acumulada con un periodo de latencia cercano a los 40 a 50 años aproximadamente. Sin embargo, solo un 10% de los expuestos desarrolla mesotelioma, lo que sugiere la existencia de otros factores.

  • Exposición ambiental

Se ha asociado a contaminantes naturales del suelo llamados erionita y tremolita que se encuentra principalmente en la Región de Capadocia en Turquía, también en Chipre, Córcega y Grecia. En estos lugares hay casos de mesotelioma sin identificarse exposición laboral a asbesto.

  • Oncogenes virales

El virus SV-40 es polioma virus que tiene potencial efecto oncogénico en roedores y humanos, causando inactivación de un gen supresor tumoral.

  • Alteraciones cromosómicas

Algunas anormalidades cromosómicas pueden ser causantes de mesotelioma, especialmente delecciones de las regiones 1q, 3p, 9p y 6q del cromosoma 22, sin un significado claro aún.

Se ha encontrado relación entre la existencia de radiación previa y calcificaciones postuberculosa con casos de mesotelioma. Ho hay evidencia definitiva que relacione al tabaco con el desarrollo de la enfermedad.

Clasificación

El mesotelioma se diferencia anatomopatológicamente en 4 tipos: Epitelial (tubulopapilar y epitelioide), Sarcomatoso (incluido el desmoplásico), Mixto o bifásico y Poco diferenciado. El tipo epitelial es el más frecuente, correspondiendo al 50% de las presentaciones de mesoteliomas, además de mejor pronóstico, un 25% son mixtos y un 15% son sarcomatosos de peor pronóstico y el restante 10% poco diferenciado.

 

Clínica

Es una enfermedad predominantemente de varones adultos entre los 50 y 70 años, siendo muy raros los casos en niños.

Los síntomas más frecuentes son dolor torácico y disnea (tabla I).

  • El dolor de meses de evolución de carácter sordo, difuso y localizado principalmente en región escapular, abdomen superior y hombro debido a implantación inicial en pleura diafragmática, por la cual se extiende al resto, su intensidad va en aumento según la extensión tumoral e infiltración de la pared torácica.
  • La disnea, a su vez, se debe a derrame pleural y tardíamente por compresión del pulmón por el engrosamiento pleural.

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Otras manifestaciones menos frecuentes y que aparecen con el progreso de la enfermedad son: fiebre, sudoración, tos, anorexia, astenia, baja de peso, sensación de pesadez en el tórax, ronquera, expectoración y hemoptisis cuando hay afectación de pleura visceral.

Cuando la enfermedad está muy avanzada, puede llegar a afectarse las pleural bilateralmente, infiltración a pericardio y causar taponamiento cardiaco, compresión de vena cava superior, ascitis y dolor abdominal. Las manifestaciones paraneoplásicas son infrecuentes.

Al examen físico lo más destacable es la matidez a la percusión torácica y la disminución del murmullo pulmonar debido al derrame pleural, atelectasia o infiltración pleural extensa. En algunos pacientes también puede evidenciarse acropaquia.

 

Diagnóstico

Se debe considerar el diagnóstico de mesotelioma en todo paciente con derrame pleural de origen no conocido, más aún en aquellos de mediana edad con dolor torácico persistente y antecedente de exposición al amianto (asbesto).

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El diagnóstico es histológico, se obtienen muestras mediante biopsia pleural que puede ser: guiada por TAC (sensibilidad del 60% con una toma y de hasta un 85% en biopsias repetidas) o quirúrgica por videotoracoscopia o toracotomía (sensibilidad de un 90%), siendo una mala opción la biopsia a ciegas (pobre sensibilidad de entre 20 a 50%).

Se procede a realizar estudio del líquido pleural, en caso de derrame, mediante toracocentesis, se evidencia en la mayoría de los casos un líquido sanguinolento, al estudio se encuentra un exudado, que en al menos el 50% de los casos tiene glucosa < 50 mg/dL y pH < 7,2; ácido hialurónico en altas concentraciones, lo que se ha propuesto como parámetro diagnóstico; la citología suele ser de predominio linfocitario pero presenta dificultad de obtener celularidad y por la poca diferenciación con otras de origen tumoral, como adenocarcinoma.

Los biomarcadores en el diagnóstico ha sido un nuevo avance, entre ellos la mesotelina soluble (SMRP), la cual tiene relación con el tamaño y progresión tumoral en el mesotelioma de estirpe epitelioide, sin embargo, sus valores pueden verse alterados por la función renal y aún no se logra un valor de corte claro, pero el test MESOMARK con un corte de 1,5 nM ha sido probado incluso en nuestro país. Otro marcador es la fibulina-3, con sensibilidad de 96,7% y especificidad del 95,5% con un punto de corte de 52,8 ng/ml (46 ng/ml en pacientes expuestos a asbesto).

 

Diagnósticos diferenciales

Tumor fibroso solitario: también llamado, mesotelioma local fibroso o benigno, fibroma subpleural o fibrosarcoma. No tiene una patogenia clara, sin estar relacionado con la exposición al asbesto y además afecta a ambos sexos por igual. Se desarrolla sobre la pleura visceral siendo de origen conectivo con componente fibroso. La expresión clínica depende directamente del volumen tumoral, manifestándose con disnea y dolor torácico, y en un tercio de los casos se asocia a osteoartropatía hipertrófica. Radiológicamente se caracteriza por una opacidad localidad, única, límites netos de predominio basal, si es de gran tamaño ocasiona colapso pasivo del parénquima, el derrame pleural es ocasional, no hay extensión a estructuras adyacentes; en el TAC se evidencia masa de contornos regulares densidad homogénea en la cual es posible encontrar zonas de hipodensidad por necrosis en tumores grandes.

Adenocarcinoma pleural: es incluso menos frecuente que el mesotelioma, su clínica es similar, e imagenológicamente tiene aspecto nodular pequeño o engrosamiento pleural regular acompañado de derrame pleural que atrapa el pulmón.

Metástasis pleurales: son los tumores malignos más frecuentes de la pleural y en su mayoría derivan de adenocarcinomas de pulmón, mama, ovario, tracto digestivo o renal. A menudo en las imágenes se observan opacidades nodulares múltiples, bilaterales, que se asientan en la pleura parietal, cisural, mediastínica o diafragmática, y derrame pleural.

Linfomas pleurales y subpleurales: en el contexto de linfoma diseminado, radiológicamente se evidencia el engrosamiento pleural localizado u opacidades nodulares subpleurales, derrame pleural y afectación parietal por contigüidad.

Lipoma: incidentalmente en radiografías como masa de partes blandas con margen bien definidos cuando se apoyan en el pulmón o mal definidos si lo hacen en la pared torácica. El TAC permite el diagnóstico al identificar la densidad similar a la grasa subcutánea, si se observa aspecto heterogéneo se debe sospechar de liposarcoma.

 

Estudio

Laboratorio general: permite identificar la trombocitosis, signo de mal pronóstico.

Imágenes: la Radiografía de tórax convencional tiene como manifestación más frecuente es el engrosamiento pleural en forma de lámina o lobulado unilateral que engloba a todo el pulmón y se extiende a las cisuras interlobulares, el derrame pleural habitualmente mayor al 50% con disminución del volumen pulmonar, y el desplazamiento mediastínico ipsilateral. Es menos frecuente la aparición de desplazamiento mediastínico contralateral (10%) y placas pleurales bilaterales (8%). En tumores avanzados se puede identificar invasión de la pared torácica debido a reacción perióstica en costillas.

El TAC de tórax supera a la radiografía en determinar la presencia y extensión de la lesión pleural e invasión a mediastino, pared torácica y abdomen superior, con sensibilidad mayor a 90% lo que la hace una buena herramienta para etapificación tumoral. Los principales hallazgos son: engrosamiento pleural nodular o cisural, derrame pleural unilateral, pérdida de volumen del hemitórax ipsilateral con desplazamiento del mediastino y elevación del hemidiafragma, aumento del tamaño de ganglios linfáticos, invasión de la pared torácica y costal, obliteración de planos grasos, engrosamiento pericárdico nodular, extensión directa a partes blandas, metástasis pulmonares que se manifiestan como masas y nódulos, siendo muy raro el patrón miliar. El problema es que sobreestima compromiso ganglionar y subestima la afectación de la pared costal.

Similar sensibilidad tiene la Resonancia magnética, pero con mejores resultados si se trata de identificar invasión diafragmática y pared costal, además de su utilidad en pacientes alérgicos al contraste yodado.

El PET ha demostrado sensibilidad de 92% y especificidad de 75% en detectar la enfermedad pleural maligna e identificar metástasis extratorácicas ocultas, pero con mala resolución espacial comparada con TAC.

 

Etapificación

En líneas generales, el estudio de extensión se realiza con TAC, el PET puede ser útil en detectar adenopatías mediastínicas. En caso de ser candidato a cirugía se requiere mediastinoscopia.

Recientemente el International Mesothelioma Interest Group (IMIG) ha propuesto una clasificación basada en estadios en TNM (tabla II).

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Tratamiento

El escaso pronóstico favorable y la pobre respuesta a las opciones terapéuticas disponibles ha ocasionado una escasa claridad en el tratamiento, sumándose a eso que en la actualidad han aparecido nuevas terapias que buscan ser la esperanza para prolongar la calidad de vida y la sobrevida, e incluso la curación.

  • Cirugía: no existe estudios que demuestren que la cirugía mejora la sobrevida. Las modalidades son decorticación o pleurectomía (primera imagen) y neumonectomía extrapleural, esta consiste en la resección pulmonar, pleura parietal, adenopatías mediastínicas, pericardio y diafragma ipsilateral (como lo muestra la segunda imagen) colocando un Gorotex como prótesis, siendo la técnica estándar. La mortalidad operatoria oscila entre 3 a 30%. Asociando la cirugía a quimioterapia y/o radioterapia torácica ipsilateral la sobrevida en diferentes estudios es cercana a un 40% en 2 años y 20% en 3 años.

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  • Radioterapia: el mesotelioma responde a radioterapia, pero dada su extensión en el momento del diagnóstico los campos de tratamiento son amplios, lo que dificulta su aplicación sin grandes riesgos a estructuras colindantes. Se aplica dosis de 40 a 50 Gy sobre el hemitórax ipsilateral, teniendo tres utilidades en el manejo: profilaxis de siembra tumoral tras la realización de biopsias, tratamiento paliativo y como adyuvante a la cirugía. Como monoterapia no logra modificar la sobrevida, pero aminora el dolor en el 50% de los casos.
  • Quimioterapia: es una neoplasia con baja respuesta a quimioterapia, pero se ha intentado el uso de doxorrubicina, epirrubicina, mitomicina, ciclofosfamida, ifosfamida, pemetrexed, cisplatino y carboplatino con respuesta clínica y anatómica evidente en hasta el 20% de los pacientes. La combinación de un derivado del platino con una antraciclina y un antibiótico antitumoral han mostrado mejores tazas de sobrevida. La quimioterapia intrapleural está indicada en estadios tempranos.
  • Inmunoterapia: se usan citoquinas con función proinflamatoria, teniendo mejores resultados con el interferón-α e interleukina-2 intrapleural.
  • Terapia fotodinámica: administración sistémica de sustancias fotosensibilizadoras que producen lisis tumoral tras la aplicación de luz con una longitud de onda determinada.
  • Terapia génica: es el tratamiento que mejor sobrevida ha demostrado, pero aún se encuentra en fases de ensayo clínico. Algunos son: quimioterapia molecular en la que se usan genes cargados con ADN viral para atacar a células tumorales, interferencia autocrina-paracrina mediante el uso de factores de crecimiento que interfieren con el desarrollo tumoral, inmunopotenciación genética, inhibidores de la angiogénesis, etc.
  • Tratamiento paliativo: cuando el tumor está muy avanzado, procede solo tratamiento paliativo, en caso de derrame pleural suele usarse toracocentesis evacuadora y pleurodesis con talco; para el dolor opiáceos, puede intentarse una cordotomía cervical percutánea; la disnea debida a afectación pulmonar o mediastínica se maneja con oxigenoterapia.

 

Pronóstico

Se han analizado diversos factores de mal pronóstico pretratamiento (tabla III), siendo fundamental el estado general de salud. La sobrevida media es de 6 a 18 meses y en pacientes que presenten 3 o más factores, la sobrevida al año es de tan solo un 12%.

En estudios en búsqueda de marcadores tumorales, altos niveles plasmáticos > 0,84 nM/L de SMRP, al momento del diagnóstico independiente del tipo histológico, son indicador de mal pronóstico, con una mediana de sobrevida de 10 meses, a diferencia del grupo con niveles menores con 19 meses.

En pacientes que han recibido tratamiento multimodal (cirugía radical asociado a quimioterapia y/o radioterapia) los factores relacionados con una mejor sobrevida a largo plazo son las características histológicas epitelioides, ganglios linfáticos y márgenes quirúrgicos negativos. Siendo el estado ganglionar un factor pronostico importante, lamentablemente cerca de un 50 a 75% posee metástasis al momento del diagnóstico.

 

Bibliografía

  1. “Diagnóstico y tratamiento del mesotelioma pleural maligno”, F. Rodríguez P., Arch Bronconeumol. 2015; 51(4): 177-184.
  2. “Mesotelioma pleural maligno”, A.M. Escribano, J.M. Vaquero, Revista Española de Patología Torácica, EB03-50.
  3. “Niveles séricos de mesotelina, valor pronóstico en mesotelioma pleural maligno”, J.A. Rodríguez, M. Asensio, E. Arellano, cols. Unidad Médico-quirúrgica de Enfermedades Respiratorias, Hospital Universitario Virgen del Rocío, Hospital Puerta del Mar, Hospital Virgen del Camino, Hospital Arquitecto Marcide. 2010.
  4. “Tratamiento del mesotelioma maligno”, Instituto Nacional del Cáncer, agosto 2017.
  5. “Mesotelioma pleural maligno”, B. Fenández, F.J. Michel. An. Sist. Sanit. Navar. 2005 Vol. 28, Suplemento 1.
  6. “Mesotelioma pleural”, Presentación Dr. Domingo Montalvo V. Hospital del Salvador, departamento de Cirugía. 2009.
  7. “Determinación de péptidos solubles relacionados a mesotelina para la detección precoz del mesotelioma maligno”, S. Solari, M. Goycolea, L. Villarroel, cols. Pontificia Universidad Católica de Chile. Rev. Chil. Enferm. Respir. Vol.28 n°3, Santiago set. 2012.
  8. “Mesotelioma maligno: experiencia clínico-patológica de 247 casos”, R. Barrera, J. Chavarría, J. Morales. Rev. Chil. Enf. Respir. 2010; 26: 134-140.

Mesotelioma Pleural

MESOTELIOMA PLEURAL

 Introducción

El mesotelioma pleural es un tumor de baja frecuencia, pero se estima un alza en su incidencia en los años venideros, por lo que su sospecha diagnóstica es fundamental, basándose principalmente en el antecedente de exposición a asbesto. Habitualmente tiene mal pronóstico al momento del diagnóstico, con opciones terapéuticas curativas escasas, por tanto, se debe insistir en la prevención con regulación del uso y exposición al asbesto en el ambiente laboral, en nuestro país contamos con el Decreto 656 del año 2000 que prohíbe el uso de asbesto, en convenio con la Organización Internacional del Trabajo.

 Definición

El mesotelioma es un tumor que deriva de la superficie mesodérmica de la cavidad celómica embrionaria que posteriormente dará lugar a la pleura, pericardio, peritoneo y túnica vaginalis; siendo el más frecuente el pleural, en cerca de un 80 a 90%. Su origen en células mesoteliales le confiere la potencialidad de desarrollar un componente epitelioide y otro sarcomatoso.

 Epidemiología

Su incidencia es baja, oscila entre los 7 casos por 1 millón de habitantes al año en Japón y 40 casos en 1 millón al año en Australia, dependiendo fundamentalmente a la exposición a asbesto en las décadas pasadas. Su incidencia va en aumento y se estima que el peak de incidencia se registrará alrededor del año 2020 en Europa y EEUU, con un posterior descenso debido a la regulación en cuanto al uso y exposición al asbesto, pero lamentablemente en países tercermundista se estima solo un incremento. Afecta predominantemente a hombres entre los 50 y 70 años.

 Etiopatogenia

  • Exposición laboral al Asbesto

Desde la década del 50 a 60´ se descubrió la asociación de este tumor con el asbesto, principalmente en sus formas de amianto azul y blanco; siendo el primero el que más se asocia. Las pequeñas partículas de asbesto menores a 5 micras pueden ser eliminadas por los macrófagos alveolares o transportadas por el epitelio mucociliar hasta la tráquea; sin embargo, partículas mayores no pueden ser fagocitadas pudiendo alcanzar la pleura vía linfática o de manera directa, produciendo fibrosis, placas pleurales, derrame pleural o mesotelioma pleural.

Las profesiones de mayor riesgo son trabajadores de minas de amianto, en fábricas de fibrocementos, de lavanderías y limpieza en seco, industria naval, conductores de material de riesgo y electricistas; otras profesiones de menor riesgo son soldadores, plomeros, fontaneros y trabajadores de la construcción. Es así, como en un 70 a 80% de los casos de mesotelioma hay una exposición a asbesto, con una directa relación en cuanto a la exposición acumulada con un periodo de latencia cercano a los 40 a 50 años aproximadamente. Sin embargo, solo un 10% de los expuestos desarrolla mesotelioma, lo que sugiere la existencia de otros factores.

  • Exposición ambiental

Se ha asociado a contaminantes naturales del suelo llamados erionita y tremolita que se encuentra principalmente en la Región de Capadocia en Turquía, también en Chipre, Córcega y Grecia. En estos lugares hay casos de mesotelioma sin identificarse exposición laboral a asbesto.

  • Oncogenes virales

El virus SV-40 es polioma virus que tiene potencial efecto oncogénico en roedores y humanos, causando inactivación de un gen supresor tumoral.

  • Alteraciones cromosómicas

Algunas anormalidades cromosómicas pueden ser causantes de mesotelioma, especialmente delecciones de las regiones 1q, 3p, 9p y 6q del cromosoma 22, sin un significado claro aún.

Se ha encontrado relación entre la existencia de radiación previa y calcificaciones postuberculosa con casos de mesotelioma. Ho hay evidencia definitiva que relacione al tabaco con el desarrollo de la enfermedad.

Clasificación

El mesotelioma se diferencia anatomopatológicamente en 4 tipos: Epitelial (tubulopapilar y epitelioide), Sarcomatoso (incluido el desmoplásico), Mixto o bifásico y Poco diferenciado. El tipo epitelial es el más frecuente, correspondiendo al 50% de las presentaciones de mesoteliomas, además de mejor pronóstico, un 25% son mixtos y un 15% son sarcomatosos de peor pronóstico y el restante 10% poco diferenciado.

 Clínica

Es una enfermedad predominantemente de varones adultos entre los 50 y 70 años, siendo muy raros los casos en niños.

Los síntomas más frecuentes son dolor torácico y disnea (tabla I).

  • El dolor de meses de evolución de carácter sordo, difuso y localizado principalmente en región escapular, abdomen superior y hombro debido a implantación inicial en pleura diafragmática, por la cual se extiende al resto, su intensidad va en aumento según la extensión tumoral e infiltración de la pared torácica.
  • La disnea, a su vez, se debe a derrame pleural y tardíamente por compresión del pulmón por el engrosamiento pleural.

Otras manifestaciones menos frecuentes y que aparecen con el progreso de la enfermedad son: fiebre, sudoración, tos, anorexia, astenia, baja de peso, sensación de pesadez en el tórax, ronquera, expectoración y hemoptisis cuando hay afectación de pleura visceral.

Cuando la enfermedad está muy avanzada, puede llegar a afectarse las pleural bilateralmente, infiltración a pericardio y causar taponamiento cardiaco, compresión de vena cava superior, ascitis y dolor abdominal. Las manifestaciones paraneoplásicas son infrecuentes.

Al examen físico lo más destacable es la matidez a la percusión torácica y la disminución del murmullo pulmonar debido al derrame pleural, atelectasia o infiltración pleural extensa. En algunos pacientes también puede evidenciarse acropaquia.

 

Diagnóstico

Se debe considerar el diagnóstico de mesotelioma en todo paciente con derrame pleural de origen no conocido, más aún en aquellos de mediana edad con dolor torácico persistente y antecedente de exposición al amianto (asbesto).

Figura 1: Toma de biopsia guiada por videotoracoscopia 

El diagnóstico es histológico, se obtienen muestras mediante biopsia pleural que puede ser: guiada por TAC (sensibilidad del 60% con una toma y de hasta un 85% en biopsias repetidas) o quirúrgica por videotoracoscopia o toracotomía (sensibilidad de un 90%), siendo una mala opción la biopsia a ciegas (pobre sensibilidad de entre 20 a 50%).

Se procede a realizar estudio del líquido pleural, en caso de derrame, mediante toracocentesis, se evidencia en la mayoría de los casos un líquido sanguinolento, al estudio se encuentra un exudado, que en al menos el 50% de los casos tiene glucosa < 50 mg/dL y pH < 7,2; ácido hialurónico en altas concentraciones, lo que se ha propuesto como parámetro diagnóstico; la citología suele ser de predominio linfocitario pero presenta dificultad de obtener celularidad y por la poca diferenciación con otras de origen tumoral, como adenocarcinoma.

Los biomarcadores en el diagnóstico ha sido un nuevo avance, entre ellos la mesotelina soluble (SMRP), la cual tiene relación con el tamaño y progresión tumoral en el mesotelioma de estirpe epitelioide, sin embargo, sus valores pueden verse alterados por la función renal y aún no se logra un valor de corte claro, pero el test MESOMARK con un corte de 1,5 nM ha sido probado incluso en nuestro país. Otro marcador es la fibulina-3, con sensibilidad de 96,7% y especificidad del 95,5% con un punto de corte de 52,8 ng/ml (46 ng/ml en pacientes expuestos a asbesto).

 

Diagnósticos diferenciales

Tumor fibroso solitario: también llamado, mesotelioma local fibroso o benigno, fibroma subpleural o fibrosarcoma. No tiene una patogenia clara, sin estar relacionado con la exposición al asbesto y además afecta a ambos sexos por igual. Se desarrolla sobre la pleura visceral siendo de origen conectivo con componente fibroso. La expresión clínica depende directamente del volumen tumoral, manifestándose con disnea y dolor torácico, y en un tercio de los casos se asocia a osteoartropatía hipertrófica. Radiológicamente se caracteriza por una opacidad localidad, única, límites netos de predominio basal, si es de gran tamaño ocasiona colapso pasivo del parénquima, el derrame pleural es ocasional, no hay extensión a estructuras adyacentes; en el TAC se evidencia masa de contornos regulares densidad homogénea en la cual es posible encontrar zonas de hipodensidad por necrosis en tumores grandes.

Adenocarcinoma pleural: es incluso menos frecuente que el mesotelioma, su clínica es similar, e imagenológicamente tiene aspecto nodular pequeño o engrosamiento pleural regular acompañado de derrame pleural que atrapa el pulmón.

Metástasis pleurales: son los tumores malignos más frecuentes de la pleural y en su mayoría derivan de adenocarcinomas de pulmón, mama, ovario, tracto digestivo o renal. A menudo en las imágenes se observan opacidades nodulares múltiples, bilaterales, que se asientan en la pleura parietal, cisural, mediastínica o diafragmática, y derrame pleural.

Linfomas pleurales y subpleurales: en el contexto de linfoma diseminado, radiológicamente se evidencia el engrosamiento pleural localizado u opacidades nodulares subpleurales, derrame pleural y afectación parietal por contigüidad.

Lipoma: incidentalmente en radiografías como masa de partes blandas con margen bien definidos cuando se apoyan en el pulmón o mal definidos si lo hacen en la pared torácica. El TAC permite el diagnóstico al identificar la densidad similar a la grasa subcutánea, si se observa aspecto heterogéneo se debe sospechar de liposarcoma.

 

Estudio

Laboratorio general: permite identificar la trombocitosis, signo de mal pronóstico.

Imágenes: la Radiografía de tórax convencional tiene como manifestación más frecuente es el engrosamiento pleural en forma de lámina o lobulado unilateral que engloba a todo el pulmón y se extiende a las cisuras interlobulares, el derrame pleural habitualmente mayor al 50% con disminución del volumen pulmonar, y el desplazamiento mediastínico ipsilateral. Es menos frecuente la aparición de desplazamiento mediastínico contralateral (10%) y placas pleurales bilaterales (8%). En tumores avanzados se puede identificar invasión de la pared torácica debido a reacción perióstica en costillas.

El TAC de tórax supera a la radiografía en determinar la presencia y extensión de la lesión pleural e invasión a mediastino, pared torácica y abdomen superior, con sensibilidad mayor a 90% lo que la hace una buena herramienta para etapificación tumoral. Los principales hallazgos son: engrosamiento pleural nodular o cisural, derrame pleural unilateral, pérdida de volumen del hemitórax ipsilateral con desplazamiento del mediastino y elevación del hemidiafragma, aumento del tamaño de ganglios linfáticos, invasión de la pared torácica y costal, obliteración de planos grasos, engrosamiento pericárdico nodular, extensión directa a partes blandas, metástasis pulmonares que se manifiestan como masas y nódulos, siendo muy raro el patrón miliar. El problema es que sobreestima compromiso ganglionar y subestima la afectación de la pared costal.

Similar sensibilidad tiene la Resonancia magnética, pero con mejores resultados si se trata de identificar invasión diafragmática y pared costal, además de su utilidad en pacientes alérgicos al contraste yodado.

El PET ha demostrado sensibilidad de 92% y especificidad de 75% en detectar la enfermedad pleural maligna e identificar metástasis extratorácicas ocultas, pero con mala resolución espacial comparada con TAC.

 

Etapificación

En líneas generales, el estudio de extensión se realiza con TAC, el PET puede ser útil en detectar adenopatías mediastínicas. En caso de ser candidato a cirugía se requiere mediastinoscopia.

Recientemente el International Mesothelioma Interest Group (IMIG) ha propuesto una clasificación basada en estadios en TNM (tabla II).

 

 Tratamiento

El escaso pronóstico favorable y la pobre respuesta a las opciones terapéuticas disponibles ha ocasionado una escasa claridad en el tratamiento, sumándose a eso que en la actualidad han aparecido nuevas terapias que buscan ser la esperanza para prolongar la calidad de vida y la sobrevida, e incluso la curación.

  • Cirugía: no existe estudios que demuestren que la cirugía mejora la sobrevida. Las modalidades son decorticación o pleurectomía (primera imagen) y neumonectomía extrapleural, esta consiste en la resección pulmonar, pleura parietal, adenopatías mediastínicas, pericardio y diafragma ipsilateral (como lo muestra la segunda imagen) colocando un Gorotex como prótesis, siendo la técnica estándar. La mortalidad operatoria oscila entre 3 a 30%. Asociando la cirugía a quimioterapia y/o radioterapia torácica ipsilateral la sobrevida en diferentes estudios es cercana a un 40% en 2 años y 20% en 3 años.

  • Radioterapia: el mesotelioma responde a radioterapia, pero dada su extensión en el momento del diagnóstico los campos de tratamiento son amplios, lo que dificulta su aplicación sin grandes riesgos a estructuras colindantes. Se aplica dosis de 40 a 50 Gy sobre el hemitórax ipsilateral, teniendo tres utilidades en el manejo: profilaxis de siembra tumoral tras la realización de biopsias, tratamiento paliativo y como adyuvante a la cirugía. Como monoterapia no logra modificar la sobrevida, pero aminora el dolor en el 50% de los casos.
  • Quimioterapia: es una neoplasia con baja respuesta a quimioterapia, pero se ha intentado el uso de doxorrubicina, epirrubicina, mitomicina, ciclofosfamida, ifosfamida, pemetrexed, cisplatino y carboplatino con respuesta clínica y anatómica evidente en hasta el 20% de los pacientes. La combinación de un derivado del platino con una antraciclina y un antibiótico antitumoral han mostrado mejores tazas de sobrevida. La quimioterapia intrapleural está indicada en estadios tempranos.
  • Inmunoterapia: se usan citoquinas con función proinflamatoria, teniendo mejores resultados con el interferón-α e interleukina-2 intrapleural.
  • Terapia fotodinámica: administración sistémica de sustancias fotosensibilizadoras que producen lisis tumoral tras la aplicación de luz con una longitud de onda determinada.
  • Terapia génica: es el tratamiento que mejor sobrevida ha demostrado, pero aún se encuentra en fases de ensayo clínico. Algunos son: quimioterapia molecular en la que se usan genes cargados con ADN viral para atacar a células tumorales, interferencia autocrina-paracrina mediante el uso de factores de crecimiento que interfieren con el desarrollo tumoral, inmunopotenciación genética, inhibidores de la angiogénesis, etc.
  • Tratamiento paliativo: cuando el tumor está muy avanzado, procede solo tratamiento paliativo, en caso de derrame pleural suele usarse toracocentesis evacuadora y pleurodesis con talco; para el dolor opiáceos, puede intentarse una cordotomía cervical percutánea; la disnea debida a afectación pulmonar o mediastínica se maneja con oxigenoterapia.

 

Pronóstico

 

Se han analizado diversos factores de mal pronóstico pretratamiento (tabla III), siendo fundamental el estado general de salud. La sobrevida media es de 6 a 18 meses y en pacientes que presenten 3 o más factores, la sobrevida al año es de tan solo un 12%.

En estudios en búsqueda de marcadores tumorales, altos niveles plasmáticos > 0,84 nM/L de SMRP, al momento del diagnóstico independiente del tipo histológico, son indicador de mal pronóstico, con una mediana de sobrevida de 10 meses, a diferencia del grupo con niveles menores con 19 meses.

En pacientes que han recibido tratamiento multimodal (cirugía radical asociado a quimioterapia y/o radioterapia) los factores relacionados con una mejor sobrevida a largo plazo son las características histológicas epitelioides, ganglios linfáticos y márgenes quirúrgicos negativos. Siendo el estado ganglionar un factor pronostico importante, lamentablemente cerca de un 50 a 75% posee metástasis al momento del diagnóstico.

 

Bibliografía

  1. “Diagnóstico y tratamiento del mesotelioma pleural maligno”, F. Rodríguez P., Arch Bronconeumol. 2015; 51(4): 177-184.
  2. “Mesotelioma pleural maligno”, A.M. Escribano, J.M. Vaquero, Revista Española de Patología Torácica, EB03-50.
  3. “Niveles séricos de mesotelina, valor pronóstico en mesotelioma pleural maligno”, J.A. Rodríguez, M. Asensio, E. Arellano, cols. Unidad Médico-quirúrgica de Enfermedades Respiratorias, Hospital Universitario Virgen del Rocío, Hospital Puerta del Mar, Hospital Virgen del Camino, Hospital Arquitecto Marcide. 2010.
  4. “Tratamiento del mesotelioma maligno”, Instituto Nacional del Cáncer, agosto 2017.
  5. “Mesotelioma pleural maligno”, B. Fenández, F.J. Michel. An. Sist. Sanit. Navar. 2005 Vol. 28, Suplemento 1.
  6. “Mesotelioma pleural”, Presentación Dr. Domingo Montalvo V. Hospital del Salvador, departamento de Cirugía. 2009.
  7. “Determinación de péptidos solubles relacionados a mesotelina para la detección precoz del mesotelioma maligno”, S. Solari, M. Goycolea, L. Villarroel, cols. Pontificia Universidad Católica de Chile. Rev. Chil. Enferm. Respir. Vol.28 n°3, Santiago set. 2012.
  8. “Mesotelioma maligno: experiencia clínico-patológica de 247 casos”, R. Barrera, J. Chavarría, J. Morales. Rev. Chil. Enf. Respir. 2010; 26: 134-140.

Síndromes Mediastínicos en Cirugía

SÍNDROMES MEDIASTÍNICOS

Definiciones

El mediastino es el espacio anatómico localizado en la zona media del tórax. Sus límites están dados por distintas estructuras.

Límites del mediastino:

·         Límite anterior o esternal: cara posterior del esternón

·         Límite posterior o vertebral: vértebras torácicas (1ª a 12ª)

·         Límite lateral o pleural: pleuras mediastínicas derecha e izquierdas

·         Límite superior o cervical: apertura torácica superior y base del cuello.

·         Límite inferior o diafragmático: dado por el diafragma

El mediastino se ha divido en distintos compartimentos. Clásicamente se utiliza la siguiente clasificación:

·         Mediastino anterosuperior: desde la cara posterior del esternón hasta la cara anterior del pericardio y grandes vasos. El límite entre mediastino superior e inferior esta dado por una línea imaginaria que va desde el ángulo esternal hasta articulación T4-T5

·         Mediastino medio: desde la reflexión anterior del pericardio hasta el ligamento longitudinal de la columna

·         Región posterior: desde la cara posterior del esófago a la pared torácica

Esquema de división del mediastino en 3 compartimientos

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Crovari Eulufi, F., & Manzor Véliz, M. Manual de patología quirúrgica.
Ediciones UC. (2014)

Los síndromes mediastínicos están producidos fundamentalmente por la compresión de estructuras que forman el mediastino, secundaria a patología de origen tumoral o no.

Se subdividen en:

  1. Síndrome mediastínico superior
  2. Síndrome mediastínico medio
  3. Síndrome mediastínico inferior
  4. Síndrome mediastínico posterior

Se hará mención además a la patología infecciosa aguda del mediastino y las patologías tumorales según su ubicación en el mediastino (anterior, medio y posterior).

Etiología

  1. Síndromes mediastínicos (SM)

El SM superior está representado principalmente por el síndrome de vena cava superior (SVCS). Éste está provocado por la obstrucción del flujo venoso por compresión extrínseca, trombo intraluminal o afectación tumoral. El 95% de los casos se atribuye a procesos neoplásicos de los cuales el carcinoma pulmonar es la principal causa (85%), principalmente el carcinoma pulmonar microcítico. Otras causas neoplásicas son: linfomas y carcinomas metastásicos no pulmonares (cáncer de mama, gastrointestinales, melanoma).

A continuación, se mencionan las principales causas del SVCS

No tumorales ×          Fibrosis mediastínica idiopática

×          Granuloma mediastínico por histoplasmosis

×          Mediastinitis tuberculosa

×          Trombosis por catéter o marcapasos

Tumorales ×          Cáncer pulmonar

×          Linfoma mediastínico

×          Metástasis ganglionares mediastínicas

El SM inferior se produce por la compresión de la vena cava inferior

El SM medio y posterior están dados por la compresión de distintas estructuras ubicadas en dichos compartimentos.

  1. Patología tumoral

Los tumores primarios del mediastino representan menos del 1%. Cerca del 25% de éstos son tumores malignos. Aproximadamente el 50% de las lesiones primarias se ubican en el compartimiento anterior. Alrededor del 60% del total de lesiones corresponde a tumores neurogénicos, timomas y quistes benignos, mientras que un 30% está representado por linfomas, tumores de células germinales y tumores mesenquimales. La localización de los tumores mediastínicos más frecuentes varía con la edad. De manera general, los tumores neurogénicos son más frecuentes en la infancia, linfomas en la adolescencia y timomas en adultos.

Según su frecuencia y ubicación se dividen en:

Mediastino Anterior Mediastino Medio Mediastino Posterior
Timoma

Tumor de células germinales

Linfoma

Linfoma

Quistes de duplicación

Granulomas

Tumores neurogénicos

Quistes de duplicación

  1. Mediastinitis aguda

La infección bacteriana aguda del mediastino tiene 4 vías principales: 1) contaminación directa (perforación esofágica) que puede ser espontánea o secundaria; 2) mediastinitis descendente por extensión de procesos infecciosos en cabeza y cuello; 3) extensión desde pulmón, pleura o pared torácica; 4) post quirúrgica. De éstas las más frecuentes son la perforación esofágica secundaria a técnicas diagnóstico-terapéuticas y mediastinitis post quirúrgica. La perforación esofágica espontánea ocurre como consecuencia del aumento de la presión intraesofágica (síndrome de Boerhaave).

Clínica

  1. Síndrome mediastínico superior:

El compromiso de la vena cava superior o sus afluentes da lugar a diversos signos y síntomas:

Signos: Edema facial, cuello y hemitórax superior (edema en esclavina); cianosis facial; plétora facial; taquipnea; telangiectasias en el cuello y tórax (secundario a circulación colateral).

Síntomas: Disnea (más frecuente); sensación de embotamiento craneal; tos; cefalea; dolor torácico que empeora al inclinarse hacia delante.

Se asocia además un marcado compromiso hemodinámico. La distensión de la vena yugular con ausencia de latidos en el extremo de la columna venosa no modificada con la inspiración, es signo patognomónico de compresión por encima del cayado de la vena ácigos.

Los signos y síntomas aparecen paulatinamente luego de 2 semanas de comprimir el sistema venoso de la vena cava.

  1. Síndrome mediastínico medio:

La compresión de estructuras origina distintos signos y síntomas:

Tráquea disnea inspiratoria, tiraje, tos ronca y cianosis.
Bronquios tiraje, murmullo pulmonar disminuido o abolido, disminución de la expansión y en el caso de oclusión total, atelectasia del lado afectado.
Nervio recurrente parálisis de la cuerda vocal ipsilateral, tos y voz bitonal.

Es más frecuente el compromiso del nervio recurrente izquierdo.

Nervio frénico hemiparesia diafragmática, singultos, neuralgia.
Tronco braquiocefálico frémito, soplo y pulsos radiales asimétricos
Nervio vago tos coqueluchoide, cuadros asmáticos intermitentes, disfagia intermitente y bradicardia. Vómitos y epigastralgia
  1. Síndrome mediastínico posterior:

La clínica dependerá de la estructura comprometida. Puede presentarse disfagia permanente y progresiva por compresión del esófago. La activación de la cadena simpática torácica producirá midriasis, exoftalmos y aumento de hendidura palpebral (síndrome de Pourfour du Petit). La parálisis del simpático producirá síndrome de Claude Bernard Horner. Puede existir derrame pleural quiloso en caso de compresión del conducto torácico.

  1. Síndrome mediastínico inferior:

La compresión de la vena cava inferior se manifestará con hepatomegalia, ascitis, edema de extremidades inferiores, esplenomegalia y circulación colateral abdominal.

  1. Mediastinitis:

El síntoma cardinal es el dolor retroesternal de inicio brusco e intenso, asociado a fiebre. Se puede asociar enfisema subcutáneo en caso de perforación esofágica. Puede existir disfagia y distrés respiratorio. Es importante preguntar por el antecedente de vómitos a repetición previo al inicio del cuadro o si hubo procedimientos endoscópicos previos. A la auscultación cardiaca se puede escuchar un chasquido fuerte sincrónico con el latido cardiaco sobre el vértice (signo de Hamman).

Se pueden asociar además síndromes paraneoplásicos como por ejemplo miastenia gravis en timoma, síndrome cushingoideo asociado a tumor carcinoide tímico, hipertensión asociada a feocromocitoma, entre otros.

Diagnóstico y estudio

Ante la sospecha de cualquier síndrome mediastínico se debe iniciar estudio imagenológico con:

  • Radiografía de tórax: se puede observar aumento de tamaño del mediastino, masa hiliar, tumores pulmonares, adenopatías, entre otros. La gran mayoría de los tumores de mediastino se detectan incidentalmente. Alrededor del 10-15% de las radiografías pueden ser normales.

Ante la sospecha de mediastinitis, una radiografía de tórax puede objetivar ensanchamiento mediastínico y la presencia de gas en el mediastino, con niveles hidroaéreos.

  • TAC de tórax: estudio de elección. Permite evaluar el nivel de obstrucción cuando la hay, entrega información anatómica del mediastino y la relación de las lesiones con estructuras adyacentes.

En caso de mediastinitis una TC de tórax podría informar engrosamiento esofágico, obliteración de los planos grasos, áreas de tejidos blando o atenuación líquida periesofágicas, abscesos únicos o múltiples, gas extraluminal y medio de contraste extraluminal.

  • Esofagograma con bario: permite localizar la zona de rotura esofágica ante la sospecha de mediastinitis.
  • RNM: estudio complementario que aporta mayor información permitiendo identificar con más precisión estructuras vasculares, nerviosas y bronquios. Es útil en el diagnóstico de quistes, en especial los broncogénicos. Es una alternativa además cuando el uso de contraste está contraindicado

Es importante destacar que para el diagnóstico de mediastinitis aguda se debe tener un alto índice de sospecha, ya que el cuadro clínico y hallazgos son comunes para otros cuadros sépticos.

Es necesaria la confirmación diagnóstica a través de un estudio histológico, pues es el principal factor pronóstico. Para la obtención de tejido se puede recurrir a:

  • Biopsia endoscópica guiada por ultrasonido
  • Biopsia percutánea con aguja guiada por imágenes
  • Mediastinotomía paraesternal anterior
  • Mediastinoscopía cervical
  • Videotoracoscopía
  • Biopsia por cirugía abierta

Tratamiento

El primer objetivo es el alivio temporal de los síntomas. Dentro de estas medidas se encuentran:

  • Reposo en cama en 30-45°
  • Oxigenoterapia
  • Diuréticos. Aunque su uso es controvertido pues no ha demostrado mejoría significativa, suelen usarse de modo paliativo al inicio del cuadro.
  • En cuanto al uso de corticoides se ha visto mayor utilidad cuando la causa del SVCS es un linfoma o timoma. En teoría, reducirían el edema peritumoral en procesos malignos

El tratamiento es la resolución de la causa del síndrome mediastínico. De manera general, la quimioterapia es el tratamiento de elección en el carcinoma microcítico de pulmón y en los linfomas. La radioterapia es una parte importante del tratamiento del SVCS debido a carcinoma no microcítico de pulmón, con un porcentaje de resolución de un 63% aproximado a las 2 semanas de tratamiento.

El uso de stents metálicos en el SVCS es útil en casos de mayor gravedad tanto en procesos neoplásicos malignos como en eventos trombóticos secundarios a catéter central.

El tratamiento quirúrgico se emplea de forma excepcional en el caso del SVCS. Suele estar indicado en presencia de un timoma (suele ser resistente a quimio y radioterapia). Sin embargo, se debe evaluar caso a caso la necesidad de cirugía más tratamiento adyuvante.

Mediastinitis aguda:

Corresponde a una urgencia médico-quirúrgica, por lo que el tratamiento consiste en:

  • Soporte vital en unidad de paciente crítico
  • Régimen cero y nutrición parenteral
  • Antibioterapia de amplio espectro en forma empírica, luego ajustar según el resultado de cultivos.
  • Drenaje quirúrgico de cavidad mediastínica
  • Cobertura del defecto esofágico de ser esta la causa de mediastinitis.
  • Se sugiere realizar control con imágenes a las 48-72 horas luego del tratamiento quirúrgico para evaluar la evolución. Además, se recomienda repetir aseos quirúrgicos cada 48-72 horas.

Bibliografía:

  • Caballero, L. M., Pérez, F. L. M., Rodríguez, M. J. A., & Otero, F. F. (2014). Manejo del paciente con patologia mediastinica. Tabla I.
  • Crovari Eulufi, F., & Manzor Véliz, M. Manual de patología quirúrgica. Ediciones UC. (2014)
  • Mark F Berry, MD. Approach to the adult patient with a mediastinal mass. Literature review current through: Jun 2017. This topic last updated: Sep 28, 2016. Disponible en UpToDate.
  • Arribalzaga F, Eduardo, Aguirre V, Marcos, & Corchuelo P, Cristian. (2014). CONDUCTA EN EL SÍNDROME DE VENA CAVA SUPERIOR (SVCS). Revista chilena de cirugía, 66(1), 71-77.
  • Marín, Á. P., & Barón, M. G. (2009). Síndrome de vena cava superior. Medicina clínica, 132(5), 195-199. ISO 690

22. Síndromes de ocupación pleural

INTRODUCCIÓN

Se define como síndrome clínico producido por la presencia en la cavidad pleural de diferentes agentes , manifestándose un conjunto de síntomas poco específicos, como tos, dolor torácico y disnea. En la cavidad pleural puede acumularse básicamente aire y líquido, otros como masas o quistes de gran volumen pueden remedar los síntomas de un síndrome de ocupación pleural, aunque en la mayoría de los casos no suele serlo.

Anatomía:

 

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El espacio pleural es una cavidad virtual que tapiza la pared torácica constituida por las pleuras visceral y parietal, membranas serosas lisas. En condiciones normales las membranas pleurales están separadas por una delgada capa de líquido de aproximadamente 1-20 ml por cada cavidad, que actúa como lubricante y transmite las fuerzas de la respiración entre el pulmón y la pared torácica. Este líquido se forma mediante ultrafiltración de plasma y además contiene moléculas secretadas por las células mesoteliales.

La Pleura Visceral cubre toda la superficie pulmonar excepto el hilio, y forma cuerpo con el pulmón. La Pleura Parietal cubre las paredes de la cavidad pulmonar, y en ella se pueden reconocer  una porción costal, una porción mediastínica y una porción diafragmática.

En cuanto a la irrigación las arterias de la pleura parietal proceden de la Torácica Interna, Intercostales Posteriores y anteriores, Mediastínicas y Pericardiofrénicas. En tanto la pleura visceral se encuentra irrigada por las arterias bronquiales. Por su parte, las venas pleurales corresponden a venas satélites de las mismas arterias.
Los vasos  linfáticos de la pleura parietal drenan los vasos linfáticos de la pared, que son a su vez tributarios de los nódulos linfáticos paraesternales, intercostales y frénicos superiores. Sin embargo, la pleura parietal que cubre la porción media del primer saco costal y del primer espacio envía sus linfáticos a los nódulos linfáticos cervicales transversos; la pleura parietal que corresponde a la pared medial de la cavidad axilar envía generalmente algunos colectores a los nódulos linfáticos de la axila; y por ultimo, la región pleural que se extiende inferiormente a la región axilar hasta la 6ª costilla da origen algunas veces a conductos linfáticos tributarios de los nódulos linfáticos.

Los nervios de la pleura costal proceden de los nervios intercostales, y los de las pleuras mediastínicas y diafragmáticas provienen de las fibras sensitivas del Nervio Frénico. Los nervios de la pleura visceral proceden del plexo pulmonar. Los de la pleura parietal proceden de los nervios intercostales, de los frénicos y del simpático.

Fisiología:

La función de la pleura es proporcionar una superficie suave y lubricada que permita a los pulmones un desplazamiento fluido, esto gracias a una pequeña cantidad de líquido (1-20ml por cada cavidad). Además existe un gradiente de presión entre los capilares parietales de la circulación sistémica y los capilares viscerales de la circulación pulmonar, este  favorece el movimiento del líquido hacia la visceral. La remoción del líquido es ayudada por el movimiento espiratorio de la caja torácica, que intermitentemente aumenta la presión intrapleural.  La remoción de líquido, partículas y células se efectúa casi completamente a través de la pleura parietal y mediastínica. E movimiento de pulmón y pared torácica es posible debido a la presión negativa en la cavidad pleural.

BIBLIOGRAFÍA

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Quilotórax: frecuencia, causas y desenlaces Arturo Cortés-Télles,* Jorge Rojas-Serrano,* Luis Torre-Bouscoulet, Neumol Cir Torax Vol. 69 – Núm. 3:157-162 Julio-septiembre 2010

Síndrome febril prolongado

Nivel de manejo del médico general: Diagnóstico Específico Tratamiento Inicial Seguimiento Completo

Aspectos esenciales

  • Fiebre de etiología desconocida que dura más de 7 días, con exámenes básicos normales.
  • Tiene múltiples causas, en general enfermedades comunes de presentación atípica.
  • Etiología principalmente infecciosa.
  • Su estudio es por etapas, desde exámenes básicos hasta los más complejos.

Caso clínico tipo

Lactante, sin antecedentes mórbidos, consulta por fiebre, sin otros síntomas asociados, examen físico normal. Se realiza hemograma, PCR, examen de orina con urocultivo, una radiografía de tórax, todos sin alteraciones. Actualmente está en su octavo día de fiebre, esperando nuevos estudios.

Definición

Múltiples definiciones:

  • Fiebre que persiste por más de 7 días y cuya causa no se logra identificar después de un estudio de laboratorio inicial para descartar las etiologías más frecuentes (Hemograma, PCR, Ex. orina y Rx. Tórax). Generalmente debido a una enfermedad común de presentación atípica.
  • Fiebre repetida en paciente ambulatorio > 3 semanas.
  • Fiebre con temperatura > 38° C rectal o > 37,5° C axilar en paciente hospitalizado con una evaluación completa por > 1 semana sin historia, examen físico o exámenes de laboratorio que orienten a una causa específica.
  • Aquel síndrome febril cuya duración excede el habitual para el diagnóstico clínico (Ej: IRA Alta > 10 días).

Etiología-epidemiología-fisiopatología

Las etiologías son múltiples, y con muy variado pronóstico, sin embargo es frecuente que después de un estudio acabado no se logre llegar a un diagnóstico. El pronóstico en general es bueno. Las causas más frecuentes son:

  • Infección: 50%, destacando las de tipo viral (VEB, CMV, enterovirus) y luego las bacterianas (ITU, bartonellosis, neumonia, abscesos y meningitis subaguda).
  • Sin diagnóstico: 23%.
  • Misceláneas: 11% (Drogas/alergias, EII, Enf. de Kawasaki, fiebre facticia, fiebre mediterránea familiar).
  • Mesenquimopatías: 10% (Un 50% ARJ).
  • Neoplásicas: 6-15% (Linfoma, leucemia, tumores sólidos (Neuroblastoma, Tu de Wilms).

Diagnóstico

Se realiza por etapas:

  • 1era etapa – Estudio inicial:

Anamnesis: Características de la fiebre, higiene básica, mascotas, viajes, comidas, medicamentos.

Examen Físico completo: Exantema, lesiones cutáneas, adenopatías, otoscopía, fondo de ojo, ex. neurológico.

Exámenes básicos: Hemograma, VHS, PCR, examen de orina. Hemocultivos (2) con búsqueda de fastidiosos, PL en menores de 2 años con síntomas neurológicos. Estudio serológicos para Mycoplasma, Bartonella, VEB, CMV y Parvovirus. Radiografía de tórax en mayores de 2 años, incluso sin síntomas respiratorios. Coprocultivo y EPSD si la anamnesis lo amerita.

  • 2da etapa – Estudios Específicos:

Si no se encuentra nada proseguir continuar con: Ecocardiograma, ecografía abdominal, cintigrafía renal (si OC +, UC – ) y ósea (en focalidad osteomuscula)r no clara, TAC de tórax y abdomen (linfonodos o abscesos), observar HC por más de 7 días (agentes de crecimiento lento), biopsias de sitios sospechosos (linfonodos o lesiones cutáneas), mielograma y mielocultivo, ferritina (elevación en reumatismos o enfermedades malignas crónicas), estudio reumatológico (ANA, FR, ANCA, IgI, IgM, IgA, electroforesis de proteínas) y hemato-oncológico.

  • 3era etapa – Considerar Seguimiento:

Reexaminar en busca de nuevos signos, evetualmente repetir exámenes.

Dado la amplia cantidad de etiologías posibles, no es recomendable usar antibióticos empíricos en un primer momento a menos que haya una fuerte sospecha de que se trata de una infección bacteriana sin tratamiento.

Tratamiento

Según etiología.

Seguimiento

Según etiología. Derivación a especialista con estudio básico realizado.